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Los griegos, la alquímia y los árabes

Publicado el 07 abril 2013 por Joseleg

Los griegos, la alquímia y los árabes

Los griegos, la alquímia y los árabes

García García José Luís & Sedano Aguilar Wesles
En fin más allá de las consideraciones teóricas, la alquimia comenzó a desarrollar técnicas, por ejemplo aunque el emperador Diocleciano ordenó quemar la mayoría de los documentos de alquimia clásica (Partington, 1989), dos papiros sobrevivieron al evento el papiro de Estocolmo (Caley, 1927) y el papiro de Leiden X (Caley, 1926) los cuales son básicamente un recetario para hacer gemas preciosas artificiales, clarificar y fabricar perlas, y la manufactura de imitaciones de oro y plata. 

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Figura 15. Diocleciano

Resulta interesante que, estos escritos son casi puramente técnicos, carentes de misticismo asociados generalmente con la alquimia, aunque contienen trabajos de otro autor Bolus de Mendes quien alineo estas recetas técnicas con una labor mucho más teórica desde el paradigma alquímico de los cuatro elementos (Bensaude-Vincent & Stengers 1996)

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Figura 16. El papiro de Estocolmo.

Ente detalle nos resulta bastante revelador, si no fuera por estos papiros creeríamos que todo trabajo en alquimia implica necesariamente un ingrediente místico esotérico, pero el solo hecho de encontrar una guía técnica, casi completamente naturalista para la preparación de ciertos compuestos “preciosos” lo hace de gran valor, pues es muy semejante a la perspectiva moderna de cómo debe escribirse un informe científico.

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Figura 17. Jabir

Durante el periodo de la edad media, en el imperio islámico, bajo el paradigma aristotélico se realizaron grandes descubrimientos, por jemplo los renombrados alquimistas islámicos Jabir Ibn Hayyan, Al-Kindi y Muhammad ibn Zakarīya Rāzi contribuyeron a una serie de descubrimientos empíricos de importancia vital.

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Figura 18. Al-Kindí

Historiadores de la ciencia como Erick John Holmyard le dan el crédito a Jabir en hacer a la alquimia más experimental que filosófica, e incluso lo pone en términos de similar importancia a Boyle o Lavoiser. Esto se debe al hecho de que él fue uno de los primeros en introducir a la alquimia al mundo musulmán despojándola del misticismo y la charlatanería mágica con la que venía desde las fuentes helenísticas como Alejandría y Bizancio (Holmyard, 1923). 

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Figura 19. Al Razi

En ese mismo ensayo Holmyard nos dice que, a pesar de que Jabir mantenía mucho del cuerpo teórico Aristotélico “el paradigma de los cuatro elementos” también desarrolló ideas propias, muchas de las cuales son relativamente semejantes a la teoría del flogisto (Holmyard, 1923). Jabir también extendió el sistema de cuatro elementos a uno de seis, y lo más importante es que los dos extra son elementos naturales el azufre y el mercurio (Strathern, 2001) que a diferencia de los anteriores si eran elementos con una realidad física y palpable. Más aun, indicios de una retoma de la escuela atomista también puede notarse en trabajos de este alquimista islámico (Moran & Moran, 2006).

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Figura 20. Es en el Islam donde el laboratorio alquimista adquiere una forma marcadamente similar al laboratorio de química, especialmente al de química escolar.

Al-Kindi por otra parte es interesante ya que es uno de los primeros autores en separarse de uno de los fundamentos principales de la alquimia, la creencia de que los metales bajos pudieran convertirse en metales nobles como el oro (Haschmi, 1961). Al-Razi por el contrario era un ferviente defensor del concepto de transmutación por medio del cual los metales bajos podían transformarse en metales nobles. Y entre ambos se generó un debate en torno a este fundamento de la alquimia (Goodman, 1992).

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Figura 21. Texto árabe ilustrando un montaje experimental de destilación.

En todo caso, entre todos realizaron descubrimientos de compuestos químicos importantes como la obtención de ácido muriático “el ácido clorhídrico” y  aceite de vitriol “ácido sulfúrico” así como la obtención de agua regia que permitía disolver hasta el metal más noble, el oro (Fabbrizzi, 2008). Resulta gracioso como mientras en Europa los alquimistas se preocupaban más por una búsqueda filosófica, y espiritual, como la concentración de los esfuerzos en obtener la piedra filosofal (Burckhardt & Stoddart, 1967), en el mundo árabe no fueron pocos los autores que cuestionaron el concepto de transmutación como Al-Kindi, Aviccena (Briffault, 1919) o Al-Biruni (Nasr, 1993).
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