En memoria de la maestra Judith Rimoldi
La desigualdad social es un pesado lastre, una carga, un gran obstáculo para cualquier pueblo que busca el progreso colectivo. Ninguna comunidad ha podido ni podrá avanzar jamás en la desigualdad y en la injusticia. No hay sociedad que pueda alcanzar metas comunes si está compuesta de pocos ricos y muchos pobres, de unos cuantos poderosos y de muchos débiles.
Si se trata de lograr avances comunitarios, desarrollo social, es preciso tener en cuenta que son los de atrás los que mandan, ellos marcan el paso. De ahí la importancia de apoyar siempre a los más necesitados, a los más débiles, a los que por sus condiciones de pobreza, ignorancia y marginación, caminan y avanzan con más dificultades, con más lentitud.
En consecuencia, hay que pensar primero en los más pobres de los pobres de México, que son los indígenas, millones de indígenas que habitan las zonas más abruptas y aisladas, y que viven al día, incomunicados, en la más absoluta pobreza y sin esperanza, empezando por el hecho de que no hablan español, lengua oficial del país.
Quienes prometen bienestar nacional, estatal o municipal olvidan que este bienestar es imposible, una mera ilusión en términos colectivos, mientras haya millones de mexicanos viviendo en peores condiciones que en tiempos de la Conquista. Más de 200 años de independencia nacional no han sido suficientes para rescatarlos. Una vergüenza.
Y si hablamos de los más pobres de los pobres, no podemos pasar por alto que entre ellos se encuentra un sector todavía más vulnerable, que son los niños indígenas. Atender a la niñez indígena, sobre todo en su educación, debe ser la más alta prioridad del Gobierno de México y de los gobiernos estatales y municipales donde existan comunidades indígenas, como es el caso de Jalisco.
Apasionada de la educación indígena, tanto en las zona wixárika como nahua, fue durante décadas la maestra Judith Rimoldi. Ella entendió muy bien que en cualquier esfuerzo de superación estatal y nacional son los de atrás los que mandan, los que marcan el paso, y en ellos hay que fijar la atención. Éste es su legado. Descanse en paz.
Artículo publicado en el diario La Crónica de Hoy Jalisco el viernes 11 de abril de 2014.