La segunda guerra mundial y sus controversias
Como el conflicto más devastador de la humanidad y un hecho controversial en sus causas, hechos y consecuencias, la Segunda Guerra Mundial ha sido motivo de debates y revisiones históricas a través de diversas generaciones, posturas ideológicas, escuelas y nacionalidades. Uno de los temas favoritos, fue acerca de la situación y aptitud que tomaron los vencedores para con los vencidos. En la vida y en la historia siempre ronda una oración que jamás debe ser olvidada por ningún escritor o historiador y sobre todo si aquello de lo que se escribe es acerca de guerras: “la historia la escriben los vencedores”.
En efecto, ¿Cuántas veces hemos escuchado tal mención? Los hechos parecen hablar por sí solos. Durante la Segunda Guerra Mundial la humanidad vivió uno de sus episodios más sombríos y trágicos. Las persecuciones nazis de millones de personas destinadas a campos de trabajo forzado, concentración o muerte, sencillamente conmocionaron al mundo y a la humanidad entera. No hay que ser ingenuos, los rusos también cometieron muchos crímenes antes y durante la guerra, por ejemplo a millones de campesinos, aunque si debemos hablar del conflicto en sí, los oficiales polacos muertos y encontrados más tarde en las llamadas fosas de Katyn son el ejemplo más notorio. Como los alemanes perdieron la guerra, toda la culpabilidad cayó sobre ellos y no fue sino hasta la desbolchivización de Rusia cuando Moscú admitió la matanza, aunque para nadie ya era un secreto. Los aliados occidentales al menos hasta ese momento se mantuvieron ajenos a toda clase de matanzas inútiles o inhumanas.
Pero Francia fue invadida e Inglaterra entendió que el futuro de la guerra estaba en los aviones. Así, tras verse casi acorralada en la batalla en los cielos del Canal de la Mancha entre la Luftwaffe y la RAF, los ingleses desataron una guerra total sobre el aire, destruyendo paulatina pero progresivamente las ciudades alemanas. De hecho, las incursiones británicas sobre ciudades alemanas no se detuvieron hasta el fin de la contienda, y demostraron tener más un aire de sadismo que de efectividad, pues no se consiguió acelerar el fin de la guerra, como se esperaba. Luego Hitler se hizo con los Balcanes y se preparó para invadir la URSS, un país rico en materias primas y con un extenso territorio. En medio del apogeo de la guerra, se planteó la Solución Final, en contra de las mayores víctimas del nazismo: los judíos. El plan sencillamente decía que esta etnia debía ser aniquilada de la faz de la tierra. Nunca antes se había llevado una eliminación sistemática de seres humanos inocentes, tan vil y descarada, o como política de estado. Ejecuciones con el gas Zyclon B daban como resultado muertes masivas cada hora y por un bajo costo. Eso sin contar los fusilamientos o los crueles experimentos médicos. Pero no se crea que sólo en Europa se cometieron actos de sádica barbarie. Los japoneses también tenían sus propios enemigos y llegaron a cometer serios actos de barbarie como canibalismo, experimentos crueles, incineraciones, violaciones, entre otras aberraciones que no vale la pena mencionar.
Los Juicios de Nuremberg
¿Qué fueron exactamente los Juicios de Núremberg? Pues bien, derrotada Alemania en mayo de 1945, los aliados se dedicaron a perseguir y a arrestar a muchos jerarcas nazis considerados criminales de guerra, tales como Himmler, Goebbels, Göering, entre otros. Muchos de ellos eran casi desconocidos y sólo se les buscaría una vez dada información por sus antiguos prisioneros o conejillos de indias sobrevivientes, y así se dieron a conocer numerosos nombres que pasarían a la historia por su excesiva crueldad como Mengele. En seguida los acusados y buscados en las filas nazis fueron los siguientes: Adolf Hitler, Joseph Goebbels, Heinrich Himmler, Adolf Eichmann y Martin Bormann. De estos, los tres primeros se suicidaron antes de llegar a juicio, Eichmann huyó y no sería capturado hasta varios años después, en 1960, cuando vivía en Argentina, por espías israelíes quienes lo secuestraron y le dieron un juicio público siendo condenado a muerte. Nadie quiso defenderlo. En cuanto a Bormann, sencillamente desapareció, eran muchos los mitos acerca de su fin, pero recién en 1999 se pone fin al misterio cuando se encontró su cuerpo y se reconoció sus coronas. Bormann, hay que recordarlo, era el secretario personal de Hitler, sucesor de Hess, por tanto, estaba informado de cada movimiento u orden de Hitler, el partido y la guerra.
