Revista Salud y Bienestar

Los familiares de los afectados por anorexia y bulimia se sienten abandonados y estigmatizados

Por Fat
Estas patologías causan un grave deterioro en las familias de quienes las sufren, de ahí que los expertos destaquen la labor que para solventar este tipo de situaciones pueden desarrollar las Asociaciones de Pacientes
La bulimia y la anorexia son dos enfermedades que dependen de un mismo trastorno, el alimentario, que para ser bien tratado necesita de un equipo multidisciplinar, así como del apoyo de la familia, la cual se ve desamparada, socialmente, precisamente por la falta de unidades específicas; y, personalmente, por el sentimiento de culpabilidad que genera.
Al respecto, el doctor Luis Rojo, jefe de la sección de la Sección de Psiquiatría del Hospital de la Fe de Valencia y miembro de la Sociedad Española de Psiquiatría, añade que sobre la familia de estas pacientes recae un estigma social importante.
"Se suele trasmitir a los familiares que ellos son, en parte, responsables de los que les sucede a los hijos, lo que genera sentimientos de vergüenza, retracción social, malestar psicológico y sentimientos de culpa", añade.
Esta situación, explica, podría llevar a los familiares en duelo por el fallecimiento de un hijo a situaciones extremas, sobre todo porque "muchas veces la sociedad cree que esta enfermedad está fomentada por la propia familia, cuando es una enfermedad que se sabe que tiene factores biológicos implicados".
Para el doctor Rojo, "la familia se lleva las consecuencias del trastorno de manera importante". Por este motivo, también destaca el papel de las asociaciones de pacientes que "dan un marco de comprensión a los familiares, allí pueden solventar sus sentimientos de culpa que, por otra parte, son normales", añade.
Precisamente, como explica la presidenta de la Asociación en Defensa de la Atención a la Anorexia Nerviosa y Bulimia (ADANER), "existe una cantidad de circunstancias adversas en este tipo de enfermedades, donde las madres y los padres se sienten horriblemente mal, impotentes con la enfermedad, con la enferma, con los tratamientos y con la ley, porque todo está en contra nuestra", al tiempo que insiste en el deterioro que la enfermedad causa sobre todo al cuidador y a la familia."Necesitamos no sentirnos tan sumamente mal como nos sentimos", explica. Y es que, recuerda, la mayoría de estas jóvenes culpan a sus madres de su situación. "Siempre la madre es la culpable de todo. Los enfermos buscan culpables, focalizan la comida y la rabia contenida, el vacío y la frustración que tienen en la madre, que normalmente es la cuidadora", añade.
Estas jóvenes no solo tienen una imagen irreal de su cuerpo, su mente enferma les hace muchas veces acusar a sus madres de personas posesivas, un cliché que desde ADANER insisten en que es una imagen "alterada" de su la realidad.
"Encima del sufrimiento que llevamos sobre nosotras, es horroroso que nos tachen de posesivas, habrá de todo", añade, al tiempo que deja ver que la situación real, dependiendo del caso, es que se trata de mujeres que se enfrentan día a día al "deterioro espantoso" y "totalmente destructivo" de sus hijos, con la "impotencia" de no poder ayudar más.
Y es que para combatir la anorexia y la bulimia es necesario un equipo especializado: psicólogos, psiquiatras, endocrinos, pediatras, nutricionistas y otras especialidades necesarias para el tratamiento a lo largo de la enfermedad. Porque la enfermedad es larga --en la mayoría de los casos se cronifica--, y mortal.
Por ello, desde ADANER piden medios estatales, medios sociales y medios legales que ayuden con los ingresos y los tratamientos, hasta ahora "voluntarios"; asimismo, piden más apoyo para las familias que "no está defendida en ningún caso".Ya que, añade, "no tenemos ningún derecho, no tenemos nada, lo único que tenemos es que afrontar la enfermedad, afrontar a la enferma y luchar con todo el mundo"; y recuerda que "muchas veces la familia se ve obligada a hacer cosas que no les gustaría hacer, y, con un dolor terrible, se hacen para ver si reacciona".
"Estamos desamparaos, el enfermo primero que no tiene los sitios, ni los tratamientos adecuados; y la familia mucho más porque carga con todo el peso de la enfermedad, ya que, en ocasiones, hasta se reduce la relación con los hermanos para que no se produzca un contagio, y el sufrimiento llega a extremos incapacitantes", explica.
Por este motivo, el psiquiatra insiste en que "lo más importante para los familiares es desculpabilizarse", y recuerda que para ésta labor es importante asociarse, ya que, en estos grupos, es donde van a encontrar gente que les entienda, van a mostrarles los recursos disponibles para seguir adelante.
Asimismo, concluye que la posición del médico es importante, ya que "damos atención a la familia del paciente, apoyo, comunicación, sostén, información y, cuando hay un problema emocional, evidentemente, se dirige al recurso más útil".

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