Grandes cantidades de exposición en la vida al estrés traumático- incluso cuando no da lugar a trastorno de estrés post-traumático – aumenta los niveles de inflamación en pacientes con enfermedades cardíacas, según sugiere un nuevo estudio.
Los hallazgos son importantes porque se sabe que los pacientes con enfermedad cardíaca con niveles más altos de inflamación tienden a tener peores pronósticos.
Se observaron exposiciones a 18 tipos de eventos traumáticos experimentados por cerca de 1.000 pacientes de 45 a 90 años con enfermedad cardiovascular. Todos los eventos traumáticos involucraban experiencias de una amenaza directa para la vida o el bienestar físico.
Mientras mayor estrés traumático habían experimentado los pacientes en la vida, más propensos eran a tener niveles elevados de marcadores inflamatorios en la sangre. Cuando los pacientes que sobrevivieron fueron controlados de nuevo cinco años más tarde, los que reportaron los niveles más altos de estrés postraumático en el inicio del estudio, todavía tenía los niveles más altos de inflamación.
A pesar de haber perdido algunos participantes en el estudio debido a que murieron, aún se observó la misma relación en los que sobrevivieron. Esto sugiere que no fueron sólo las personas que estaban más enfermas desde el principio las que sufrían este efecto.
Los investigadores también encontraron que la asociación entre grandes cantidades de estrés traumático en la vida y los niveles elevados de inflamación se mantuvieron incluso después de ajustar los resultados para los trastornos de salud mental como el trastorno de estrés post-traumático (TEPT), la ansiedad y la depresión.