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Los jóvenes gritan a los líderes del mundo qué tienen que hacer para salvar el planeta

Por Danield @ecoscopioweb
Los jóvenes gritan a los líderes del mundo qué tienen que hacer para salvar el planeta

Participaron de la discusión oficial sobre clima convocada por Naciones Unidas en Nueva York. Apoyaron sus reclamos en estudios científicos y les disputaron el protagonismo a los presidentes. Mañana volverán a manifestarse a nivel global, y en la Argentina, y en octubre tendrán oradores, entre ellos una joven argentina, en una cumbre climática en Dinamarca.
Un joven toma el subte en la mañana del viernes 20 con una mochila, pero no se dirige al colegio, sus manos sostienen un cartel sobre el futuro del planeta. En un cochecito en la plaza, un niño muestra un afiche con la frase “salven nuestros océanos” y mira con enojo a la cámara. Tres amigas caminan cantando “¿Qué queremos? Justicia climática. ¿Cuándo la queremos? Ahora”. Son algunas postales de lo que fue un día histórico para el activismo ambiental.
Más de 4 millones de personas se movilizaron alrededor de 160 países el viernes pasado, 20 de septiembre, con un propósito: reclamar acción más urgente y ambiciosa ante el cambio climático. La elección de la fecha no fue casual: quisieron recordarles a los representantes políticos, que se reunirían el lunes en la Cumbre sobre la Acción Climática, que los observaban atentamente. La atención puesta en Nueva York tampoco fue casual. La activista sueca Greta Thunberg, impulsora del movimiento global Viernes por el Futuro (Fridays For Future), estuvo presente allí.
Los anuncios de representantes políticos, tendientes a incrementar la ambición climática de sus naciones, que se escucharon en la cumbre quedaron opacados ante las palabras contundentes de la activista de 16 años. “Todo esto está mal. Yo no debería estar aquí. Debería estar de regreso en la escuela del otro lado del océano. ¿Ustedes vienen a los jóvenes en busca de esperanza? ¡Cómo se atreven! Me han robado mis sueños y mi infancia con sus palabras vacías”.
Las palabras de Greta representaron a aquel joven en el subte que cambió ir al colegio por marchar, al niño en el cochecito mirando con enojo, a las amigas conscientes de la causa que defendían. En pocos días, los sucesos ocurridos fueron múltiples, pero todos tuvieron un elemento en común: esa juventud que está enojada, que lucha, que denuncia y que no baja los brazos. Y ello se refleja en los siguientes cuatro temas que resumen lo vivido desde el viernes en “la ciudad que nunca duerme”.
1. Se hacen escuchar y quieren ser parte de la toma de decisiones
La del viernes fue la tercera movilización global del año convocada por las nuevas generaciones, con una particularidad: invitaron a los adultos a acompañarlos en el reclamo. Eso se vio y sintió en las calles newyorkinas. Un grupo de pequeños con la madre de uno de ellos, clases enteras de alumnos con sus docentes, nuevos activistas que cantaban con aquellos de mayor experiencia. Adultos que faltaron esos días a sus trabajos no para ser protagonistas, sino para apoyar a los jóvenes.
Las consignas en carteles, cánticos y remeras fueron múltiples: “eleva tu voz, no el nivel del mar”, “es el aire que respiramos”, “reparemos nuestro planeta”, “carbón versus libertad”, “pelea como si tu mundo dependiera de ello”. Tras aplausos que parecían no terminar, pero con un silencio que solo quería escuchar con profundidad, Greta expresó arriba del escenario en Battery Park: “Esta crisis climática es más importante que ir al colegio o a trabajar”. La próxima marcha global se celebrará mañana, viernes 27 de septiembre; fecha elegida por varios jóvenes latinoamericanos, como los argentinos, para concentrar la movilización.
La juventud no sólo se movilizó, sino que algunos jóvenes de distintos países tuvieron la oportunidad de participar el sábado en la Cumbre de la Juventud sobre el Clima, convocada por Naciones Unidas (ONU), con el foco puesto en las soluciones que vienen implementando. Uno de los momentos más destacados fue el Town Hall (una suerte de foro abierto de preguntas del público) en el que los jóvenes realizaron preguntas a representantes de distintas áreas de ONU y de algunos gobiernos presentes.
