Adolf Hitler era un lector caótico. Tomaba cosas de aquí y allá e iba ajustándolas a su manera. La cultura alemana tenía mucho de dónde tomar ideas y varios pensadores para aprovechar diferentes conceptos que luego poner en práctica. " Los filósofos eran celebridades; lo que ellos hicieron, cómo actuaron y qué ideas promocionaron, ha ejercido una poderosa influencia en la imaginación alemana". Hitler bebió de algunos de ellos llegando a considerarse como "Filósofo Führer".
Hitler, en una conversación, repitió las acusaciones, ya expuestas en Mein Kampf, sobre los judíos de mentirosos e intolerantes, diciendo:
El golpe más duro que ha recibido la humanidad es el advenimiento del cristianismo. El bolchevismo es un hijo ilegítimo del cristianismo. Ambos son un invento de los judíos. Es desde el cristianismo que la mentira consciente sobre la religión ha sido introducida en el mundo. Es una mentira de la misma naturaleza que la que practica el bolchevismo cuando dice traer la libertad a los hombres, mientras que en realidad solo quiere que sean esclavos... El cristianismo fue la primera religión en exterminar a sus adversarios en nombre del amor. Su signo es la intolerancia.
El filósofo favorito de Hitler era Arthur Schopenhauer. Lo conocía bien y a veces lo mencionaba en sus escritos o en sus discursos y charlas; y tenía un busto suyo en su residencia del Berghof . Por ejemplo, aparece en Mein Kampf: "En la existencia del judío... hay una característica que empujó a Schopenhauer a pronunciar la famosa frase: el judío es un gran maestro de mentiras". Schopenhauer es el que más acerca las religiones y filosofías orientales a Occidente. De ahí, precisamente, Hitler extrae el símbolo de su ideología, la esvástica, un símbolo que indica el tiempo circular, en contraste con el tiempo lineal, introducido en la historia de la humanidad a través del Génesis. Hitler, que creía en el esoterismo, creía en un universo infinito, eterno y divino, en el que todo se repite. Ese "retorno eterno" está en Nietzsche y en el orientalismo de Schopenhauer. En Mein Kampf tambien cita a otros padres pensadores alemanes, como Nietzsche o Kant.
Hitler cree en la reencarnación y en la providencia. No cree en la vida eterna de la Biblia, a la que ataca en numerosas ocasiones. Ideas que ya se encuentran en Schopenhauer que opina, como Hitler, que el monoteísmo judío es el portador de la intolerancia, Moisés es un asesino, la moral natural es una invención y que la igualdad y la idea de la igual dignidad de los hombres son mentiras, porque "una asamblea de mil imbéciles no es una persona inteligente", algo que también opina Nietzsche.
El hombre en los discursos de Hitler es "el microbio más peligroso", en la medida en que "explota la tierra bajo sus pies" originando las "catástrofes que ocurren periódicamente en la faz de la tierra", para Schopenhauer, es un "monstruo cuya vista es repugnante" (a diferencia de los animales). El matrimonio monógamo, por otro lado, es "contra la naturaleza", y es preferible la poligamia. Baste observar cuánto hará el nazismo, en tiempos de guerra, para convencer a las mujeres de juntarse con más hombres para dar más hijos para la patria.
Para Schopenhauer las mujeres son en todos los aspectos "el segundo sexo, que desde todos los puntos de vista es inferior al sexo masculino" y para la ideología nacionalsocialista es tan solo madre y ama de casa. Hitler estaba en contra de los logros liberales conseguidos por las mujeres durante la República de Weimar. Cuando los nazis llegaron al poder en 1933, se despidió a todas la mujeres que ocupaban puestos de responsabilidad entre los funcionarios públicos y tres años después se les prohibió ejercer como abogadas o médicos. Para Hitler "la emancipación de la mujer es un invento de los intelectuales judíos. Para la mujer el mundo es su marido, su familia, sus hijos y su hogar".
Immanuel Kant, se hace eco del texto de Martín Lutero, De los judíos y sus mentiras, publicado en 1543 y reproducido abundantemente durante el nazismo, y afirma que los judíos son "Una nación de engañadores". Leyendo a los grandes filósofos alemanes, incluidos Fichte y Hegel, la aversión a los judíos es una constante. En Occidente, los siglos XVIII y XIX están impregnados de una polémica anti-judía.
Sigmund Freud escribió sobre los alemanes afirmando que: "su odio a los judíos está en el fondo del odio hacia los cristianos, y no es de extrañar que en la revolución nacional-socialista alemana esta relación íntima entre las dos religiones monoteístas sea una expresión tan clara en el tratamiento hostil a ambos".
En la teórica del superhombre de Friedrich Wilhelm Nietzsche, el judaísmo bíblico y el cristianismo son responsables de introducir dogmas infames y absurdos en el mundo y propagó el odio hacia el Cristo hebreo, responsable de haber introducido en el mundo atrocidades como "ama a tu prójimo como a ti mismo". En Nietzsche existe la idea de que el amor cristiano por los demás nace de lo que él llama "el odio judío más puro".
Nietzsche tiene una opinión antijudía, que el nazismo hará suya: "Desde el tronco de ese árbol de venganza y odio, del odio judío, del odio más profundo y sublime y, por lo tanto, el creador de ideales y subversivo de valores, del cual en la tierra nadie se ha dado a sí mismo. De este tronco nació algo igualmente incomparable, un "nuevo amor", un amor más profundo y sublime que todos los demás, ¿y de qué tronco nunca podría haber nacido? [...]. ¡Pero no creas que ha crecido como una negación real de esa sed de venganza, como la antítesis del odio judío! No, ¡todo lo contrario! El amor brotó del odio, como su corona, corona triunfal, que se hizo cada vez más amplia en la luz más pura y clara del sol; y apuntó a los mismos fines de ese odio, buscando en el reino de la luz y la altura la victoria, la presa, la seducción, Profunda y malvada".
Al igual que algunos pensadores, como Carl Schmitt, gran jurista nazi, y Martin Heidegger, uno de los filósofos alemanes más destacados, apoyaron activamente el nazismo, hay otros personajes totalmente opuestos que sufrieron la persecución intelectual y física por parte de los nazis. Entre ellos destacan Walter Benjamin, Theodor Adorno, Hannah Arendt; los tres judíos y Kurt Huber. Resulta inquietante que algunos filósofos apenas se estudien y hasta se hayan prácticamente olvidado, mientras que pensadores como Schmitt y Heidegger se estudian en profundidad, permitiendo la expansión de sus ideas.
Este articulo fue originalmente publicado en el blog Memento Mori.
Para saber más: