Ya son cinco los empleados de una editorial de libros políticos críticos con China que han desaparecido en Hong Kong.
Son los empleados de Causeway Bay Books, editorial y librería famosa por sus publicaciones dedicadas en especial a libros críticos sobre las vidas de dirigentes chinos y el Partido Chino. Se sospecha que han sido detenidos y llevados a China, donde la libertad de expresión brilla por su ausencia y las autoridades velan por acallar las voces contrarias a sus ideas políticas.
La mano de China es alargada, por eso llega hasta Hong Kong y hasta lo que sus habitantes venden y lo que los turistas leen sin la habitual censura china.
De hecho, si a un turista de regreso a China le interceptan en la aduana uno de estos libros "prohibidos" (el término que utilizan es "material impreso ilícito"), puede ser castigado, y ya sabemos lo que entiende China por "castigo".
Existen listas de los libros prohibidos, pero no están muy claras y los turistas que compran libros en Hong Kong nunca saben si sus libros están en la lista o no. Los libreros siempre han de explicar las artimañas a usar para pasar la aduana sin problemas, ya que en ocasiones los clientes han tenido que comprar varias veces el mismo libro al ser requisado en la aduana. Si eres mujer, tiene más probabilidades de pasarlos ya que no es probable que te registren. Entre las publicaciones extranjeras prohibidas se encuentran:
- la revista Time-los libros de Noah Chomsky-La vida privada del presidente Mao-Alicia en el país de las Maravillas de Lewis Carroll-la Cambridge History of China-Rebelión en la granja de George Orwell-La gran hambruna china de Yang Jisheng
Así que las editoriales independientes como Up Publications o New Century Press están abocadas al cierre debido en parte a las devoluciones realizadas por el conglomerado editorial al que pertenecen y que acaba en última instancia a través de diversas sociedades en manos del gobierno Chino, y en parte al miedo de los turistas, que suponían buena parte de sus ventas.
China se comporta desde hace tiempo como la "policía del pensamiento" que George Orwell relató en su obra premonitoria 1984. Quiere controlar lo que la gente ha de saber y lo que no. Controla libros, controla las redes aislando Internet como una gran muralla cortafuegos, controla con mano dura y amenaza libertades. Díganselo si no al escritor Guo Feixiong, condenado a seis años de cárcel por participar en una manifestación contra la censura en los medios de comunicación, o al Nobel de la Paz Liu Xiabo (ideólogo de las protestas en Tiananmen en 1989) condenado a 11 años de cárcel y autor de la Carta 08, texto que pide reformas y democracia en China.
Guo Feixiong
Un ejemplo flagrante de esa gran Cibermuralla es la matanza de la plaza de Tiananmen que el gobierno chino sigue censurando 25 años después, matanza que muchos de sus ciudadanos ignoran.
Al no tener acceso a redes exteriores el apagón informativo es mayor, ya que en China está bloqueado el acceso a Twitter, Facebook o YouTube.
Google suele bloquearse a menudo, según intereses del gobierno, que pone al servicio de sus ciudadanos otros servicios como Quiu Quiu o WeiBo.Las páginas molestas desaparecen según traten asuntos complicados como el Tíbet o Tiananmen. El gobierno puede hackear cuentas o interceptar correos, siendo controlados tanto los periodistas extranjeros como los disidentes nacionales. El gobierno paga 50 céntimos por post a periodistas que publiquen en foros opiniones a favor de las políticas del gobierno en pos de derivar las opiniones de la gente hacia su favor, en pos de anular las críticas e instigaciones de la prensa extranjera.
China está en posición de ataque contra Hong Kong, controlando las publicaciones y ahora deteniendo a los que las venden. Ya hay protestas en el país para pedir explicaciones a las autoridades acerca del paradero de los desaparecidos, pero el Gobierno chino aún no se ha pronunciado: sus 50.000 empleados destinados al "Ministerio de la Verdad" están ocupados borrando comentarios contrarios a los intereses chinos.