La Historia tiende a ser recursiva en sus argumentos. Una y otra vez gusta de reciclar hechos pasados repitiéndolos cada cierto tiempo.
Aún recuerdo el primer artículo que me publicaron por allá por el 2003, en el que hacía una comparación de los paralelismos históricos existentes entre Adolfo Hitler, Fidel Castro y Hugo Chávez.
Los tres intentaron con muy poco éxito acceder al poder por medio de un golpe de fuerza, los tres fueron encarcelados por ese hecho, los tres fueron indultados al poco tiempo, los tres lograron conquistar el poder amparados en movimientos populares y los tres terminaron destruyendo sus países, con innumerables muertos en su haber.Hoy, a raíz del desastre en que se ha convertido nuestra patria, gracias a la burda conducción de la misma por parte del heredero, no puedo menos que asombrarme ante la forma en que la repetitiva dama de la historia vuelve, una vez más, a reutilizar el libreto de sus acontecimientos. Como siempre, al borde del precipicio, las sociedades dando un paso al frente.Si los chilenos pensaban, en septiembre de 1973, que habían tocado fondo con Salvador Allende, al igual que el Che Guevara, glorificado por su fracaso, Augusto Pinochet, su heredero, les mostró que no estaban en la sima de sus males sino al borde del barranco. Allí estuvieron durante diez y siete años. Aún no se sabe con precisión cuantos fueron asesinados bajo su mandato.Los cubanos, en 1958 cambiaron al malo conocido por el bueno por conocer y más de cincuenta años después, de seguro, añoran a Baptista visto el desempeño de Fidel, que hizo pasar a su país de ser una sociedad pujante a convertirse en una sociedad parasitaria. Todos los que le hicieron oposición fueron fusilados, eso sin contar los que han muerto por las precarias condiciones de vida en la isla o tratando de huir de ella.No puedo dejar por fuera al abnegado pueblo ruso, saltando de la sartén al fuego, cuando Stalin, a la muerte de Lenin en 1924, gobernó la Unión Soviética de forma tiránica hasta su muerte en 1953, implantando el régimen más totalitario que haya existido jamás. Veintinueve años de sufrimiento. Millones de muertos.Allí está también el pueblo Libio quienes en septiembre de 1969 vieron como era depuesto el rey Idris I por Muamar El Gadafi, para tener que soportarlo hasta octubre del 2011, cuarenta y dos años de martirio. Cientos de miles fallecieron por su causa.Si los chinos, en 1949, pensaban que Chiang Kai-shek era una maldición, durante veintisiete años, Mao Zedong les hizo saber que aun podía haber algo peor. No hay certeza en el número pero todos concuerdan que los muertos se cuentan por millones.El 17 de abril de 1975 está marcado como la caída de Nom Pen bajo el avance de los Jemeres Rojos, en el ínterin, el dictador Lon Nol huyó llorando por su país en un helicóptero rumbo a Hawái. Lon Nol nunca más regresaría a Camboya. Su heredero, Pol Pot, pasó a la historia como el principal responsable del denominado genocidio camboyano, que fue la principal razón de la constitución de un tribunal internacional desde 2006 para juzgar a los líderes supervivientes del régimen. Se mantuvo durante veintitrés años en el poder. En ese tiempo, acabó con más del treinta por ciento de la población de su país.Rafael Leónidas Trujillo, gobernó como dictador de su país desde 1930, cuando derrocó a Horacio Vásquez, hasta su muerte en 1961. Sus 31 años de gobierno son conocidos por los dominicanos y el resto del mundo como la "Era de Trujillo", considerada como una de las tiranías más sangrientas de América Latina. Su gobierno se caracterizó por la represión a toda oposición y el culto a la personalidad. Las libertades civiles fueron inexistentes y se cometieron constantes violaciones a los derechos humanos. Sumergió el país en un estado de pánico, donde una muerte podía ser encubierta como un "accidente" y cualquier persona sindicada como desafecta podía ser encarcelada y torturada en una de las cárceles clandestinas destinadas a esa práctica.Cuando comencé a escribir tenía en mente apenas un par de ejemplos de la monotonía de la historia durante los últimos cien años en materia de nefastos herederos, sin embargo, al ahondar un poco en el tema, más bien me vi obligado a dejar muchos por fuera.El denominador común de todos ellos fue la promesa incumplida a un pueblo de darles una vida mejor. Ninguno lo hizo. Todos sembraron sus tierras con la sangre de personas inocentes cuyo único crimen fue el de estar en desacuerdo con ellos.La historia que les he narrado, me parece harto conocida, preocupado estoy por mi país, apenas estamos comenzando a vivir la pesadilla, si Chávez me parecía malo, este, el para mi innombrable, me parece francamente peor. ¿Hemos, como los rusos, saltado de la sartén para caer en el fuego?, sólo el tiempo nos lo dirá.Arturo Neimanis