Por Juan Carlos Santos Cougil
El mundo de los negocios
El jefe es una especie en extinción, una especie que se resiste a desaparecer, el motivo LA RESPONSABILIDAD que se le otorga a una sola persona y que el 86% de las ocasiones condenan a sus equipos, empresas y organizaciones a ir a su ritmo y como un embudo unos dirigen con lo ancho hacia arriba y otros con lo ancho hacia abajo generando los cuellos de botella o tapones.
Juan Carlos Cubeiro, aseguraba que, en términos de calidad directiva (medida en función del talento de los jefes) España ocupa el puesto 26 del mundo y no el 8 como le correspondería por su tamaño como potencia mundial. Una situación que, a su juicio, es debida a que el 36% de los jefes en España son tóxicos y sólo un 16% son buenos jefes o líderes que crean un clima de satisfacción, rendimiento y desarrollo.
Un jefe tóxico es aquella persona considerada inaguantable por sus colaboradores; una persona realmente nociva para la salud mental y física de todos los sufridores que trabajan con y para él.
El 70% de las personas que abandonan sus empresas lo hacen por una mala relación con su jefe. Las personas no abandonan a las empresas, abandonan a sus jefes.
Los 10 pecados capitales del jefe, que según el RAE son los excesos o defectos que cometen voluntariamente los superiores o cabezas de equipos, empresas u organizacione:
Jefe. (Del fr. chef).
-Superior o cabeza de una corporación, partido u oficio.
Pecado. (Del lat. peccātum).
- Transgresión voluntaria de preceptos religiosos.
-Cosa que se aparta de lo recto y justo, o que falta a lo que es debido.
-Exceso o defecto en cualquier línea.
-Defecto leve que alguien pondera o exagera mucho.
-Acto con que el hombre peca voluntariamente.
Capital: Perteneciente o relativo a la cabeza
Los trabajadores españoles explican cuáles son los comportamientos más irritantes de sus jefes
(por Ana Arenas-Mastermas)
En el 2007 El Centro de Estudios Financieros (CEF) realizó una encuesta para conocer cuáles son los 10 comportamientos de los jefes que más irritan a los trabajadores españoles.
La encuesta que da origen a este estudio se envió a través de la plataforma de teleformación del Centro de Estudios Financieros a todos los miembros de la Asociación de Antiguos Alumnos (ACEF), a los suscriptores de las revistas del CEF (Tributación, Contabilidad, Seguridad Social, Derecho Laboral, Recursos Humanos, CEFLegal y CEFGestión, así como a los suscriptores de los libros electrónicos (gratuitos) del mismo Centro.
El Centro de Estudios Financieros ofreció a los encuestados una lista de 34 posibles comportamientos de los jefes que pueden irritar a sus empleados. Y se les pidió que señalaran hasta 10.
Dichos comportamientos estaban presentados de forma aleatoria, para evitar posibles sesgos. A lo largo del estudio, se han seleccionado estos comportamientos, tras haber considerado estudios semejantes de diversas fuentes.
El cuestionario estuvo disponible desde el 4 de diciembre de 2006 hasta el 2 de febrero de 2007.
No existe una receta universal sobre el liderazgo
El estudio ha sido dirigido por Ángel Fernández Muñoz, psicólogo y profesor de Máster en Dirección de Recursos Humanos del CEF. Este estudio surge para dar a conocer a los directivos cuáles son los comportamientos que más irritan a sus colaboradores, que tomen conciencia de estos errores y erradicarlos.
Según explica el director del estudio, no hay un único estilo de liderazgo válido universalmente para cualquier tipo de organización y momento. Es más, para diferentes organizaciones y colaboradores corresponden distintos estilos de dirección. Es decir, ese estilo es función del campo (empresa) y de las personas (subordinados). Que, por lo tanto, es inútil buscar la panacea acerca del liderazgo, porque, sencillamente no existe una receta universal, añade.
Además, si el liderazgo es función de la organización y de los colaboradores, parece cargada de lógica la necesidad de conocer la opinión de éstos para adaptar su propio comportamiento a la situación y colaboradores concretos, explica el director del estudio.
Así, los diez comportamientos más irritantes para el conjunto de los encuestados son:
1º. No comunica con claridad los objetivos (46%).
2º. No motiva (44%).
3º. No comunica bien (32%).
4º. No escucha (32%).
5º. No lidera, sino que manda (32%).
6º. No enseña, no forma (31%).
7º. Se contradice con frecuencia (31%).
