Título: Los dones de los cuentos
Autor: Paco Abril
Editorial: Octaedro
Género: ensayo
Páginas: 168
Publicación: julio 2014
ISBN: 978-84-9921-587-7
Este libro, que se lee como si fuera una novela fascinante, trata de fundamentar por qué los cuentos, narrados o escritos, tienen tanta importancia en nuestras vidas. Su tesis central es que esas ficciones son tan necesarias para las personas como el alimento, conclusión que, a priori, puede parecer una exageración. Por eso el autor ha buscado sólidos principios sobre los que apoyar tan arriesgada afirmación. A esos consistentes principios que ha descubierto los ha llamado dones, de ahí el título de esta obra.Hace un par de año, Paco Abril visitó Azuqueca para participar en las Jornadas de Animación a la Lectura que la biblioteca organiza en septiembre. En su momento, ya conté brevemente en este blog que su charla me había dado mucho que pensar y que me había parecido muy sugerente todo lo que nos había dicho sobre los beneficios de contar (y escuchar) cuentos. Me dejó fascinada. Poco después, Abril publicó un libro con todo el material de estas charlas y de experiencias previas que había llevado a cabo. Y, cuando lo supimos, en Una merienda de cuentos nos planteamos leerlo con calma, analizarlo, intercambiar opiniones y reflexiones y, en definitiva, exprimirlo hasta la última gota. Y eso que tiene mucho pero que mucho jugo.
Paco Abril se dirige a padres, educadores, animadores socioculturales, narradores y cualquier persona interesada en el mundo de la educación, los cuentos y los niños para mostrarles las reflexiones que le han ido surgiendo durante los años que ha pasado trabajando con más pequeños y llevando a cabo actividades de animación a la lectura. Fruto de esas experiencias él ha extraído los dones que los cuentos dan a nuestros niños:
- El don del afecto: contar o leer un cuento es tiempo de calidad que pasamos con el niño, una manera de decir te quiero.
- El don del consuelo: los cuentos que acaban bien nos ofrecen cierto consuelo frente al caos del mundo o la esperanza de que haya mundos mejores en los que el mal no tenga cabida.
- El don de la palabra: los cuentos ayudan a fijar vocabulario, a hablar cuando aún no sabemos hacerlo, a expresarnos, a decir aquello que no sabemos poner en palabras.
- El don del pensamiento: los cuentos nos ayudan a reflexionar, a conocer lugares y personas distintas a nosotros, favorecen nuestro espíritu crítico.
- El don de la identificación o del espejo: en los cuentos nos encontramos a nosotros mismos, nos identificamos con determinados personajes y nos sentimos mejor si encuentran la justicia, la paz o el amor. Como decía Aristóteles, la literatura tiene una dimensión catártica que nos ayuda a purgar y sanar nuestras propias penas
- El don de la imaginación: los cuentos nos ayuda a imaginar mundos mágicos, a explorar las capacidades infinitas de nuestra propia mente
- El don de la fuga: los cuentos también son evasión, pura diversión.
- El don del deseo lector: contar cuentos genera lectores porque a poco curioso que sea un niño, pronto querrá saber por sí mismo si lo que le han contado o leído otros es verdad. Y ya sabemos que la literatura es como un camino de baldosas amarillas en el que unos libros siempre te llevan a otros.
- El don de la empatía: los cuentos también contribuyen a nuestra educación sentimental. Nos permiten empatizar con sus personajes, sabes qué les ocurre o por qué hacen lo que hacen y, así, llegamos a comprenderles, a ponernos en su lugar y sentir lo que sienten.
- El don del conocimiento: igual que nos enseñan mundos y personajes nuevos y unos cuentos nos van llevando a otros, también son un pozo de sabiduría, otra forma de descubrir y conocer. Como dijo alguien: todo está en los libros.
- El don de la atención: he oído decir a mucha gente que trabaja con niños que están perdiendo la capacidad para atender a cualquier cosa durante algo más de unos pocos minutos. Nuestras agitadas vidas actuales, la forma de acceder al conocimiento y la información a través de internet, la rapidez de los videojuegos y la inmediatez que hemos convertido en principio vital (quiero algo y lo quiero ya) chocan de lleno con la calma que necesita la lectura, la atención, el tiempo lento. Por eso los cuentos también ayudan a potenciar esa atención prolongada e interesada.
- El don de la verdad: ¿cuántas verdades hemos encontrado en los cuentos? Pues eso.
- El don de la prevención: una de las atribuciones clásicas de todo cuento es la de advertirnos sobre determinadas situaciones o peligros, convertirnos en seres precavidos y en seres conscientes de lo que ocurre a nuestro alrededor.
Nos seguimos leyendo.
Puedes leer el inicio del libro aquí, consultar materiales complementarios, aquí y visitar el blog del autor, aquí.