En mi libro Fast Good Management (@fastgoodmanagem) hay un capítulo que lleva por título Límites: Lo hicieron porque no sabían que era imposible. No hace falta aclarar que en aquel capítulo trataba de las Creencias incrustadas en el Inconsciente y de cómo somos adictos (y esclavos) de nuestras Creencias de tal manera que gobiernan nuestra vida, aunque creamos falsamente que es la mente consciente la que dirige nuestras decisiones. La mayor parte del tiempo el Inconsciente manda.
En las últimas semanas he hablado aquí sobre el tema: No basta querer, hay que creer. Tengo temas pendientes sobre este tema que explicaré. Desde Barcelona y otros lugares me pedían que sabiendo que nuestras Creencias Limitantes nos condicionan mucho (No consigues lo que quieres sino lo que eres), qué hacer para superarlas, esto es, cómo reprogramarnos. Hablaré de todo ello pronto.
En el último post, ¿Somos responsables de lo malo que nos ocurre?, hablamos también de esa frase tan repetida hasta la saciedad: "Es imposible". Los únicos límites están en la mente humana. Podríamos poner muchos casos aplicables a cualquier ámbito (riqueza, empleo o salud con curaciones milagrosas). Allí´decíamos: "la Historia de la Humanidad es la Historia de los Imposibles. Todo lo que existe en el mundo físico (material) es porque alguien lo imagino y deseo con convicción y todo lo que no existe es porque alguien no lo ha imaginado ni deseado lo suficiente. No existen límites a la creación, no existen límites en el Universo". La Creencia más peligrosa que se puede depositar en el Inconsciente es: "Es imposible"; porque entonces, si tú crees que algo "Es imposible", lo das por concluido, por acabado, no vas a dedicar ni un minuto a algo que es imposible.
Napoleón decía: "Lo imposible es el fantasma de los tímidos y el refugio de los cobardes". El atleta británico Doug Larson apuntaba: "Algunas de las hazañas más grandes de la humanidad han sido obra de personas que no eran lo bastante listas para comprender que eran imposibles". Y Concepción Arenal: "Todas las cosas son imposibles mientras lo parecen"
Hoy he recordado esta historia:
Los vecinos de la pobre aldea se sentían intrigados porque en medio de un crudo invierno, en el que apenas se podía salir de las cabañas, el Hombre Santo tenía su hogar encendido permanentemente. Y así lo atestiguaba el humo que día y noche salía sin cesar de su chimenea.
La madera escaseaba, y la poca que había tenía unos precios inasequibles para los pobres campesinos. A pesar del tiempo inclemente, los vecinos se turnaban para espiar al Hombre Santo, ya que todos presumían que conocía algún recóndito lugar en el bosque donde había una gran cantidad de madera disponible. Pero después de muchos días sin verlo salir de su cabaña, se decidieron a hacerle una visita.
— ¿De dónde sacas la madera, Hombre Santo? Comparte tu secreto con nosotros, porque nos morimos de frío.
— ¿De dónde va a ser? —replicó sorprendido por la pregunta—. Del bosque.
— ¡Pero si en el bosque no hay madera!
Y el Hombre Santo exclamó con ingenuidad:
— ¿De veras? Nadie me lo había dicho…
Damos por hecho muchas cosas... Lo hemos dicho y lo volvemos a decir: Razonar no es malo, pero parte de unas Creencias, y esas Creencias pueden ser erróneas. Si sacas conclusiones partiendo de supuestos de partida erróneos, las conclusiones tienen que ser falsas.
Una de las Creencias erróneas más extendidas es pensar que lo que atrapamos por los sentidos es cierto, y no es necesariamente así. ¿Te acuerdas del post El cerebro nos engaña? Vuelve a leerlo (y verlo). Tal vez no son tus percepciones las que captan la realidad externa sino tus creencias internas las que la forman. Piensa sobre ello. Tu mente dirige tu vida; tu vida es un reflejo de tu inconsciente.