El Presidente Trump y su Administración trabajan en varios frentes para conseguir que esta presidencia sea un éxito para el pueblo estadounidense y que fortalezca a la nación. Uno de esos frentes, que los enemigos declarados de Trump no quieren ver ni en pintura por los éxitos que ya está cosechando, es el de los incentivos a empresas americanas y a los inversores.
Una inteligente estrategia negociadora, de persuasión personal y un completo entramado de incentivos fiscales, comerciales y garantías legales, es el escenario que propicia el Presidente Trump para atraer a Estados Unidos billones de dólares que empresas y hombres de negocios americanos mantienen fuera de nuestro país. La repatriación de una parte del capital estadounidense en el extranjero, que podría rondar entre uno y tres billones de dólares, es una operación de tal magnitud que bien puede convertirse en una de las piezas esenciales del renacimiento económico que permita a hacer a América grande otra vez. Y no como un eslogan de campaña, sino desde la fortaleza de nuevas inversiones reales en el país que permitan sacar adelante proyectos de gran importancia en infraestructuras nacionales, investigación tecnológica y creación de millones de empleos. Esto, unido a los incentivos fiscales y ajustes fronterizos que se preparan y que rebajarán los impuestos a empresas, incluidos los beneficios obtenidos en el exterior, proporcionará más de 1,2 billones de dólares adicionales a la economía americana.
Las consecuencias del retorno de este capital a Estados Unidos no sólo afectarán a la creación de empresas y a la realización de nuevas inversiones, sino que inyectará una cantidad importante de recursos económicos vía impuestos bajos que ahora se dejan de recaudar. La reforma tributaria que prepara la Administración Trump incorporará ventajas importantes para lograr que esas reservas monetarias contribuyan a la prosperidad y el crecimiento de los Estados Unidos, fortaleciendo además al dólar como divisa de referencia y a este país como lugar de destino de inversión y ahorro. Lograr que multinacionales americanas como Google, Microsoft, Apple, Amazon, y otras muchas, así como propietarios de fortunas millonarias, traigan enormes cantidades de dinero al país que ahora mantienen fuera, será uno de esos éxitos de Trump que tendrá consecuencias positivas a corto, medio y largo plazo. Un éxito que ni siquiera los enemigos, políticos y medios manipuladores podrán cambiar con sus habituales enredos que ya nadie se cree.
La baza del estímulo monetario, inversor y tributario del Presidente Trump va a marcar un auge económico y de empleo sin precedentes. De hecho, esta estrategia de disuasión y estímulo ya está logrando la creación de miles de empleos y de inversiones productivas en Estados Unidos en sectores como el automóvil, la construcción, la energía, la industria militar, la aeronáutica, de equipamiento industrial, etc. Por citar algunas de las más recientes, el ambicioso programa de inversiones de 20.000 millones de dólares de Exxon Mobil Corporation, que está creando más de 45.000 empleos para la construcción y la manufactura en la región de la Costa del Golfo norteamericana. La inversión de Charter Communications de 25.000 millones de dólares, que contratará a 20.000 trabajadores estadounidenses en los próximos cuatro años. Accenture creará 15.000 nuevos puestos de trabajo altamente cualificados con una inversión de 1.400 millones de dólares para capacitar a sus propios empleados. Intel invertirá 7.000 mil millones de dólares en una nueva fábrica en los Estados Unidos, creando más de 10.000 empleos. Fiat Chrysler invertirá 1.000 millones de dólares para modernizar dos plantas en Estados Unidos, y creará 2.000 empleos. General Motors invertirá 1.000 millones de dólares y creará más de 1.000 nuevos puestos de trabajo. Ford contratará a 700 empleados en Michigan.
Inversiones que están revolucionando el mercado de trabajo nacional. En este sentido, en febrero, el primer mes completo del Presidente en el Despacho Oval, la economía de los Estados Unidos creó 235.000 nuevos empleos. 58.000 nuevos trabajos en la construcción y 28.000 nuevos puestos de trabajo en la industria, dejando la tasa de empleo en 4,7 % por ciento. En este mes el desempleo de larga duración cayó en 49.000. En marzo, los datos siguen en positivo: 267.000 nuevos empleos. Una tendencia de crecimiento sólida de cara al futuro y un éxito notable que indica que el pueblo americano ya está ganando con las políticas de Donald J. Trump.
La acumulación de incentivos y medidas favorables a la inversión están detrás de esos datos incontestables de optimismo económico y empresarial que se extienden por todo el país. Datos como el Indice de Perspectivas de la Asociación Nacional de Fabricantes, que muestra el nivel más alto de optimismo en 20 años; el Dow Jones Industrial, que ha subido más de un 12% desde el Día de la Elección el 8 de noviembre de 2016; el Índice Semanal de Confianza Económica Gallup, que se volvió positivo poco después de la elección del Presidente Trump y ha permanecido positivo durante 19 semanas consecutivas; el Índice de Perspectivas Económicas de la Mesa Redonda de Negocios, que ha subido 19 puntos, el mayor salto desde 2009; el Índice de Confianza de la Asociación Nacional de Constructores de Viviendas que se encuentra actualmente en su nivel más alto en 12 años; el índice Gallup Small Business, que refleja que los propietarios de pequeñas empresas se muestran en los niveles más optimistas desde julio de 2007; el Índice de Confianza del Consumidor del Conference Board, que ha subido recientemente a su nivel más alto en más de 16 años; el Índice de American Dream, que ha rebotado a 100.5 puntos....
Así, mientras cierta prensa desprestigiada y en manos de lobbies sigue en su campaña para derribar a Trump a cualquier precio, la mayor parte de las veces mediante noticias manipuladas o falsas, el Presidente está sembrando con inteligencia las políticas que van a cambiar de raíz el panorama económico y empresarial de este país y de todo el mundo. Porque estas políticas son eficaces y están logrando ya importantes avances en el crecimiento de la economía nacional. Esto se traduce en liderazgo económico sólido, y un liderazgo económico real, basado en el poder de inversiones millonarias y creación de empleo nacional, devolverá a Estados Unidos la influencia y la prosperidad que siempre ha tenido, y proporcionará al Presidente Trump un enorme éxito que nada ni nadie podrá silenciar, y que lo colocará en los libros de Historia como uno de los Presidentes más importantes y exitosos. Todo ello para disgusto y mareo de los fanáticos anti Trump, críticos y enemigos, y regocijo de los que siempre hemos defendido con inteligente serenidad una presidencia que brindara nuevas oportunidades para el pueblo americano.