Dicen que esto respondía a una estrategia del PP: minar a los socialistas promoviendo su erosión por el ala izquierda.
Tras obtener los peores resultados de su historia y con un liderazgo más que discutido, el PSOE no está como para ponerse espléndido, así que tendrá que venderse barato. Se trata de lentejas, de cargos, de llegar a fin de mes. Demasiada gente come del PSOE y con las cosas del comer no se juega.
Las lentejas. Los micrófonos.
La cuestión es ¿qué veneno es menos malo para el PSOE? No soy ni de lejos el más indicado para valorar esto pero aquí he venido a jugar. La opción menos mala siempre será aquella que deje más libertad operativa, es decir, no casarse, no quedarse sin la libertad de criticar a un gobierno que pueda haber contado con su apoyo en la investidura. En este escenario el PSOE no formaría gobierno de coalición ni con los chavistas ni con el PP, tan solo dejaría que se formase gobierno "en aras del interés general y de la estabilidad".Y para que este apoyo lo recibiera el PP, el PSOE necesitaría superar la simpleza del mensaje "hacer todo lo posible para que no gobierne el PP". Esto puede ocurrir si obtienen el nuevo peor resultado de su historia, la actual cúpula se va a su casa y en espera de un congreso otorgan su abstención al PP. Aunque dudo que una gestora pueda tomar una decisión así, la nueva dirección del partido que saldría de ese congreso podría tener cierta libertad para hacer oposición a un gobierno gaviota en minoría.
García Page en el día internacional del no sé qué. (García Page es la señora de la izquierda que parece Tomás Roncero).
La otra opción es lo mismo pero con los chavistas. En este caso la coalición de los feos le dejaría menos grados de libertad al PSOE. Formase parte o no de ese gobierno tercermundista, el PSOE no estaría en condiciones de ejercer oposición ya que no son capaces de mantenerse firmes en un discurso que contrarreste el llanto sentimental de la turba totalitaria. Ni qué decir tiene que el sorpasso inclinaría todavía más la pendiente por la que peligrosamente se desliza el PSOE hacia su desaparición técnica.La gente piensa que los partidos tradicionales son muy grandes, estables y homogéneos. En realidad están unidos por la voluntad de unos pocos, media docena de chicles y unos cuantos alambres. Esto pasa en el PSOE y también en el PP, cuya presencia por todo el país se debe a alianzas circunstanciales con gente de su padre y de su madre que carecen de lealtad al partido. Ejemplos de descomposición de partidos similares los hemos tenido en Italia y en Grecia. La forma en que los partidos se mezclan con las instituciones y reparten rentas con hilos clientelares es la misma en todos los casos (puede que en España las instituciones sean más fuertes pero eso tan solo indica que la descomposición llega más tarde).
Sería injusto que todo recayera en el PSOE. Ante la formación de un próximo gobierno también el PP tiene que poner de su bolsillo. Creo que una parte importante de la población no podría aceptar alegremente que Rajoy volviera como presidente. Los imperdonables casos de corrupción del PP que se han investigado en los últimos tiempos exigen algo más que las medidas estéticas puestas en marcha por los granaderos austrohúngaros. Y desde luego que sería impresentable que volvieran a decir "pero vosotros también tenéis corrupción". A quien tiene más responsabilidad se le exige más.
De ahí que surja una hipótesis que nadie ha comentado. Postular nuevamente a Rajoy como candidato podría ser la baza del PP para obtener apoyos de C's y PSOE. El PP podría en el último momento darse golpes en el pecho y proponer a un candidato alternativo a Rajoy y vender su cesión como el gran sacrificio ante el que los demás partidos no pueden negarse. ¿Hilan tan fino en Génova? Me imagino que no y además tienen que calcular el saldo coste-beneficio de esta estrategia: cambiar de presidente supondría admitir que la corrupción llegó hasta lo más alto (algo que descuenta el electorado pero ellos niegan constantemente), afectaría a su credibilidad y abriría ciertas grietas difíciles de cerrar en la tradición de la derecha española: entre la gente de orden la jerarquía y el liderazgo son importantes.
Dentro del gran cálculo coste-beneficio de todas estas operaciones hay más opciones: dejar que los comunistas gobiernen en minoría. Millones de españoles ya saben lo que es que les gobiernen los reaccionarios: la antítesis del gobierno. A mediados de año la mayoría de sus ayuntamientos todavía no tienen presupuestos, la inactividad legislativa, el nepotismo y un uso estridente de recursos públicos para hacerse propaganda caracterizan su forma de gobernar. En Coruña sin ir más lejos, el mayor logro legislativo del ayuntamiento chavista fue prohibir ciertos experimentos científicos en el Día de la Ciencia para favorecer la magia.
Los podemitas de antes vestían mejor.
Claro que aunque políticamente esto tiene sus cosas a favor, también tiene muchas en contra. Si los agentes extranjeros a sueldo de dictaduras llegan al poder en España, ni nuestros servicios de inteligencia ni nuestras fuerzas armadas podrían reportarles, tendrían que hacer una sutil huelga de lápices caídos y esto afectaría negativamente a nuestra seguridad y felicidad futuras.En fin, ya veremos cómo acaba esto pero si vuelve a ser imposible la formación de un gobierno, recordemos que tampoco pasa nada por volver a repetir las elecciones. Las veces que haga falta.