En el corazón de Ecuador, una mega empresa quiere perforar la selva amazónica más virgen para convertirla en un pozo de petróleo. El pueblo Kichwa de Sani Isla, que está resistiendo ferozmente, pide ayuda al mundo.
Los Kichwa habitan en un territorio donde los jaguares viven libremente y una sola hectárea tiene más biodiversidad que todo Norte América. Por eso, desde hace años, la comunidad firmó un acuerdo declarando que nunca vendería sus tierras. Pero ahora, el gobierno de Ecuador está tratando de comprarlos y de venderle cuatro millones de hectáreas de la Amazonía a las petroleras. El presidente Rafael Correa está en plena campaña electoral y debe aclarar su posición sobre el medio ambiente y los derechos de los pueblos indígenas. Si conseguimos generar global y convertir la protección de la Amazonía en un tema electoral, podremos frenar esta fiebre del petróleo.