Qué pasará luego de la cumbre, cómo hacer que los gobiernos propaguen acciones, qué sentido tiene realizar la cumbre si luego le dan voz a empresas de combustibles fósiles. Esos fueron algunos de los interrogantes que evidenciaron sus inquietudes. Para los jóvenes, sus voces no sólo tienen que ser escuchadas sino también, y por sobre todo, ser parte de los procesos de toma de decisión.
La Enviada en Juventud de ONU, Jayathma Wickramanayake -la funcionaria principal más joven de la ONU, hoy con 28 años- esbozó algunas de las conclusiones de la jornada: desde la necesidad de que los gobiernos reduzcan ambiciosamente sus emisiones contaminantes a que haya más oportunidades de apoyo y financiamiento para iniciativas climáticas juveniles. Bruno Rodríguez, de 19 años, representante de Jóvenes por el Clima Argentina y orador en el evento, manifestó: “La principal conclusión es que desde este día se inicia una nueva etapa en la lucha que estamos brindando los jóvenes. El día anterior marchábamos y luego estábamos debatiendo en una cumbre. Estamos disputando el poder, desde el poder y desde las calles”.
2. La ciencia ya avisó y los jóvenes lo entendieron mejor que los adultos
Entre esas más de 250.000 personas que marcharon por Nueva York, un cartel llamaba la atención: “Los científicos climáticos apoyan la huelga escolar”. Lo sostenía Laura Haynes, científica climática post-doctoral y doctora en Ciencias de la Tierra y la Atmósfera de la Universidad de Columbia. ¿Por qué estaba ahí movilizándose con los jóvenes? “Sabemos que el cambio climático es el problema de nuestro tiempo y sabemos cuán preocupante es la situación. Estamos acá para apoyar a los estudiantes que están protestando”, explicó mientras marchaba junto a colegas.
“La ciencia habla, no se negocia”, aseguró Inger Andersen, directora ejecutiva de ONU Medioambiente en la presentación de un nuevo reporte el pasado domingo y agregó: “Los más chicos ya lo entendieron. Son los adultos los que ahora tienen que hacerlo”. Bajo el título “Unite behind science” (“Unidos en la ciencia”), recopila los resultados de los más recientes estudios científicos sobre cambio climático. El escenario que ofrece sobre el estado del planeta, alerta: 2015 a 2019 fue el período de cinco años más cálido jamás registrado; hubo un incremento promedio de la temperatura en 1.1°C a nivel mundial en relación con los niveles pre-industriales; el impacto se está sintiendo de manera más fuerte y temprana de lo predicado hace 10 años; las emisiones de dióxido de carbono (CO2) tuvieron un crecimiento anual del 2% y un récord de 37 mil millones de toneladas de CO2 en 2018.
Haynes estudia el cambio climático y la química de los océanos. Greta cruzó uno de ellos, el Atlántico, con una frase impresa en el velero de carreras: “Unidos detrás de la ciencia”. El informe "Unidos en la ciencia" es contundente sobre la necesidad de aumentar la ambición de la acción climática: si se quiere alcanzar un aumento de la temperatura de la superficie del planeta por debajo del 1.5°C para fin de siglo, los países deberán quintuplicar sus políticas.
3. Anuncios insuficientes y alejados de las expectativas que marcan las movilizaciones
En la movilización del viernes, Greta había anticipado sus expectativas: “Los líderes tienen la oportunidad de probar su liderazgo, y que realmente nos están escuchando. Vamos a a hacer que nos escuchen”. El lunes 23 se desarrolló la Cumbre sobre la Acción Climática, en la que la joven sueca expuso un encendido y contundente discurso que retomó sus tradicionales reclamos: no están escuchando a la ciencia, no están actuando con ambición y los jóvenes seguirán en la lucha por su futuro. 
Los jóvenes gritan a los líderes del mundo qué tienen que hacer para salvar el planeta
Lo que siguió fue una larga jornada en la que presidentes, otros dirigentes políticos nacionales y locales, y representantes del sector privado realizaron anuncios tendientes a mostrar objetivos más ambiciosos de acción climática. Los mismos fueron elegidos previamente como los más ambiciosos, pues António Guterres, el secretario general de ONU, aseguró que no le daría el escenario a un país que no tenga una propuesta concreta. Mayor reducción de sus emisiones contaminantes, alcanzar la neutralidad en carbono a 2050, cerrar progresivamente plantas de carbón y otorgar dinero al Fondo Verde para el Clima en pos de promover las políticas climáticas de los países en desarrollo, han sido algunos de los anuncios escuchados.
