En el colegio suelo improvisar cuentos en algunos momentos, sobre todo, cuando tengo que explicar alguna conducta no correcta, porque a través de un cuento, al ser más ameno, los niños lo asimilan mucho mejor.
Ayer tocó cuento improvisado, y como veo que tuvo mucha aceptación, lo escribo, ya que la verdad quedó genial. Además, dió juego a que los niños respondieran y ellos mismos sacaran sus conclusiones y tuve muy buenas sorpresas.
LOS GUANTES DE PIPO
Había una vez un ratoncito llamado Pipo, que nació con un dedo menos en su patita derecha. Su madre siempre le decía a Pipo que saliera a jugar con el resto de ratoncitos, pero Pipo sentía mucha vergüenza, nunca quería salir a jugar, porque pensaba que el resto de los ratoncitos se reirían de él por tener un dedito menos en su patita.
Era invierno y fuera hacía mucho frío, por tanto la mami aprovechó ésto para hacerle a Pipo unos guantes muy calentitos del color que más le gustaba para sus cuatro patitas.
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