Revista Libros

"Los libros y la libertad"

Publicado el 10 junio 2016 por Libelulalibros

La presencia de un No se trata de un milagro, es "el destino de los libros" como lo advierte Lledó en youtuber en la Feria del Libro de Bogotá hizo colapsar sus taquillas el pasado sábado 23 de abril. Cientos de jovencitos enloquecidos e histéricos algunos -yo los vi- inundaron y rodearon Corferias en desmedro del resto de eventos y de las ventas. Los comentaristas se han manifestado a favor y en contra de la ocupación o invasión de la Feria por parte de los frenéticos seguidores. Por lo pronto quienes han defendido el suceso lo han hecho con afán políticamente correcto, esquivando la discusión alrededor de la calidad, trascendencia, ruptura o innovación del evento o de lo expresado por el youtuber. Claro, es fácil manifestar que todo vale. Que aquello también es cultura y que por tanto merece respeto y consideración. Pero ese temor baboso cansa, aburre y desconsuela porque además está equivocado. No todo vale, no todo es cultura y no todo lo que se publica es un libro aun cuando tenga su forma. Caigan rayos, no importa. Afortunadamente en algún rincón sobrevive la sensatez y se manifiesta con contundencia: es el caso de Emilio Lledó, filósofo, profesor, escritor, premio Princesa de Asturias para quien "La cultura no es sólo una necesidad de los seres humanos, sino que implica, al mismo tiempo, su creación más importante, su valor decisivo sin el que apenas tiene sentido el valor fundamental e imprescindible de la vida". Y el libro es, dice Lledó, una de las más sublimes manifestaciones de la cultura, "es, sobre todo, un recipiente donde reposa el tiempo. Una prodigiosa trampa con la que la inteligencia y la sensibilidad humana vencieron a esa condición efímera, fluyente, que llevaba la experiencia del vivir hacia la nada del olvido [...]". Entonces ni la manifestación del youtuber y sus seguidores es cultura ni su encuadernado libro.
Ahora bien, el suceso de aquel sábado evidencia una divertida paradoja: aquellos jovencitos aficionados a la red y a los videos del personaje se hicieron presentes en Corferias para comprar el "libro" impreso. Es decir, no contentos con la virtualidad acudieron en masa a la realidad y concreción del texto. Lledó: "Los recientes medios tecnológicos que, sin duda, han facilitado una forma de leer no tienen apenas que ver con los libros. Todos sirven, en parte, para recobrar, en la mirada, el diálogo con la escritura. Pero el libro es otra cosa".
Recientemente Moisés Naím se manifestó asombrado del flujo de compradores y lectores que presenció en la feria de San Jordi en Barcelona. Calificó de milagro la sobrevivencia del libro impreso y al final de su columna, de manera condescendiente, sugirió: "Esta semana no me siga en Twitter. Lea un libro".Los libros y la libertad (RBA): "Efectivamente [...] el compromiso de la inteligencia y la amistad de quien los cuida, de quien los mira, de quien los lee. La lectura, los libros, la experiencia y el tiempo que en ellos reposa, el arte y sus ideales, el cultivo de la inteligencia, el amor a la vida, a toda la vida, y no sólo a la nuestra, tal vez sean la única posibilidad de escapar a la ignorancia y a la 'cólera de los imbéciles'".
Y que no quepa duda: no sigo a nadie en twitter. Tengo mucho que leer y en qué divertirme.


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