El ave más rápida del mundo, el halcón peregrino, crío en la antigua central térmica de les 3Xemeneies por primera vez en 2003. Esto hecho supuso un hito, ya que fue la primera pareja en reproducirse dentro del programa de reintroducción del halcón peregrino en Barcelona. Esta reintroducción, con animales que provenían de cautividad, ha dado pie a que numerosas parejas de esta rapaz críen ahora por toda la ciudad de Barcelona y que se estén extendiendo a territorios próximos. Hoy, veinte años después de que los primeros huevos de halcón peregrino eclosionaran en las 3Xemeneies, los halcones peregrinos han ido reproduciéndose cada año casi sin interrupción.
En ocasiones he avistado los halcones en alguna de las numerosas salidas que hago a la desembocadura del Besòs. Éstos intentan capturar palomas, que es su principal presa, aunque las cotorras argentinas y las tórtolas turcas también representan una parte importante de su dieta. Uno de los beneficios de tener una población de halcones peregrinos en la ciudad es que realizan una función ecológica de limitar la sobrepoblación de palomas. Sin embargo, en el área metropolitana de Barcelona hay tantas palomas que el impacto de estos predadores no llega a ser todo lo eficaz que a la naturaleza le gustaría.
Y si hace veinte años se produjo la primera reproducción de halcones en las 3Xemeneies, hace tan solo diez presencié uno de esos momentos que dejó en mi memoria una huella ornitológica imborrable: el anillamiento de los pollos de halcones que habían nacido ese año en esta mítica central térmica de Sant Adrià de Besòs. Como observador de aves, ver a los miembros de Galanthus Natura, los mismos que idearon y desarrollaron la reintroducción del halcón en Barcelona, coger con delicadez esos pollos que empezaban a tener ya todo su cuerpo cubierto de plumas, fue algo inolvidable.
Fotos cedidas por Concolormedia
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