Ahora por la mañana me disponía a preparar mi café matutino descafeinado (ya que no dormí y quería levantarme temprano, y como no me puedo levantar temprano pues...) cuando por medio de una de mis fuentes noticiosas de alta tecnología (la tele, el periódico local y Google) me dio conocimiento de que mi "flojera matutina" (por no decirlo peor) está fuertemente fundamentada en los cambios biológicos de la juventud.
Según la Universidad de Oxford, en la etapa de la adolescencia se necesita dormir más horas que en cualquier otra etapa de la vida, ya que el reloj interno así lo pide. Todo esto es debido a que nuestro organismo -principalmente nuestro cerebro- trabaja más que en cualquier momento de nuestra existencia, por lo que es normal que nuestro cuerpo nos pida unas horas extra de descanso, lo que provoca que seamos fieles y fervientes seguidores de la rutina del "me levanto al rato" o "no más cinco minutos más".
Se dice también que esto es más notable en los jóvenes de la actualidad, ya que en contra de lo que se dice, que todo es culpa de la televisión o el uso de teléfonos e Internet durante la noche, se debe más a causas meramente biológicas y evolutivas.
Los resultados de los estudios realizados además indican -en términos más asimilables- que diario deberíamos de dormir por ejemplo, de las 12 de la noche a las 10 de la mañana, si es que queremos tener un cerebro más saludable. Esto se sabe ya que los jóvenes de ahora siempre se duermen en promedio dos horas más tarde que sus padres o abuelos, además de existir un porcentaje que gusta de alargar el sueño hasta por cuatro horas.
Entonces, ¿por qué nos decían que debíamos dormir 8 horas diarias? Quizás por que eso es lo que dormían las generaciones anteriores. Yo diría que es más por tener una vida un tanto más acelerada y que nuestro organismo necesita descansar más porque evidentemente es necesario reponer más.
Nuestro cerebro se satura de información. Y más ahora con tanta información fluyendo a diestra y siniestra, y sobre todo que las multidisciplinas son el pan nuestro de cada día: hablar 3 idiomas, conocer las contraseñas de nuestras tarjetas de crédito o incluso saber que acciones tomar ante un mundo hostil envuelto de la enfermedad del siglo XXI, el estrés.
Quizás ya he perdido el punto pero la verdad es que... ¿será tan necesario dormir más?
Es que, puede que quepa la posibilidad de que para trabajar mejor, se deba descansar mejor. El dilema de la productividad quizás.
Los jóvenes -yo, tú ella, él... quien sea- podremos querer exprimir el tiempo como naranjas y tragarnos el mundo a grandes bocados pero nunca nos será suficiente. Hay que descansar. Que no se nos olvide eso. Hasta donde sé, todos los seres humanos han de dormir, por más exitosos que sean. Por lo que no hay que ver el descanso como algo fuera de lo "normal" o inadecuado.
Leer ésta información -que hace tiempo ronda por la web- me hace recordar que no puede existir una cosa sin la otra, afortunadamente, y que de no saber que el sueño es un simple "batt-low" de la creatividad y el desempeño mental, seguro destruiría mi cama en un santiamén.
Pero qué diablos. Muchas de las grandes ideas las aporta la almohada.