Los insecticidas domésticos se vinculan a un aumento del riesgo de padecer cáncer infantil

En el año 2013 nos hacíamos eco de un estudio en el que se concluía que había que evitar el uso de insecticidas para el hogar durante el embarazo, la razón es que la composición química de estos productos podía afectar al desarrollo del bebé con consecuencias neurológicas. Pero además, en este estudio se destacaba que estos productos podrían incrementar el riesgo de leucemia en los bebés recién nacidos, de todo ello hablábamos aquí.

Ahora, un nuevo estudio desarrollado por expertos de la Facultad de Salud Pública de la Universidad de Harvard (Estados Unidos), en el que se han analizado 16 estudios realizados desde la década de los 90, concluye que los niños que están expuestos a los insecticidas domésticos tienen un riesgo algo más elevado de sufrir cáncer, concretamente leucemia, tal y como se ha considerado en estudios anteriores. También se aprecia un incremento reducido del mismo riesgo ante una exposición a productos fitosanitarios como los herbicidas.
Hay que decir que como se trata de una revisión de los resultados obtenidos en otras investigaciones, los expertos apuntan que sus resultados no son determinantes para asegurar que la composición química de los insecticidas contribuyan de forma directa al incremento del riesgo de sufrir cáncer. Los investigadores explican que no se conoce el grado de exposición que se puede asociar a la enfermedad, y tampoco se sabe si estos productos químicos afectan en determinados momentos críticos en el desarrollo de los niños, ¿es antes, durante o después del embarazo?

Lo cierto es que existe una relación, los insecticidas domésticos se vinculan a un aumento del riesgo de padecer cáncer infantil y al margen del momento de mayor riesgo por la exposición, los expertos recomiendan que se limite de forma drástica la exposición de bebés y niños a estos productos. Merece la pena recordar que la Agencia de Seguridad Alimentaria de la Unión Europea evaluó dos insecticidas neonicotinoides utilizados para el control de plagas en los cultivos y que la OMS los catalogaba como moderadamente tóxicos, concluyendo que podían afectar al sistema nervioso de los futuros bebés. Con este estudio se puede poner de manifiesto que es necesario investigar más sobre el tema, ya que lo que antes se consideraba moderadamente tóxico, hoy representa un riesgo potencial para el desarrollo y la salud de los bebés.

Como decíamos, en la investigación se revisaron los resultados de 16 estudios realizados desde el año 1993 hasta el año 2013, en todos los estudios se realizó una comparativa entre niños sanos y niños que sufrieron cáncer, paralelamente se midió la exposición a los insecticidas a través de cuestionarios que se realizaron a los padres. Los niños que fueron expuestos a insecticidas domésticos tenían entre un 43% y un 47% de riesgos de sufrir leucemia. Con respecto a los insecticidas que se utilizan al aire libre, como por ejemplo en los jardines, no se encontró ninguna asociación. En lo que se refiere a los herbicidas, se determinó que incrementaban en un 26% el riesgo de sufrir leucemia.

Los investigadores comentan que estas cifras no son alarmantes, ya que muestran que se incrementa de 1 a 1’5 el número de niños por cada 10.000 con riesgo de sufrir esta enfermedad. Seguramente no dirían lo mismo si les tocara a sus hijos, se ha de trabajar por erradicar o minimizar al máximo los riesgos. Un riesgo por pequeño que sea no debería ser aceptable si hablamos de la salud de los niños, los insecticidas deberían ser estudiados en profundidad y utilizar formulaciones que fueran completamente inocuas para los seres humanos. Es evidente que se debe estudiar más esta relación, sobre todo sabiendo que algunas sustancias químicas pueden contribuir al desarrollo del cáncer en aquellos niños que resultan más vulnerables.

Podéis conocer todos los detalles del estudio a través de este artículo publicado en la revista científica Pediatrics.

Foto | JeepersMedia

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