Los indiscutibles aciertos de Correa
" data-orig-size="520,230" sizes="(max-width: 300px) 100vw, 300px" aperture="aperture" />Rafael Correa Delgado, presidente constitucional de la República del Ecuador dice adiós a su período de gobierno y sale por la puerta ancha, tras una gestión impregnada por gran experticia económica, políticas públicas acertadas y la garantía del anhelado estado de bienestar a gran parte de la población ecuatoriana.Correa recibió el doctorado Honoris Causa en Ciencias Económicas en la prestigiosa Universidad de La Habana este viernes 5 de mayo, y tal categoría honorífica premia su honestidad política, ingenio económico y defensa del pueblo, privado de todo derecho y solidez financiera durante la noche negra neoliberal, extendida también al Ecuador en las décadas del noventa y principios de los dos mil, de manos de embaucadores gobernantes como Lucio Gutiérrez, por ejemplo.
Durante una conferencia magistral en el aula magna de la Casa de Altos Estudios capitalina, Rafael Correa rindió cuentas a los presentes de cada paso dado por el gobierno de este líder de la Revolución Ciudadana en la tierra de Eloy Alfaro, para desconcentrar los ingresos y riquezas del país desde la clase poseedora del poder económico hacia las capas donde se incluían segmentos de población en pobreza absoluta.
La reducción notable de este último indicador resulta precisamente uno de los mayores motivos de aplauso para el brillante estadista y economista, autor de políticas públicas de alto impacto en el pueblo del Ecuador, relativas en gran medida a fomentar la educación media y superior de los ciudadanos de ese país.
Dar nivel de escolaridad al pueblo y capacitar recursos humanos en la enseñanza universitaria y de postgrado fue premisa constante del gobierno de Correa, quien amplió considerablemente durante su mandato la infraestructura educativa en la nación que ocupa el centro del mundo.
Desde 2007, inicio de su gestión presidencial, y hasta la fecha, pese al último período de crisis la economía ecuatoriana alcanzó resultados meritorios, siempre con altos porcentajes de gasto público, una inversión que según el propio mandatario saliente no demerita la gestión financiera de un país, porque invertir en desarrollo humano es también parte de la economía, y así lo dejó claro el titular ecuatoriano en su conferencia magistral.
Renegociar la deuda externa, con resultados satisfactorios para el país constituyó otra de las muestras del excelente despliegue financiero de Rafael Correa Delgado y su gabinete, y una causa clave para los altos estándares de aceptación popular.
El presidente de Ecuador en estos últimos diez años adoptó las necesarias políticas nacionalistas que permitieron al país recuperar, proteger y explotar para beneficio de todos las riquezas y recursos naturales.
Correa debió luchar contra factores negativos para el desarrollo de todo gobierno, como por ejemplo una economía mundial inestable y aún en recesión, las permanentes calumnias y silencios sobre sus méritos de los medios de comunicación en manos de la derecha, así como grupos de presión que constantemente sabotearon desde disímiles espacios las premisas sociopolíticas de la Revolución Ciudadana.
Empoderar a los hasta el momento desplazados, a capas sociales olvidadas y lanzadas a las calles, a los subviaderos públicos y a las márgenes de la vida del país fue la meta de Rafael Correa y el equipo presidencial que lo respaldó estos diez años.
De manera indiscutible lo logró, y la frase final de la conferencia magistral del aula magna habanera así lo ratifica, cuando el mandatario dijo, evidentemente emocionado que en su “país ya manda el pueblo ecuatoriano.”
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