

Por último quería felicitar a las dos finalistas, por escribir en tan poco tiempo algo tan bueno. También a la organización por la calidad y el esmero que han llevado en su trabajo a lo largo del concurso.
Extractos:
Ahora Franco era mi objetivo y fui a por él con decisión. Alcé la pierna y la lancé contra su pecho con tal fuerza que lo tiré al suelo. Al caer, pude oír un pequeño gemido. No dejé que se levantara, salté sobre él y le di un puñetazo que impactó en la mandíbula. Su cabeza rebotó contra el suelo y el labio y la nariz comenzaron a sangrarle. Sacó fuerzas de donde no las tenía para revolverse y empujarme. Caí y se colocó sobre mí. Mauro desvió el golpe que iba a darme con una patada. Aquel simple gesto hizo que yo volviera a darle otro puñetazo. Lo que no esperaba era que Claudio se zafara de los brazos de Alex y me diera una patada en la ceja. Noté como sangraba, pero no impidió que me lanzara sobre él. Le di un puñetazo en el estómago y comencé a pegarle en la cara mientras gritaba.
Azahara Mellado Mírame y dispara
Bufó pesadamente, cansada de escuchar su suavizada voz de algodón que lograba sacarla de quicio. Entonces el autobús frenó en seco cuando un semáforo se puso en rojo. James, que se mantenía en pie sin sujetarse a nada, se deslizó bruscamente hacia delante, precipitándose sin control sobre el cuerpo de la joven, que gimió dolorida cuando se golpeó las costillas contra el suelo. —¡Levanta, imbécil! —ordenó, sacudiendo el cuerpo del muchacho—. ¿Quieres apartarte? —¡Por todas la vírgenes, debo estar lleno de microbios! —se quejó él, haciéndose a un lado. —Espero que te coman vivo.
Silvia Hervás Besos de murciélago