Enrique Maurtua Konstantinidis, asesor principal de Política Climática de la Fundación Ambiente y Recursos Naturales (FARN), analiza el resultado de la Cumbre: “Había un alto nivel de expectativa en esta cumbre porque tenía que realmente marcar una diferencia y no fue algo que necesariamente se vio. Greta dejó muy en claro en su discurso inicial que el problema acá es que la ciencia está diciendo una cosa y ellos sólo dicen `qué barbaridad´, pero luego siguen tomando café tranquilos. En este momento deberíamos estar encaminados a propuestas muchísimo más ambiciosas”. La opinión del experto argentino coincide con la mayoría de las críticas de las organizaciones ambientalistas que subrayaron la ausencia de propuestas y compromisos de los países más ricos y más emisores.
Para Lois Young, presidenta de la Alianza de los Pequeños Estados Insulares, “los jóvenes hicieron un montón por esta cumbre. El contenido de su mensaje puede parecer el mismo que venimos diciendo hace 30 años, pero la voz de los jóvenes fue la voz correcta en este momento”.Una científica levanta un cartel con la leyenda "los científicos del clima están de pie con la huelga escolar".
4. Lo que viene: adolescentes en el escenario central de las cumbres
De un lado y de otro -de la ONU, de las organizaciones y de los expertos- coinciden en que la Cumbre fue sólo un paso más en el proceso de la acción climática. Los ojos del mundo viajarán ahora rumbo a suelo latinoamericano, donde en diciembre próximo se llevará a cabo la Conferencia de las Partes (COP25), la reunión anual de negociaciones climáticas. El presidente chileno, Sebastián Piñera, esbozó en su discurso durante el Debate General que la COP25 tendrá, entre otros, los siguientes objetivos: lograr que los países asuman compromisos más ambiciosos, incorporar la protección y conservación de bosques y océanos, incluir a todos los actores.
Luego de la COP, vendrá el año clave para que los países presenten sus planes de acción climática más ambiciosos: 2020. Lo ocurrido estos días no ha sido en vano. La participación de los jóvenes se acrecienta en los eventos que siguen en agenda. Un grupo de 13 jóvenes -incluida una argentina- se subirán al escenario central de la próxima Cumbre de Alcaldes de C40 (iniciativa que reúne a ciudades para trabajar ante el cambio climático) que tendrá lugar las próximas semanas en Copenhague, Dinamarca. Y la pre-COP del próximo año en Italia contará con una participación especial juvenil.
“Esto es generacional. Vamos a tener que poner a los jóvenes líderes en el proceso. Ellos son los líderes que se están levantando”, aseguró Rachel Kyte, CEO de la iniciativa Sustainable Energy for All (que impulsa acciones para alcanzar el objetivo de acceso universal a la energía sostenible para 2030), durante un evento luego de la Cumbre. En ese mismo panel, Farhana Yamin, abogada en cambio climático y activista de Extinction Rebellion (movimiento social que busca influir en las políticas ambientales a través de la resistencia no violenta), recordó sus inicios y el miedo que sentían en esos tiempos de enfrentar al poder: “La energía global hoy está viniendo de la gente que quiere un cambio político. Esta cumbre condujo a una polarización: se puede ver dónde estamos, sabemos dónde debemos estar, vemos a nuestros aliados. El tiempo para un buen diálogo con las partes interesadas ha terminado”.
Al concluir la Cumbre sobre la Acción Climática, Guterres resumió el balance de lo ocurrido: “Se ha impulsado el momentum, la cooperación y la ambición. Pero aún tenemos un largo camino por recorrer”. Ante una ciencia que habla con datos y hechos concretos, ante una juventud que sale a las calles a reclamar lo que parece obvio, ante la urgente necesidad de actuar, el interrogante que queda es si habrá tiempo suficiente para recorrer ese largo camino. Las palabras de Greta ante los líderes dan convicción a parte de la respuesta: “Si los líderes mundiales eligen fallarnos, mi generación nunca los perdonará. El cambio vendrá, les guste o no”.
Reporte de: Tais Gadea LaraDesde: Nueva York (USA)Publicado en: www.redaccion.com.ar Ambiente y ecología

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