Ahora bien, los Juicios de Núremberg, llamados así, por celebrarse en tal ciudad, sencillamente fueron eso, juicios, contra los considerados criminales de guerra, tipificados en base a: crímenes de guerra, crímenes contra la humanidad, genocidio, y finalmente la alteración de la paz y apología del racismo, odio y discriminación. Tipos como Goebbels entrarían a tallar en esta última clasificación, si queremos señalar un ejemplo. Asimismo los juicios donde en total fueron acusadas poco más de 600 individuos, se clasificaron entre los pertenecientes a instituciones no criminales y criminales. En esta última se señalaron las SS, la Gestapo, el Partido Nazi, las SA, etc.
Ahora bien, los individuos en la lista fueron los siguientes, señalando sólo a los principales: Donitz, Goering, Jodl, Hess, Keitel, Rosenberg (ideólogo del partido nazi), Ribbentrop (aquel quien firmó el pacto nazi-soviético), Speer (el famoso arquitecto), Franz con Papen, Hans Frank ( el nazi encargado del gobierno de la Polonia ocupada donde se cometieron crímenes, por ejemplo en las deportaciones y el aniquilamiento del Gueto de Varsovia), Gustav Krupp (nazi y empresario industrial que permitió el trabajo esclavo), entre otros. La lista sigue y podría ser enorme, pero esos son los nombres más destacados. Ahora bien, los aliados se encargaron además, de clasificar los juicios. Se juzgaron por separado a los médicos encargados de repartir el terror al aplicar la eugenesia o eutanasia, así como los experimentos médicos que tocaban la inhumanidad. Es correcto también incluir dentro de los llamados Juicios de Nuremberg, a aquellos llevados a cabo no sólo contra los militares o militantes nazis, sino con todos los que colaboraron con ellos, y así podemos encontrar el Juicio contra las corporaciones como la citada Krupp, la IG FARBEN; el Juicio contra los Einsatzgruppen, o las brigadas especiales de las SS encargadas de llevar a cabo exterminios masivos; el Juicio contra los ministerios y contra los Jueces de la Alemania nazi.
El plato principal de los Juicios claro está, y el más conocido, continuó siendo el de las principales figuras nazis ya señaladas más arriba. Todos los Juicios de Nuremberg, a propósito, fueron llevados a cabo por ochos jueces, dos de cada país vencedor, incluido el Reino Unido, la URSS, Francia y Estados Unidos. Aquí es donde los neo-nazis o negacionistas del Holocausto, introducen sus críticas. ¿Qué clase de objetividad puede tener un juicio llevado a cabo por las potencias vencedoras? De más está decir los resultados, que podemos resumir de la siguiente manera: de los altos jerarcas nazis hubo doce condenas a muerte includio Ribbentrop y Goering (éste no llegó a ser condenado si no que más bien mordió una cápsula de cianuro poniendo fin a su vida); tres cadenas perpetuas, incluido Hess; Speer se llevó veinte años; Dönitz unos diez años, y un par de más como Franz von Papen fueron absuelto. El industrial Krupp fue considerado como incapaz para resistir los juicios y liberado. La mayoría de los condenados a muerte, fueron ejecutados el 16 de octubre de 1946 mediante el ahorcamiento, de modo acelerado pues, Goering se había suicidado y muerto antes de su condena, un día antes exactamente. Al parecer la pastilla le fue suministrada por algún pariente.
Sin duda alguna, los Juicios de Nuremberg fueron en gran parte justos, y algo similar se hizo con los criminales de guerra japoneses. Sin embargo, lo controversial alrededor de los juicios nos hace preguntarnos: ¿porqué sólo los vencidos fueron juzgados?, ¿y las bombas nucleares?, ¿y las matanzas de Katyn?, ¿las violaciones contra mujeres alemanas y japonesas?, ¿el bombardeo indiscriminado a ciudades totalmente fuera de la vista militar como Dresde? Sin duda alguna, en ocasiones, la historia, la escriben los vencedores.