«La cárcel es una pesadilla para quienes la merecen. Para los que no, es una lucha diaria por mantener cierto nivel de cordura. Para aquellos que de repente se enteran de que existe una prueba de su inocencia pero siguen encerrados, la situación es literalmente desesperante.»
Reseña escrita por Maudy Ventosa.
La editorial Plaza & Janés acaba de publicar el último thriller de John Grisham, Los guardianes. Una novela rápida, trepidante, con gente buena que lucha por la justicia y la verdad en medio de la corrupción y la mentira.
En la Nota del autor que figura al final del libro, nos cuenta Grisham, con tristeza, que Los Guardianes se basa en la historia real de un preso de Texas, Joe Bryan que, condenado a través de un juicio con pruebas chapuceras, tendría que haber sido exonerado hace más de treinta años; pero no ha sido así y en 2019 se le denegó la libertad condicional por séptima vez. Uno más de los muchos reos que cumplen penas no siendo culpables. Conoció también ‘Centurion Ministries’, fundado por el capellán de prisión James McCloskey en 1980, que lucha por buscar pruebas para que personas que han sido condenadas injustamente salgan de la cárcel. Ha conseguido la exoneración de sesenta y tres inocentes.
Grisham pone en evidencia la impunidad con la que se amañan pruebas, se cometen perjurios delante de un juez, se compran testigos, se miente… para conseguir una condena y cerrar un caso, tranquilizando a la población. Es más importante que buscar la verdad. La raza y el color también importan. En la América blanca, las cárceles son un buen lugar donde los hombres malos pagan sus delitos. En la América negra, también se utilizan muy a menudo para mantener a las minorías fuera de las calles. Es una denuncia contra la pena de muerte y la parafernalia que la rodea en el país de las libertades; es un grito contra la injusticia y la corrupción de los que tienen que velar por los demás; es un clamor contra los prejuicios de un sistema legal al que cuesta reconocer que se equivocó. Poco importa una ejecución más si el juez ya había dictado sentencia a pesar de lo endeble de las pruebas. Es la ley, y la ley se cumple. Y son más culpables los hombres que las mujeres: muy pocas mujeres son delincuentes. Su error es escoger malos novios.
Hace veintidós años,
un inocente fue condenado por asesinato.
Ahora necesita un milagro.
Cullen Post no quiere defender a los culpables cuando trabaja en la oficina del defensor público; después de 3 años trabajando en las cloacas del sistema de justicia penal, me cuestionaba muy seriamente por qué había elegido estudiar derecho… Mi carrera me ponía en contacto a diario con gente a la que no me acercaría fuera de un tribunal. Después de encontrar la fe y ordenarse sacerdote, nuestro protagonista, ya sabe lo que quiere hacer. Ya tiene una labor que le llena y que se convierte en su objetivo vital: luchar por la exoneración de presos que han sido condenados injustamente. Junto a un grupo reducido de personas, sin dormir ni comer apenas, se pasa el día montado en un viejo coche recorriendo estados y visitando cárceles para hablar con hombres y mujeres en los que cree. Son casos antiguos, y cuando los acepta es porque está convencido de la inocencia de sus defendidos. Tendrá que buscar nuevas pruebas para que la justicia acepte reabrirlos, lo que dificulta mucho su labor a la hora de encontrar testigos, que en la mayoría de los casos han rehecho su vida y no quieren recordar una época de su pasado de la que no se sienten satisfechos.
Uno de sus defendidos en Quincy Miller, acusado del asesinato del abogado Keith Russo. Le tendieron una trampa; otro inocente es Duke Russell, acusado de violación y asesinato que espera en el corredor de la muerte; y Shasta Briley, acusada de provocar el incendio en el que murieron sus tres hijos, también condenada a muerte; y Gerald Cook condenado por la violación de sus dos hijastras… Todos claman por su inocencia, pero no hay nadie que escuche su dolor, salvo Cullen Post y su fundación.
«¿Cuántos más Guardianes se necesitan en el mundo
para salvar del sistema a inocentes
que cumplen condenas injustas?
Hiela la sangre solo el pensarlo.»
PERSONAJES:
- Cullen Post es abogado y sacerdote episcopaliano. Ha hecho un juramento de pobreza y vive con lo justo. Su madre dice que está muy delgado porque apenas come. Altruista, generoso y consecuente. Con la verdad y la justicia. Voluntario de Los Guardianes desde que logró la exoneración del que más tarde se convirtió en compañero y amigo. Es blanco. Cuando conoció a Frankie, dejó de creer que todos los inculpados eran culpables.
- Quincy Miller lleva más de veinte años encarcelado por un crimen que no ha cometido. No estaba en el momento justo en el sitio equivocado, pero hay quien mantiene que si, y además es negro. Le tendieron una trampa perfecta.
- François Tatum, Frankie, es “autónomo” de la fundación; negro, 45 años. Su madre tenía sangre haitiana y puso a sus hijos nombres franceses. Fue el primer exonerado de Post. Es culto e inteligente, pero sus ojos no revelan demasiado. En la cárcel aprendió a no transmitir emociones.
