Revista Comunicación

Los desafíos de Spotify en México

Publicado el 16 mayo 2013 por Cosmoduende @cosmoduende

Spotify es un servicio de streaming de música en línea sueca que fue lanzado en 2008. Desde entonces, Spotify ha tenido un ascenso meteórico y en la actualidad cuenta con una biblioteca de alrededor de 22 millones de pistas de música y presume, a marzo de 2013, que cuenta con más de 24 millones de usuarios registrados en los países disponibles de los cuales más de 6 millones son de pago y hasta 15 millones de estos son activos. Hace no menos de dos años Spotify se encontraba aún por detrás de Pandora, como el líder del mercado en Estados Unidos, es interesante entender cómo Spotify logró tener éxito mundial en la industria de música en streaming a un nivel tan competitivo.

La industria de la música digital se puede dividir en dos submercados: el mercado de streaming con numerosos competidores y el mercado de descarga digital dominado por iTunes y Amazon. En la industria de la música digital, los ingresos han crecido un 9% más tan solo en 2012 y ha alcanzando una valoración de 5,6 mil millones de dólares.

Actualmente el mercado de streaming sólo genera 13% de los ingresos de la industria de música digital, pero la tasa de crecimiento de este mercado es mayor que la tasa de crecimiento del mercado de descarga. Sin embargo no obstante que esta industria obtuvo auge, la música grabada se niega a morir, aunque representa apenas el 40% de lo que vendía, bajando de 27.8 mil millones de dólares en 1999 a solo 16.5 mil millones en 2012.
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Para un país como Suecia donde más de la tercera parte de la población del país está registrada en Spotify y las paredes de sus oficinas en Estocolmo están cubiertas de arte callejero y carteles clásicos de conciertos, donde hay un bar en el que se presentan músicos, un lugar para jugar en computadores y hasta una cancha de fútbol, este sistema termino por romper paradigmas, es decir, en países como Noruega, Suecia y los Estados Unidos, esta es una tendencia mucho más marcada; según La Federación Internacional de la Industria Fonográfica (IFPI), más del 50 por ciento de los ingresos por concepto de la venta de música grabada provienen de formatos digitales.

Pero que pasa en México donde algunas veces cometemos el error de medir el impacto de la piratería en términos puramente económicos y cuantitativos. Donde no medimos el impacto en la producción cultural y la erosión de la cultura musical, contando con tan importante historia, tradición y cultural musical. Sin lugar a dudas la tendencia digital se enfrenta a desafíos, desafíos a los que se ha encarado desde la mercantilización de la música digital y sus consecuencias en la industria discográfica global establecida desde los años cincuenta.

Poco a poco, el comercio y tráfico legal e ilegal de música por la red se convirtió en la principal preocupación de la industria musical, desde los comienzos de la música digital, México ha sido un parteaguas para hablar de piratería, tan solo en el 4to lugar de los países que la incluyen como la principal fuente de donde surgen empleo e ingresos, según lo declaro en 2011 el presidente de la Confederación de Cámaras Nacionales de Comercio, Servicios y Turismo, Jorge Dávila Flores.

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En contraste, el actual consumidor de música digital se enfrenta a la borregada y comienza a obedecer a las nuevas formas de mercado, es decir, a comprar canciones o sencillos en lugar del álbum completo. Antes de 2003 si querías comprar música tenías que pagar el álbum completo por diez o quince dólares, ahora puedes comprar por 99 centavos de dólar una canción.

Antes de que Spotify llegara a México, los consumidores de música por streaming ya teníamos de alguna forma acceso a este sistema y a otros cuantos que se derivaron por el auge de Internet, las redes sociales como Myspace o Bandcamp que tienden a desaparecer, las descargas libres y la emergencia de productoras independientes que reconfiguran el mercado.

Somos sin duda consumidores de lo inmediato, lo fácil de encontrar y lo que más atrae en el mercado, pero también somos selectivos a la hora de agregar nuevos gustos musicales y sabemos que no obstante los millones de canciones ofrecidos, la calidad es la parte más importante en la carrera por la supremacía musical digital.

Eso nos convierte sin duda en el desafío más importante a vencer, un gusto musical no tan ordinario que hemos podido desarrollar, pone en manifiesto que aunque seamos el primer país de la latinoamérica en ser tomado en cuenta por esta compañía sueca, ello no significa que tenga abiertas las puertas hacía nuestras bocinas, nuestros celulares o nuestro gusto musical.

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En nuestro país algunos sellos discográficos independientes han hecho redes con las grandes empresas para imponerse como una opción de distribución para los músicos excluidos directamente por las grandes empresas, esto también los excluye de el mercado de streaming , no obstante que la independencia en términos de distribución es uno de los factores para que en los últimos años las ventas de música en línea se incrementaran exponencialmente.

No hay lugar a dudas que esto ponga en manifiesto, que en un país donde las tres actividades en Internet que más se realizan estén en primer lugar chatear y en segundo lugar la descarga de música digital. De los treinta millones de personas que se conectan habitualmente, sólo cuatro millones descargan contenidos legales, como vídeos musicales, películas, series, libros y música. La música es la más descargada ilegalmente con la cantidad de cinco mil 788 millones de canciones y ello hace que el principal de los desafíos sea la mentalidad del usuario mexicano.


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