Los medicamentos pueden ser muy eficaces para aliviar el dolor, pero hay que utilizarlos con responsabilidad. No sustituyen a otros métodos como la fisioterapia, pero sí son efectivos si se combinan con ellos para evitar que el dolor se vuelva crónico.
Lo conveniente es que sea su médico el se los recete, aunque hay personas que se automedican. Por tanto, hay que tener en cuenta sus efectos secundarios.
- Medicamentos antiinflamatorios: pueden causar hemorragias gastrointestinales.
- Relajantes musculares: pueden producir cansancio y debilidad, lo que puede empeorar aún más los síntomas.