Revista Psicología

Los inconvenientes de comer un puñado de cacahuetes al día

Por Redespress60

Mejoran la función del corazón, son activos en la lucha contra el cáncer, reducen el riesgo de Alzheimer y, aunque demasiado calóricos en general, nunca nos sentimos mal por tomar un puñado. Pero, ¿es capaz de controlarse ante una bolsa y tomar solo unos cuántos?..

Si nos fijamos en sus rasgos nutritivos, los cacahuetes son similares a los frutos secos, pero no es cierto que el cacahuete sea un fruto seco. De hecho, en relación a la información para alérgenos, se separan frutos secos y cacahuetes, ya que éstos son fabáceas. La confusión es debida a los diferentes tipos de clasificación: botánica, utilidad y composición; por cómo nacen, los cacahuetes son legumbres, pero tienen más grasa que otros alimentos de la familia; y por su composición, se consideran un fruto seco. Por otra parte, su utilidad tampoco es igual que la de los guisantes o las lentejas.

Un ejemplo de lo especial y diferente que es el cacahuete lo encontramos en la cocina. En pastelería el cacahuete apenas se usa, pero muchas recetas sí contienen frutos secos. En la cocina occidental, concretamente la mediterránea, el uso de cacahuetes es mínimo, pero en otros países es frecuente encontrar aceite de maní o cremas de cacahuete.

Tan conocida es su reputación saludable como su fama de ser adictivos, y la mayoría de nosotros somos incapaces de consumir solo la porción diaria recomendada, es decir, un puñado de frutos secos. La ración es raquítica: según cuenta en La Repubblica la doctora Alessandra Bordoni, profesora de Ciencia de los Alimentos en la Universidad de Bolonia y especialista en frutos secos, alrededor de 23 almendras, 26 avellanas, 20 anacardos, 5 nueces, 25 pistachos, y con los cacahuetes, "un máximo unos 30 gramos (20 unidades) por jornada, y no todos los días. Si nos dejamos llevar por el impulso, podemos tomar hasta 100 gramos de un tirón, que representa un tercio de las calorías totales que deben ingerirse en un día, y que se transforman en 50 gramos de grasa".

Según un estudio llevado a cabo por investigadores de la Universidad de Maastricht y publicado en la revista International Journal of Epidemiology, el contenido de los cacahuetes es rico en proteínas y aminoácidos, minerales como el potasio, magnesio y el fósforo, vitamina E y ácido fólico, contribuye a alargar la vida. Controlan la tensión y aumentan las defensas, pero tienen un alto valor energético. Su consumo moderado está recomendado en dietas de adelgazamiento, pues diversas investigaciones insisten en que su contenido en grasas mono y poliinsaturadas compensan la reducción de grasas en regímenes hipocalóricos.

Además, tienen fibra (9 gramos por cada 100), por lo que resultan saciantes. Pero hay que contarlos para comerlos. Podemos tomar 50 gramos (33 cacahuetes) sin acompañar absolutamente con nada, como desayuno o comida de mediodía. Y solo eventualmente, unas dos veces por semana. Si se toma un puñado pequeño al día, de manera continua, se puede llegar a engordar hasta 1 kilo al mes. Eso es porque son extra densos en calorías, lo que significa que tienen más energía por ración que la mayoría de otros alimentos. Por ejemplo, 100 gramos de cacahuetes tienen 567 calorías, mientras que el mismo peso de pasta cocida tiene tan solo 130 calorías.

La aparición de gases o hinchazón tras comer ésta fabácea es un efecto secundario común, debido a que estos contienen fitatos y taninos, que dificultan la digestión. Y su exceso de grasa, al ser consumidos en abundancia, puede conducir a la diarrea.

Desde el punto de vista botánico, el cacahuete al ser una legumbre, y sabemos que este grupo de alimentos suelen provocar gases por la presencia también de los oligosacáridos (azúcares), moléculas de enorme tamaño que no pueden ser absorbidas por el intestino delgado y así pasan al intestino grueso, donde se produce la fermentación bacteriana que al degradar los azúcares producen gases.

Teniendo en cuenta su alto contenido en grasas (buenas: eso sí) y que el hígado es el órgano que las procesa, su consumo excesivo no alegrará, precisamente, a su órgano glandular. Hay que recalcar que son portadores de aflatoxinas, toxinas naturales que se producen a través de levaduras habituales en los suelos de países tropicales, cuya toxicidad del agua puede acarrear lesiones hepáticas, según una investigación de 2010 de la Universidad de Pittsburgh. Ojo: tanto la FDA como la legislación europea realizan controles de seguridad que libran de riesgos el consumo de cacahuetes, con cantidades mínimas de aflatoxinas. Pero el control a la hora de su consumo no es una mala medida preventiva, como concluyen informes de nutricionistas y expertos consultados.

Fuentes: La Repubblica // ElPais // LaVanguardia


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