Revista Salud y Bienestar

Los expertos consideran necesario un cambio en el modelo asistencial del ictus

Por Fat
La enfermedad cerebro-vascular constituye uno de los principales problemas sociosanitarios en Extremadura, ya que cada año se producen aproximadamente 3.000 casos de ictus, de los que el 70% son considerados primeros eventos y el resto recurrencias.
Este problema se verá agravado dentro de unos años debido al progresivo envejecimiento de la población extremeña, una de las más envejecidas de España.
Asimismo, el ictus –además de ser una tragedia personal y familiar- es una de las patologías que más recursos económicos consume. Se estima que esta Comunidad Autónoma invierte entre 11 y 12 millones de euros anuales en costes directos en indirectos generados por esta enfermedad.
A pesar de que constituye una de las enfermedades más frecuentes e incapacitantes en los países desarrollados, son pocas las personas que reconocen sus síntomas. Los ictus constituyen la primera causa de mortalidad en la mujer y la segunda global, además de ser la primera causa de discapacidad en el adulto y la segunda de demencia tras la enfermedad de Alzheimer.
En este sentido, y con el objetivo de sensibilizar a los profesionales sanitarios sobre la situación actual de la investigación en la patología vascular cerebral, informar a los profesionales sanitarios implicados en la asistencia del ictus agudo acerca de los conocimientos actuales en el diagnóstico y la terapéutica de este proceso, y crear un foro de debate para analizar los puntos que generen dificultades en la atención sanitaria al ictus en Extremadura, FundeSalud (la Fundación para la Formación y la Investigación de los Profesionales de la Salud de Extremadura), la Consejería de Sanidad y Dependencia de la Junta de Extremadura, y el Servicio Extremeño de Salud, con la colaboración de Pfizer, han organizado las Jornadas "Estrategias frente al Ictus en Extremadura: Investigación en Ictus", en Badajoz los días 4 y 5 de junio.
Tal y como indica el doctor José María Ramírez Moreno, director de este curso y de la sección de Neurología del Hospital Universitario Infanta Cristina de Badajoz, "estas jornadas, cuyo acto de inauguración ha contado con la presencia de Doña María Jesús Mejuto, consejera de Sanidad y Dependencia de la Junta de Extremadura, constituyen una buena oportunidad para conocer la dinámica de la investigación en el ictus en nuestro país y las principales líneas de investigación básica que existen, presentadas por los principales investigadores nacionales en la materia".
Esta jornada se enmarca dentro de un programa de formación estructurado en cinco módulos formativos, que comprende todas las fases de la enfermedad, desde la atención básica y avanzada en fase aguda, prevención primaria y secundaria, rehabilitación, hasta la reintegración social y seguimiento de las complicaciones crónicas e investigación. "La jornada actual, dedicada a la investigación, es el último módulo de este ciclo formativo", indica el doctor Ramírez. En los últimos seis meses han asistido más de 300 profesionales a los cursos llevados a cabo en casi todas las áreas de salud.
-Cambio necesario en el modelo de atención al paciente
En el campo de las enfermedades cerebrovasculares ha habido tres hechos trascendentes que han modificado radicalmente el manejo de esta enfermedad. "Por una parte se ha demostrado, con niveles de evidencia máximos, que una reorganización de la asistencia en torno a Unidades de Ictus mejora la supervivencia, la morbilidad, reduce el grado de dependencia y la institucionalización de estos enfermos. Asimismo, una atención neurológica precoz es capaz de mejorar los índices de mortalidad, dependencia, recurrencias y complicaciones, siendo necesario que el neurólogo esté lo más cerca posible de la patología en su fase aguda. Y, finalmente, que los tratamientos de reperfusión son la herramienta más potente que tenemos en la actualidad para recuperar a un paciente y devolverle a su situación previa, tras sufrir un ictus", señala el doctor Ramírez.
Por ello, tal y como indica el especialista, son estas evidencias las que han potenciado la creencia de que es necesario llevar a cabo un cambio de modelo asistencial. En este sentido, señala que "sería necesario implementar con urgencia un código ictus que dé cobertura a toda la población y organizar la asistencia de estos pacientes en un modelo en red con unidades y equipos de ictus, apoyado en la telemedicina, a fin de poder dar cobertura a la población afectada, teniendo en cuenta la dispersión geográfica que existe en nuestra Comunidad Autónoma".
A esto hay que añadir que algunas de las prioridades que se plantean en materia de investigación en patología neurovascular, de cara a la próxima década, son "la identificación de nuevos agentes que rompan el trombo pero que no sean tóxicos, la comprensión de los mecanismos por los cuales se dañan los vasos y neuronas a través de los actuales trombolíticos y el desarrollo de la investigación de nuevos equipos móviles de neuroimagen para el diagnóstico prehospitalario del ictus con telemedicina avanzada, que proporcionen nuevas estrategias para el tratamiento, entre otros", concluye el doctor Ramírez.
Desde Extremadura se está ya trabajando en la formación y sensibilización de los profesionales directamente implicados y progresivamente se realizarán los cambios necesarios en las estructuras que se irán consolidando a lo largo del tiempo.

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