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Los fantasmas de Boca reaparecieron en el Sur

Publicado el 05 agosto 2012 por Marianofusco

El inicio de la era Post Riquelme resultó desalentador para Boca Juniors. La escuadra de Julio César Falcioni cayó sin atenuantes frente al recién ascendido Quilmes, que desplegó un gran nivel y se aprovechó de un anémico adversario. Con esta sorpresiva derrota (3-0), diferentes tormentas azotarán al vestuario xeneize, que desde la Copa Libertadores perdida no halla paz.

Los fantasmas de Boca reaparecieron en el Sur

A lo largo del encuentro, muchos simpatizantes boquenses habrán extrañado la presencia de Juan Román Riquelme: sin un eje cerebral definido, el elenco visitante careció de ideas y rebeldía en el aspecto ofensivo. Walter Erviti y Cristian Chávez, asimismo, buscaron erigirse en los generadores de juego, pero la presión impuesta por los dueños de casa ahogó cualquier posibilidad. Además, cada vez que el Cervecero se acercaba al arco del debutante Oscar Ustari -cuya presencia se mantuvo en duda hasta horas de la tarde- la línea defensiva sufría como aquella noche ante Corinthians.

Los fantasmas de Boca reaparecieron en el Sur

En contraparte, los hombres orientados técnicamente por Omar De Felippe se mostraron optimistas y, con un estilo agresivo y criterioso, arrinconaron a Boca. Guiado por la fina conducción de Miguel Caneo y la explosión de Martín Cauteruccio, Quilmes no tuvo ni una pizca de contemplación y lastimó constantemente. De hecho, y si no hubiera intervenido el factor “suerte”, el resultado final pudo haber sido aún más abultado.

Boca, que hace pocos días había aterrizado en el país tras una escandalosa gira por Venezuela, otorgó demasiadas ventajas. La más notoria de ellas significó la rápida e inexplicable expulsión de Santiago Silva, quien dio una patada descalificadora cuando todavía no se habían cumplido 20 minutos de partido. Ante este oscuro panorama, los recursos válidos disminuyeron enormemente para la armada de Falcioni.

La roja al uruguayo Silva:

Al igual que cada vez que cumple una decepcionante actuación, el cuadro de la Ribera deberá sobreponerse a posibles turbulencias. Para cumplir con dicho cometido, el entrenador tendrá la obligación de unir al plantel y limar asperezas de cualquier naturaleza con sus dirigidos. La Copa Argentina, que supo figurar como un certamen menor, hoy aparece como una carta determinante de salvación. Aunque, seguramente, algunos viejos fantasmas volverán a sobrevolar la Bombonera.

Boca cayó duramente frente a Quilmes:


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