Revista Coaching

Los intocables

Por Falcaide @falcaide

Ayer en La Sexta proyectaron la película Los intocables (1987), de Brian de Palma, una cinta que está entre mis preferidas por las múltiples enseñanzas que aporta. Dejo el análisis que hice algún tiempo.
Título original: The untouchables (Los intocables).
Director: Brian de Palma.
Intérpretes: Kevin Costner, Sean Connery, Andy García, Robert de Niro, Charles Martin Smith.
Año: 1987.
Oscar: Mejor Actor Secundario (Sean Connery).
Temas: Amenazas, Confianza, Constancia, Dificultades, Ejemplo, Errores, Experiencia, Selección de Personal, Sobornos, Trabajo en Equipo.
Corren los años treinta. Es la época de la Ley Seca. La prohibición ha transformado Chicago en una ciudad en guerra. Son tiempos de gánsters. Las bandas se disputan el control de la ciudad por medio de granadas y metralletas. Un imperio ilegal de mil millones de dólares de alcohol es el móvil del contrabando. El comandante federal del departamento del Tesoro, Eliot Ness, se rodea de un pequeño grupo de policías -Los intocables- para intentar detener al mafioso Al Capone. El reto, sin embargo, no va a ser nada fácil. La corrupción, la violencia y las armas, dificultarán su labor.
Brian De Palma debutó en el largo con Asesinato a la moda (1968), a la que seguirían películas como: Celebración de boda (1969), ¡Hola, mamá! (1970), Beeman, el magnífico (1972), El fantasma del paraíso (1974), Carrie (1976), Fascinación (1976), La furia (1978).
Los años ochenta fueron los que marcaron la consagración definitiva de este director con: Vestida para matar (1980), Impacto (1981), El Precio del poder (1983), Doble cuerpo (1984), Chicos listos (1986), Los Intocables (1987), Corazones de hierro (1989).
En la década de los noventa, su película más importante fue Mission Imposible (1996) -con la participación de Tom Cruise-. Después vendría Ojos de serpiente (1998) y Misión a Marte (2000), y ya en el año 2002 aparecería Mujer Fatal.
Basada en la serie de televisión de los años sesenta –ciento catorce episodios se rodaron- y en la novela de Oscar Fraley y el propio Eliot Ness, David Mamet –que debutaría como director ese mismo año con Casa de juegos (House of Games, 1987)– escribió el guión de este metraje.
Con un elevado presupuesto y un inmejorable reparto –Kevin Costner, Robert de Niro, Sean Connery y Andi García–, Los Intocables obtuvo una estatuilla –y cuatro nominaciones– en la figura de Sean Connery al Mejor Actor Secundario. También son notables las interpretaciones de los secundarios como Frank Nitty –con su impecable traje blanco; el vestuario corre a cargo de Giorgio Armani– o Billy Drago.
Destacamos sólo algunas lecciones de sumo interés para el ámbito de las organizaciones empresariales:
1. La solvencia profesional depende de la credibilidad; y la credibilidad se apoya en el ejemplo. Se seduce y conquista con actos concretos; coherencia entre discurso y conducta; complicidad entre teoría y práctica; hermanamiento entre palabras y hechos; convergencia entre filosofía y vida. Por el contrario, la inconsistencia entre lo que uno dice y hace, el divorcio entre pensamiento y actos, deteriora la credibilidad:
- Si hemos de hacer que la ley se cumpla, debemos dar ejemplo, afirma Eliot Ness (Kevin Costner).
2. Con una palabra amable y una pistola llegarás más lejos que con una palabra amable, dice Al Capone (Robert de Niro). El directivo amenazante –falto de iniciativas loables– tiene que recurrir a menudo a medios intimidatorios para conseguir sus que los demás cumplan sus tareas; los empleados –en la mayuor parate de las ocasiones por falta de alternativas– responden en el corto plazo, pero con el tiempo, se acaba revelando. Los minutos finales del metraje desvelan como su propio abogado alterna los papeles y de “defensa” pasa a ser “acusación”.
3. Uno vale en gran medida lo que vale la gente de la que se rodea. La selección de personal es el punto de partida de las compañías exitosas. Rodearse de los mejores es el primer paso para llevar a buen puerto proyectos ambiciosos. Ello implica, sin embargo, ser lo suficientemente humilde –esto es más complicado– para reconocer que hay gente mejor dotada que uno mismo. Algunos, sin embargo, con tal de sentirse importantes se rodean de mediocres, con lo que el sino de esa compañía no es difícil de pronosticar. Hay que subir el nivel y no descuidar este aspecto (minutos 16–32).
4. ¿En quién se puede confiar? En nadie. Si usted tiene miedo de coger una manzana podrida, no vaya al cesto, cójala directamente del árbol. Éste es el consejo de Malone (Sean Connery) a Eliot Ness ante la falta de confianza en su gente que le está traicionando. No abunda la gente en la que se puede confiar, pero siempre se pueden encontrar personas interesantes. Hay que ir en su búsqueda porque la abundancia nace de la confianza. Sólo se puede construir algo grande cuando uno puede contar con gente en la que confiar.
5. Donde uno no alcanza, otros sí; y a la inversa, donde otros no llegan, uno sí. Gran parte del éxito del trabajo en equipo reside en la complementariedad de sus miembros. Así son los intocables. Uno aporta experiencia, Jimmy Malone; otro, juventud e ilusión, George Stone (Andy García); el contable Wallace (Charles Martin Smith), su labor de back-office; finalmente, Eliot Ness, incorpora la capacidad de liderazgo. Todo ello adecuadamente combinado da como resultado un conjunto competente. Toda una lección de trabajo en equipo: Objetivos nítidos (atrapar a Al Capone), complementariedad (cada uno tiene talento en algo) y, sobre todo, mucha unión (dejando individualidades y egos a un lado).
6. En cualquier territorio hay gente que intenta –en la cinta en los juzgados mediante el soborno al jurado del caso Al Capone– comprar a otra. Afortunadamente, no todo el mundo es comprable con dinero. Eliot Ness también es objeto de esta clase de prácticas que no duda en rechazar:
- Hay un negocio muy importante y popular al que usted está causando desaliento. Por qué no hace usted la vista gorda y deja que las cosas sigan su curso, le sugiere el concejal del distrito 41.
7. Cuanto más viejo, más pellejo. La veteranía siempre es un factor desequilibrante en cualquier afrenta. Malone, un tipo con mucha calle, sabe bien cómo se las gasta Al Capone y su cuadrilla.
8. Seguir de cerca a la competencia permite detectar carencias –que cualquier empresa tiene– para aprovecharlas en beneficio propio. La perspicacia de Wallace, el contable, permite culpar a Al Capone de evasión de impuestos y no por sus delitos de contrabando. Sun Tzu lo dijo en El arte de la guerra: "Si conoces a los demás y te conoces a ti mismo, ni en cien batallas correrás peligro; si no conoces a los demás, pero te conoces a ti mismo, perderás una batalla y ganarás otra; si no conoces a los demás ni te conoces a ti mismo, correrás peligro en cada batalla".
9. Hay que fallar cien golpes en la herradura para acertar una vez en el clavo, reza la sabiduría popular. Llegar al destino marcado implica agotar todos los caminos posibles antes de abandonar. Eliott Ness no ve otra posibilidad más que tirar la toalla. Malone, sin embargo, empuja hacia adelante. Al final, los resultados acaban llegando.


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