Alemania se pasó por la piedra a la Inglaterra de Capello, otro de los grandes fiascos de este Mundial. En APM, haciendo gala una vez más de nuestro proverbial ventajismo, abjuramos de pasados escarceos con los Pross y nos entregamos rendidos en los brazos de la nueva Germania de Löw, Özil y, sobre todo, ese crack llamado Thomas Müller. Y sí, el gol de Lampard fue gol, pero, a veces, el fútbol se corrige a sí mismo. El de Hurst en el 66 no entró y contó, y éste, que entró, no ha valido. La jugada sólo servirá para hacer fútbol-ficción, porque este resultado ya no lo mueve ni Capello, ni el repeinado Cameron ni su coleguita Obama. Además, no sería justo. Alemania ganó porque es mejor y porque ha sabido adaptarse mejor a los nuevos tiempos. Ha sabido transmutarse en España, mientras que su rival quiso parecerse a Italia. Y así le ha ido. Ojito a los teutones, que recuerdan a la España de la Eurocopa. Un grupo joven, con hambre, fiado en su talento y ganando confianza según avanza en el torneo. Avisados quedáis.