- Duke Russell está condenado por crímenes atroces que no ha cometido. Violación y asesinato. Lleva nueve años en el centro penitenciario Holman esperando que se ejecute la sentencia. Tiene 38 años y es blanco.
- Gerald Cook, es un varón blanco que cumple condena, acusado de abusar sexualmente de sus dos hijastras; tiene 43 años. De joven violento y bebedor, y a perseguir mujeres. El perfecto perdedor.
- Bradley Pfitzner, es el sheriff del condado de Seabrook. Nunca respetó al jefe de policía ni a sus agentes. Maneja el condado con puño de hierro y no deja que nadie se meta en sus cosas.
- Vicki Gourley, es la jefa de Cullen en la fundación, Ministerio de los Guardianes; la montó con su propio dinero tras ser jurado en un juicio injusto que sentenció a muerte a un inocente. Cristiana devota amante de los evangelios. Trabaja 15 horas al día para liberar a los inocentes.
- El padre Bennie Drake, es un sacerdote episcopaliano de unos 40 años; de joven era guay, moderno y divertido. Ayudó a Cullen en su recuperación cuando tuvo la crisis de ansiedad.
- Zeke Huffey es blanco y delincuente profesional. Soplón para obtener beneficios penitenciarios. Adicto. No tiene desperdicio. Siempre algo por algo.
- Chad Falwright, otro fiscal que hizo mal su trabajo. Culpable de una condena injusta.
- Tyler Townsend defendió a Quincy, pero perdió y abandonó la abogacía.
- Y Mazy Ruffin, directora de litigios y cerebrito del grupo; y Carrie Holland, testigo con 19 años en el caso de Quincy; y Norwood, experto de pacotilla con una carrera miserable; y Shasta Briley, condenada a muerte; y Keith Russo, abogado asesinado cruelmente; y su mujer Diana Russo, también abogada… Y tantos…
Pero tendrás que leer el libro si quieres descubrirlos.
Y por supuesto, El Ministerio de los Guardianes, fundación inundada de solicitudes de presos de todos los condados que quieren que les defienda. Solo aceptan los casos de personas que consideran inocentes. Y van hasta el final. Tienen su sede en un viejo almacén de Broad Street, en Savannah. Se financian a través de organizaciones sin ánimo de lucro. Nunca les sobra un dólar.
SINOPSIS:
En la pequeña ciudad de Seabrook, Florida, un prometedor abogado llamado Keith Russo fue asesinado a tiros una noche mientras trabajaba hasta tarde en su despacho. El culpable no dejó pistas. No hubo testigos, nadie tenía un motivo. Pero la policía pronto sospechó de Quincy Miller, un joven negro que había sido cliente de Russo.
Miller fue juzgado y condenado a cadena perpetua. Durante veintidós años languideció en prisión, manteniendo su inocencia sin que nadie lo escuchara. Desesperado, escribe una carta al Ministerio de los Guardianes, una pequeña organización sin ánimo de lucro liderada por el abogado y sacerdote episcopaliano Cullen Post. Post viaja por el país luchando contra sentencias injustas y defendiendo a clientes olvidados por el sistema. Sin embargo, en el caso de Quincy Miller encuentra obstáculos inesperados. Los asesinos de Keith Russo son personas poderosas y despiadadas, y no quieren que Miller sea exonerado. Mataron a un abogado hace veintidós años, y matarían a otro sin pensarlo dos veces.
Lee y disfruta de un fragmento de la novela.
El autor:
John Grisham nació en Jonesboro (Arkansas) en 1955. Se graduó en Derecho, ejerciendo como abogado especializado en temas de Derecho Civil y Penal. En 1989 se inició en el mundo literario con la obra “Tiempo de matar” pero fue con su segunda novela, “La tapadera” (1991), con la que alcanzó la popularidad. Desde entonces, la aparición de todas sus obras siguientes tales como: “El informe Pelicano” (1992), “El cliente” (1993), “El jurado” (1996), “Causa justa” (1998) entre otras, han sido recibidas con enorme entusiasmo, no sólo por parte de los lectores y críticos, sino también por la industria cinematográfica, que las ha convertido en auténticas superproducciones cinematográficas. La publicación de “La hermandad” (2000) coincidió con el anuncio de que Grisham ha sido el autor más vendido en todo el mundo durante la década de los noventa.
El libro:
Los guardianes (título original: The Guardians, 2019) ha sido publicado por la Editorial Plaza y Janés en su Colección Éxitos. Traducción de Nieves Calvino Gutiérrez. Encuadernado en tapa dura con sobrecubierta, tiene 400 páginas.
Cómpralo a través de este enlace con Casa del Libro.
Como complemento pongo el Book Trailer de The Guardians de John Grisham.
Para saber más:
https://www.jgrisham.com/
John Grisham en Wikipedia.