Los años 90 fueron una década cargada de entretenimiento televisivo sin precedentes, al menos en lo que respecta a la originalidad y calidad de los programas que por aquel entonces se emitían.
La televisión a lo largo de los años ha ido degenerando en un subproducto cargado de mal gusto, programas de cotilleos y concursos repetitivos hasta la médula. Pero hoy quiero recordar aquellos programas con los que muchos crecimos, o los que ya estaban creciditos, pero pudieron disfrutar también.
Comenzamos con uno de los más clásicos que han pasado por la historia de la televisión española durante la década en la que nos centramos esta vez.
El Gran Juego de la Oca (1993)
Uno de los más divertidos de todos, era sin duda el juego de la oca adaptado para el formato televisivo, en el que los concursantes debían pasar infinidad de pruebas, pero jugando con el tablero original a la par. Es por ello que muchos de los programas se alargaban mucho más de la cuenta al no llegar a la meta los participantes, ya que contaban con un dado gigante que lanzaban para ir avanzando de casilla en casilla.
Plató del Gran Juego de la Oca
Los presentadores, como suele ocurrir en todo este tipo de productos, fue variando a lo largo de las temporadas, siguiendo este esquema:
1993-94
Presentadores: Emilio Aragón Álvarez, Lydia Bosch y Patricia Pérez
1994
Presentadores: Pepe Navarro, Yvonne Reyes y Eugenia Santana
1998
Sustituyendo el nombre original por El Nuevo Juego de la Oca
Presentadores: Andrés Caparrós, Elsa Anka y Paloma Marín
Estoy seguro que a muchos y muchas os están llegando recuerdos enormes de aquellos programas en los que la integridad física de los concursantes se ponía en peligro en ocasiones, y resultaba extremadamente divertido. Al igual que la primera pareja de presentadores juntos de nuevo en Médico de Familia, ya se notaba química.
Cabecera del programa
Lingo
Ramoncín, El rey del pollo frito, ya es su decadencia más absoluta en el mundo de la música, (cosa de los que muchos nos llegamos a alegrar mucho) encontró una salida en el mundo de la televisión, y se dedicó durante unos años a presentar el programa de la 2 de TVE, El Lingo.
Ramoncín mostrando bola
¿Os acordáis de la estructura? El juego podía considerarse una mezcla entre el Bingo y el Master Mind. Las parejas de concursantes tenían que adivinar palabras de 5 letras, en un máximo de 5 intentos. Se les concedía la letra inicial y cuando decían una palabra, se les indicaba si alguna de las letras utilizadas formaba parte de la palabra oculta. Si la letra estaba en el sitio exacto, se recuadraba de rosa, y si la letra estaba en la palabra, pero no en el sitio exacto, se marcaba con amarillo.
Juego de mesa Lingo
El caso es que resultaba francamente divertido, y esas voces que sonaban de fondo, en ocasiones alaridos, cuando un concursante introducía su mano en la urna para recoger una de las bolas.
Al final de cada programa el público se avalanzaba en masa para salir en el plano de la cámara y como despedida, también al perdedor se le regalaba el juego de mesa. Resultaba algo cutre, pero nadie como la 2 Tve para hacer concursos.
Cabecera Lingo
Zona de Juego (1993)
Posiblemente el más curioso de todos, y lo que me sorprende es que muy poca gente conoce este concurso, no es otro que Zona de Juego, el que consiguió llevar a un plató, futurista donde los haya, los videojuegos del momento y conseguir que todos nos enganchásemos a la televisión para ver cómo jugaban los concursantes. Sí, lo mismo que cuando nos aburríamos mientras jugaba nuestro amigo y sólo había un mando. El programa consiguió convertir ese aburrido momento en divertido, cosas de la televisión.
Plató futurista Zona de Juego
Consistía en ir pasando niveles, mientras por supuesto en la sala repleta de máquinas recreativas, nos introducía en el mundo de la envidia y el "yo quiero eso". Hay que reconocer que supieron convencerme con muchos de los videojuegos clásicos del momento, como Donkey Kong Country, juego del que si no recuerdo mal debían probarse en algún momento.
Pero el juego en equipo se llevaba al límite en la pantalla final, en la que literalmente se metían dentro del videojuego, El Talismán, mientras su compañero le iba guiando indicando los movimientos que debía realizar, ya que al otro le colocaban un casco con el que no veía absolutamente nada.
Fase Final
Un concurso totalmente arcade, y según recuerdo muy divertido, es posible que hoy en día no se pueda llevar a cabo, todos tenemos videoconsolas en casa, y el boom no es tan grande como en aquel entonces, cuando muchos tenían que recurrir a las salas recreativas del barrio para poder disfrutar de este tipo de entretenimiento digital.
¿Donde se esconde Carmen Sandiego? (1994)
Programa
Serie de animación
¿Qué apostamos? (1993)
Como al igual que ocurría en el Grand Prix del Verano del que ya hablamos en su momento. Ramón García, era el director de orquesta de el gran programa por excelencia de la televisión, y el que consiguió que repitiéramos una y otra vez la expresión "¡venga ya, eso no puede ser!". Pues el programa consistía en hacer una apuesta, y en torno a ella realizar algo casi imposible.
Concursante en ¿Qué Apostamos?
Muchos fracasaban y otros tantos lo lograban, como construir un muro de ladrillos usando como cimientos unos huevos frescos, recuerdo con especial nostalgia esta prueba porque me impactó de forma exagerada, al igual que el niño que adivinaba los juguetes sólo agitando la caja y escuchando el sonido de las piezas del interior, y muchos más. A Ramonchu le acompañaba Ana Obregón, compañera de fatigas en más de una ocasión en la televisión. Incluso podemos recordar el momento de la ducha al final de los programas.
Momento ducha ¿Qué Apostamos?
La cabecera con una sintonía igual de adictiva que la del Gand Prix anteriormente nombrado, es un viaje al pasado al que muchos volveréis al pulsar el play sobre el siguiente vídeo que os hemos preparado. No hay mucho más que añadir de esta joya de la década, salvo que se intentó recuperar años después con poco éxito, es normal, los tiempos habían cambiado y no era el momento de apostar esta vez, sino de guardar el recuerdo de los grandes concursos que aún dormitan en muchos vídeos VHS que descansan en algún trastero o estantería de alguien de mi generación.
Y claro que hay más, concursos del momento con los que disfrutamos y que alguno todavía perdura como es el caso de Saber y Ganar el único superviviente del tiempo, y que ha mantenido el mismo formato sin variar aparentemente poco o nada, y que todavía domina la sobremesa de la 2 de tve. Jordi Hurtado se ha convertido en uno de los referentes de la televisión en España y parece que seguirá así mucho tiempo, al menos eso esperamos. Otros programas de la época fueron carne de televisión autonómica como Luna de Miel, pero mi selección han sido los que más me marcaron por aquel entonces, y los que he querido compartir con todos y todas.
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