El desarrollo de las ciudades inteligentes (smart cities) tienen lógicamente una fuerte base en el desarrollo e implementación de tecnología. No obstante, el éxito de las inversiones en la tecnología que se implementa en las ciudades dependerá en grandísima medida (por no decir, que de un modo absoluto) por el valor añadido que ofrezca a los ciudadanos y de cómo éstos se apropian de las ventajas de la tecnología.
Smart Citizens
Una ciudad inteligente necesita las aportaciones de la ciudadanía a través de sus datos, interacciones y de los retos que éstos plantean en función de las necesidades incrementales que les proporciona el conocimiento y apropiación de uso de la tecnología. El reto es transformar las urbes en una “smart city” centrada en los intereses y uso de los Digizens - término acuñado por Pablo Chillón - para mejorar su calidad de vida.
A medida que las ciudades inteligentes nos proporcionan más información, estamos en condiciones de tomar decisiones y por lo tanto de modificar nuestras costumbres, prácticas e inercias de comportamiento gracias a la información que nos aportan las ciudades inteligentes.
Pero, no olvidemos en los procesos de construcción de ciudades inteligentes y/o ciudades digitales la importancia que tiene empoderar, formar, capacitar y alfabetizar a la población para asegurar que las inversiones en tecnología y en transformación ciudadana repercutan en la calidad de vida de las personas. Esfuerzos exclusivamente tecnológicos no sirven para mucho si no disponemos de una ciudadanía empoderada, familiarizada con el uso de las tecnologías, con competencias digitales, cultura de la ciberseguridad, de la privacidad y de la participación. Los gobiernos y los políticos se suelen olvidar de esta parcela, quizás porque son acciones que se diluyen más y no son tan impactantes entre los titulares de prensa.
¿De qué manera internet nos facilita tomar decisiones en la vida diaria de la ciudad?
Digizens
El estudio realizado por Ericsson “Smart Citizens, how the internet facilites smart choices in city life” es una gran ayuda para comprender las oportunidades de una ciudad inteligente y cómo están cambiando las preferencias y hábitos de quienes viven en ellas. El uso continuado de internet por parte de la ciudadanía provoca retos que generarán cambios en el modo sobre cómo interactuamos y participamos con la ciudad a través de la información que generamos. ¿Qué nos gustaría obtener de una ciudad inteligente? Algunos conceptos que se irán implementando en el corto plazo serían:
- El 70% de los propietarios de teléfonos inteligentes quieren comparar el uso doméstico diario de gas, electricidad y agua con sus vecinos.
- El 76% quieren sensores en calles, aceras y zonas públicas para informar sobre cuánto de abarrotado está un centro comercial, calles o sitios públicos en general.
- El 66% considera que un teléfono inteligente puede servir para por ejemplo, controlar la calidad del agua así como otros servicios públicos y compararlo con servicios similares de otras localidades.
- Un anillo que monitorea la frecuencia cardíaca, se sincroniza con el teléfono y genera alertas cuando la frecuencia cardíaca se encuentra en zona de peligro de acuerdo a sus parámetros personales, es considerado de utilidad por un 72% de los encuestados.
ciudades inteligentes
- A un 69% de los encuestados, les gustaría que sus teléfonos inteligentes recopilasen parámetros de salud, generando estadísticas personales para que sus médicos pudieran tener acceso.
- Un 65% de los encuestados considera que un sensor postural, que recoja la posición de la columna vertebral y los riesgos de lesiones asociados es una aplicación útil.
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smart cities
Un 62% le gustaría disponer de una aplicación que le narrase en tiempo real una visita guiada por la ciudad.
- Una identificación biométrica que permita unificar el acceso a los servicios públicos. El 68% consideró que es una propuesta útil.
- Navegación interactiva en las carreteras y aceras a través de las flechas e indicadores que nos encontramos en nuestro camino.
- Bicicletas públicas / compartir coche: El 74 % le gustaría tener una aplicación en la ciudad que le ayudara a localizar bicicletas / vehículos que pudiera usar y dejar en cualquier lugar de la ciudad.
- El 66% de los ciudadanos encuestados quieren un control total sobre la divulgación de su información por parte de las autoridades.
- Un 73% de los entrevistados les gustaría disponer de una aplicación que les guiara cuando están en edificios de grandes dimensiones como hospitales, oficinas de gobierno, bibliotecas etc.
(*) Como anécdota, quisiera añadir que en el día de ayer (07 de febrero 2015) mi vecino, que es un gran visionario, me comentó que sería de gran utilidad una aplicación móvil que le guiara en las grandes superficies en base a su lista de la compra realizando un cruce con las ofertas del establecimiento para evitar perdidas de tiempo paseando por los diferentes pasillos y poder realizar así una “compra inteligente”. Me parece muy interesante y va en la línea de los resultados obtenidos por el estudio de Ericcson.
De manera complementaria me viene a la cabeza la reflexión de cuán importante es incorporar al usuario en los procesos de innovación, por lo que trabajar en innovación abierta es un modo de mejorar la definición de servicios y productos por parte de las empresas. Es una práctica cada vez más utilizada por el sector empresarial.
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