8º. Incompetencia directiva (29%).
9º. No gestiona bien su tiempo y el de sus colaboradores (28%).
10º. Se estresa con frecuencia (27%).
Reflexiones
Tres de esos comportamientos (1º, 3º y 4º) están relacionados con la comunicación interna en las organizaciones. Lo que significa, según Ángel Fernández Muñoz, que esa política sigue siendo una asignatura pendiente y que se demanda más que ninguna otra habilidad del directiva. Y es una habilidad que se aprende y se desarrolla.
Del mismo modo, se puede aprender a motivar, a ejercer el liderazgo, a enseñar, a gestionar el tiempo (propio y de los colaboradores) y a controlar el estrés. Son incontables los directivos que han adquirido y desarrollado estas habilidades y muchos más lo que siguen haciéndolo. Aun así, parece preciso perseverar en ese camino, pues por lo que parece queda camino por andar, a la vista de los presentes resultados.
Más difícil de subsanar es la frecuente contradicción en la que caen los directivos, en opinión del 31% de los encuestados. Es éste un factor que revela, más bien, un rasgo de personalidad, por lo que su cambio es muy difícil. Lo cual obliga a optimizar los procesos de selección de este tipo de personal.
Por otra parte, la incompetencia directiva es una especie de síntesis de todas aquellas carencias que limitan gravemente la labor directiva. Por lo tanto, su contenido es difícil de manejar, explica el director del estudio.
La diferencia entre ambos sexos es superior a un 3% tan sólo en tres casos como son:
No potencia la creatividad (24% de hombres y 19% de las mujeres),
Se estresa con frecuencia (25 y 30%, respectivamente) y
No comunica con claridad los objetivos? (48 y 44%).
Por lo tanto, se puede concluir que a hombres y mujeres les irritan los mismos comportamientos de sus jefes.
La edad de los encuestados ha producido las mayores diferencias (16%) en:
Incompetencia directiva (entre los de 18-22 años y los de >42 años),
No respeta los horarios (entre 18-22 años y 28-32),
No comunica bien (18-22 y >42) y
No resuelve los problemas (18-22 y >42).
De ello se deduce que las edades extremas son las que producen las diferencias más significativas.
La formación no ha producido diferencia igual o superior al 10% en ninguno de los ítems, lo que indica que la valoración de los encuestados es similar, con independencia de su formación. Es decir, sea cual sea la formación, los comportamientos que más irritan son los mismos: la formación no cambia la percepción de dichos comportamientos.
Lo mismo ha ocurrido con el hecho de que los encuestados tengan o no trabajadores a su cargo.
Los encuestados españoles se diferencian significativamente de los restantes en las siguientes valoraciones:
No reconoce desempeños elevados (14 y 28%, respectivamente),
No confía en mi capacidad (21 y 34%),
No lidera sino que manda (30 y 42%) y
Es autoritario (18 y 28%).
Mapa de la muestra participante
Según explica el director del estudio, la muestra recogida de 3178 personas es inusualmente elevada para este tipo de estudios; de hecho, desconocemos otra de dimensión semejante en nuestro país. En cuanto al sexo de los entrevistados, el porcentaje de respuestas es bastante similar, aunque han respondido más mujeres (52%) que hombres (48%).
El tramo de edad que más respuestas ha aportado ha sido el de 28-32 años (27%), seguido por el de 33-37 años (22%). Por lo tanto, la mitad de los encuestados tiene entre 28 y 37 años. Son, pues, personas con suficiente experiencia personal y laboral para valorar el comportamiento de su inmediato superior.
La mayoría de los encuestados tiene formación universitaria (81%), dato que no es de extrañar, puesto que las encuestas se han realizado en el CEF, centro que se dedica a impartir cursos de nivel Máster y Oposiciones a los Cuerpos del Grupo A.
Entre los encuestados, hay más personas que no tienen trabajadores a su cargo que aquellos que sí los tienen (55% y 45%, respectivamente).
En cuanto a su país de origen, la mayoría de respuestas proviene de España (80%), mientras que el resto procede de otros 50 países, aproximadamente, destacando los sudamericanos (en orden descendente: México, Colombia, Argentina, Chile, Venezuela).
Los comportamientos pueden modificarse, pero para ello, es preciso reconocer previamente la necesidad de dicha modificación. Y, antes aún, saber qué comportamientos resultan irritantes para los colaboradores propios.
Por: Ana Arenas-Mastermas, Rae
Publicado por Juan Carlos Santos Cougil a las 21:29