Los entornos "objetivos" no existen.

Fíjense en el Tiempo. Los meses de más frío o más calor, se mueren más personas. Un día soleado o gris nos puede cambiar el humor. La luz artificial o la luz natural. Esa camiseta que nos ponemos y nos hace sentir incómodos pero no tiramos porque nos parece obsesivo, porque no comprendemos tal hecho, nos vuelve algo osco. Estar rodeado de mujeres y hombres y que ninguno te haga caso. En cualquier entorno, nuestra objetividad se ve afectada. Ya quedan lejos las técnicas de lavado de cerebro que se practicaban en la Guerra de Corea, sin duda, pero, se abrió la caja de de Pandora de la manipulación cerebral. Es posible. Aquellos soldados "muy patriotas" americanos que volvieron  adorando las virtudes del comunismo norcoreano frente al capitalismo grosero de occidente lo dejaban patente. Entonces, comenzó realmente la lucha por conocer los pormenores intrínsecos  del estudio del cerebro. Los Estados se dieron cuenta del enorme poder que confería el Entorno para la sumisión de las masas y para la negociación de alto nivel. Para la economía. Para el control social. Para la vigilancia. La política. Los Entornos "objetivos" no existen. Nuestra objetividad siempre estará acechada por factores externos e internos. Simplemente, es casi imposible ser objetivo sin convertirse en una persona rara, como mínimo. O terminar siendo un psicópata. ¿Se han fijado en cómo nos afecta el Entorno? Deberían hacerlo. Conocer el Entorno puede hacerles más feliz y descubrir las maravillosas y agradables sensaciones que conllevan implícitas, y las que no lo son tanto, y por ende, hacerles más infelices. Antes de decidir, vigile su Entorno. No firme nada si hay cuatro banqueros dispuestos en forma de X, y usted en medio en un minúsculo despacho, a su alrededor, vendiéndole cualquier producto financiero o hipoteca. Salga de ahí, corriendo si es preciso, si no quiere arruinar su vida. Por ejemplo.