Es una tónica habitual que en ocasiones los padres ejerzan la labor de un médico y adquieran fármacos sin receta, como pueden ser los antitérmicos infantiles, un jarabe para la tos o algún tipo de medicamento para tratar un simple resfriado. Pero hay que saber que los fármacos sin receta son un peligro para los niños, como ejemplo más claro podemos citar que muchas enfermedades muestran los mismos síntomas comunes aunque el resultado o la infección sean totalmente diferentes, es por ello que es necesario consultar al especialista, la persona más indicada para determinar el tipo de dolencia que se está incubando en el niño.
Un estudio presentado en la conferencia anual de la Federación Farmacéutica Internacional, advierte sobre la conducta de los padres en relación con las enfermedades que se gestan en los niños, los medicamentos y fármacos sin receta son un peligro para los niños ya que pueden ser inadecuados o no recibir las dosis adecuadas y derivar en el ingreso hospitalario de los pequeños, algo que se puede evitar como hemos indicado, acudiendo a los especialistas de salud ante los primeros síntomas.
Según el estudio que hemos conocido a través de El Mundo Salud, solamente un 30% de los fármacos comercializados en Europa se pueden considerar seguros y pueden administrarse a los niños. El tanto por ciento es reducido y según los responsables del estudio, TEDDY (Grupo de Trabajo Europeo para el Desarrollo de Fármacos para la Infancia), la razón son los escasos esfuerzos que se realizan en materia de investigación biomédica específica para el colectivo infantil. El grupo pone al descubierto la falta de experiencia en la investigación pediátrica, como dato complementario podríamos citar el post Los niños obesos metabolizan los fármacos de forma distinta, no sólo hay que realizar distinciones entre los fármacos para adultos o niños, también hay que realizar distinciones según la constitución de los niños.
Los tratamientos farmacológicos deben ser siempre recomendados por los especialistas, creer que algunos fármacos habituales pueden ser totalmente inofensivos para los niños es una percepción errónea, como hemos dicho, en ocasiones enfermedades totalmente diferentes presentan síntomas comunes que inducen al error. Aunque esta no es la única razón que se puede citar, algunos medicamentos empleados en los adultos, son utilizados con los niños a pesar de no haberse realizado los ensayos oportunos, se tiende a reducir la dosis según el peso y edad de los niños. Pero recordemos que el organismo de un niño no reacciona del mismo modo que el organismo de un adulto, una reducción de la dosis no garantiza que un determinado fármaco resulte efectivo.
Los medicamentos que se pueden adquirir sin receta resultan peligrosos, a pesar de que la percepción general es que forzosamente sí son seguros, y más cuando se pueden adquirir sin que hayan sido recomendados por los especialistas. En el estudio los investigadores analizaron la reacción de 97 adultos (53 madres, 7 padres y 37 trabajadores de estas guarderías) de Sidney (Australia), a los participantes se les plantearon diversas situaciones en las que los niños podían padecer algún problema de salud y se les pregunto qué harían en cada caso.
Las personas del estudio debían decidir si eran necesarios los fármacos, el tipo, la dosis, etc. Un 44% de los participantes proporcionó una dosis errónea. Un 15% de los participantes habría dado un fármaco al niño sin haberse asegurado antes de su temperatura corporal (fiebre) y un 55 % habría ofrecido al menor un fármaco con apenas algunas décimas de fiebre. Hasta cierto punto hay que dejar que el sistema inmunológico de los niños reaccione y se desarrolle, algo que con este tipo de conductas se puede entorpecer. Los investigadores concluyen que es necesaria una revisión de los fármacos sin receta y el uso que los padres realizan por el bien del colectivo infantil.
Como nota interesante a destacar, cabe citar que en Australia, en el año 2008 se realizaron 119.000 llamadas por la intoxicación de fármacos y de ellas, un 48% estaban relacionadas con las sobredosis ofrecidas a los niños. Para agravar más la situación, la mayoría de los casos eran niños menores de 5 años. Nuestro consejo es intentar siempre acudir a los especialistas de salud para evitar que una simple enfermedad pueda terminar agravándose y acabar en una hospitalización, los padres no somos médicos.
Foto | Jepoirrier
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Los fármacos sin receta son un peligro para los niños