Revista Cine

Los cines de toda la vida a punto de la extinción

Publicado el 09 mayo 2010 por Cinefagos

Los cines de toda la vida a punto de la extinción

No sé en vuestras ciudades (aunque lo sospecho, porque esto es a nivel nacional), pero aquí en Zaragoza estamos en las ultimas en cuanto a cines. Mejor especifíco, GRANDES CINES. No hablo de las multisalas, que esas sí están en pleno auge y en poco tiempo han llegado los cines Aragonia y Yelmo (sumándose a otros multicines que ya había) con los consiguientes centros comerciales de turno. Con quince o dieseis salas tranquilamente. Así a lo bruto y sin anestesia. Lo mejor de todo es que acabas viendo que muchas de ellas repiten la misma película en no pocas salas, algo comprensible por otra parte, ya que una película esperada o comercialmente importante siempre va a ser un seguro.

Como digo, en la capital maña quedan tres grandes salas (aunque una de ellas conviviendo con unas multisalas que fueron añadidas posteriormente en su hábitat), todas ellas ubicadas en el centro de la ciudad. El Cine Eliseos, Cervantes (en el cual estuve hace relativamente poco viendo “El Escritor” y del cual podéis ver fotos de él en este post) y Palafox.

Estos cines, lo mantengo y lo mantendré, tienen su encanto. Algo que les suele faltar a las mencionadas multisalas que abundan como hongos y que dan una alta rentabilidad comparado con el cine individual de toda la vida.

 

Los cines de toda la vida a punto de la extinción

No tendría que haber muchas diferencias entre ver una película en un cine “grande” que en una multisala. Algunas de ellas incluso tienen pantallas considerables y equivalentes a las de los cines que tanto cariño albergo. Pero creo que hay cosas que los distinguen.

Una de ellas, para mí, y aunque parezca una tontería sería la de recordar donde viste una película. Sí, vale, puedes rememorar que viste tal o cual película en los multicines “x” (difícilmente recordarás en qué sala, eso sí), pero a mí siempre me ha gustado pensar que ví “E.T.” o “La Guerra de las Galaxias” en ese cine que estaba decorado de una forma especial, o que tenía la taquilla en tal sitio o de tal forma, o que los asientos eran así y asá (algunos comodísimos y con un respaldo que eran la envidia de otros cines –esos serían el Cervantes y Quijote, ubicados donde está situado el “Hotel Palafox”. Desgraciadamente el segundo cine desapareció, dejando lugar a un Casino. Así es la vidal…), etc. Creo que al final se ha perdido esa “magia” en la cual recordabas aquel cine –ahora extinguido- donde habías disfrutado de tantas películas. Aquel o aquellos en los que te apetecía ir porque sabías que entrabas en un mundo mágico. No es que ahora no se pueda hacer algo parecido o similar, pero no es lo mismo ver catorce carteles de diferentes películas –ya os podéis imaginar el tamañito de los mismos-, que un pedazo de cartel que parecía que te invitaba a entrar cogiéndote de la mano. A veces incluso eran pintados por alguien, siendo todavía más personal el asunto, aunque ahora eso también ha desaparecido por estos lares.

Los cines de toda la vida a punto de la extinción

Los cines de antaño han ido cayendo como moscas, poco a poco, como si de una epidemia se tratara (ya sabemos todos algunas de las razones). Dejando entrar algo que conserva su fin, estrenar películas en pantalla grande, pero no esa mencionada magia a la que hacía referencia.

¿Cuántos cines de los de antes quedan en vuestras ciudades? Porque no creo que sea sólo aquí donde se puedan contar con los dedos de una mano –y sobran dedos- como os he descrito. ¿Os habéis vuelto tan nostálgicos como yo echándolos en falta y aferrándoos a los que quedan? ¿O habéis aceptado totalmente la situación actual? Si tenéis algún CINE con mayúsculas, mimadlo, id cuanto podáis a él, porque  nunca sabremos lo que durará. Igual el día menos pensado ha cerrado y acaba siendo una tienda de ropa o un bingo.

 

Fdo: Snake  

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