Revista Cultura y Ocio

Los masones del exilio vienen sangrando detrás de Franco

Por Mauriciojaviercampos @mauriciojcampos
Descripción:El Grande Oriente Español estigmatizado. Entrevistas a Enrique Barea y José Armengol en México, año 1944. El conflicto entre la Gran Logia Española y el Supremo Consejo Español contra el Grande Oriente de Lucio Martínez Gil: el apoyo del Gran Oriente Federal Argentino - G.O.F.A. a la Masonería liberal y adogmática.Las dos vertientes se enfrentan. La disputa se traslada al Río de la Plata a través de la revista El Nivel.Unas pocas notas para entrever el complicado panorama masónico mexicano de la época y de los masones retratados en las fotografías.
"La sangre sirve solo para lavar las manos de la ambición".Lord Byron
Los masones del exilio vienen sangrando detrás de Franco
Servera, la Gran Logia Valle de México y el Gran Oriente Español en el exilio. El Gran Maestre del G.´. O.´. F.´. A.´. en su viaje a México en octubre de 1947. Aquí, según nos muestra la fotografía, reunido en un ágape íntimo con -de izquierda a derecha- el Gran Past Master IL.´. H.´. Valentín Rincón, el mismo Miguel Servera, el Gran Maestre IL.´. H.´. Pedro Téllez Maldonado y el Gran Maestre Lucio Martínez Gil.Fuente: Archivos del G.´. O.´. F.´. A.´.
Los masones del exilio vienen sangrando detrás de Franco
En el grabado aparecen los Hh.·. Avila, Martínez Gil, Servera, Rivera Pérez y Rimón Gallardo.Fuente: Verbum, Cuarta época, Año XVIII, Nº 40, Buenos Aires, Enero-abril de 1952.
La Gran Logia Valle de México en aquella época se relacionaba con los masones y Obediencias Liberales, a pesar de ser "regular". Más aún, la Gran Logia de Chile -regular- fue la primera en reconocer al Gran Oriente Federal Argentino en 1940, asimismo, después también lo hizo la Gran Logia de la Masonería del Uruguay. En aquella época existía una mayor apertura, puede decirse, fraternal.
En la primera fotografía como ya cité, aparecen el varias veces Gran Maestre del G.O.F.A., el español exiliado Miguel Servera, el ex Gran Maestre de la Gran Logia Valle de México para el período 1943-1945, Valentín Rincón, y el que en ese momento es señalado por las referencias publicadas adjuntas al material de archivo, el Gran Maestre Pedro Téllez Maldonado. Por último, el vapuleado Martínez Gil.
En la segunda fotografía también aparece Alfonso Rivera Pérez, que fuera Gran Maestre de la Gran Logia Simbólica Independiente Mexicana para el período 1943-1944, y electo, según señala el diccionario masónico de Lorenzo Frau Abrines, Gran Maestre de la Gran Logia Valle de México de LL. y AA. MM. a partir de 1945. Esta misma publicación indica que Téllez Maldonado ocupaba solo la función de Primer Gran Vigilante de dicha Obediencia en esa misma fecha. Ambos para el ejercicio del período 1945-1947.
Se mencionan otras Grandes Logias y escisiones en aquel período. Cabe acotar que hasta 1943, por ejemplo, existieron dos Grandes Logias llamadas Valle de México, unificadas en agosto de ese año. Lo cierto es que estos tres prominentes masones mexicanos mencionados serán los artífices de cierta unidad dentro de aquella Masonería nacional al firmar, como representantes de distintas Potencias, un Pacto de Unificación en noviembre de 1944, hecho efectivo a partir de marzo de 1945.
Dice el citado diccionario masónico:
"(...) No fue tan solo la unidad masónica (...) la que hace destacar la actuación del V. H. Valentín Rincón como Gran Maestro de la Gran Logia Valle de México en el ejercicio 1943-1945; su brillante actuación culmina cuando ya en las postrimerías de su período en la Gran Maestría, otorga asilo y hospitalidad a las dos Altas Potencias Masónicas Españolas que hubieron de ausentarse de sus respectivas jurisdicciones territoriales (sic) a consecuencia de la persecución de que eran y son objeto. Al brindarle asilo y hospitalidad, tanto al Gran Oriente Español en Exilio como a la Muy Respetable Gran Logia Española, da una positiva interpretación al espíritu de universalidad que anima a nuestra Institución (...)".
Esta política de fraternidad y mutua relación entre Obediencias americanas y/o latinas fue lo que provocó la reacción en los años 40 y 50 de la Gran Logia Unida de Inglaterra y su campaña de represión en Latinoamérica para alinear y poner bajo su tutela a todas estas "ovejas descarriadas" que desarrollaban una Masonería a su medida, dispuestas a unirse en bloque para afrontar sus problemáticas comunes.
Acá el problema lo constituye Lucio Martínez Gil, al cual los franceses no dejaron reorganizar el Grande Oriente Español en Francia y se fue para México. Allá parece que quedó en desventaja ante Enrique Barea, Gran Comendador del Supremo Consejo 33 en el exilio y José Armengol, Gran Maestre de la Gran Logia Española que quiso acreditarse la "Regularidad" y asimilarse a los cuerpos ya existentes en los países que los hospedaron (aunque manteniendo sus privilegios de grados y estructuras jerárquicas "en exilio").
Parece que la discusión de fondo era por la invasión de la jurisdicción territorial que se le achaca a Martínez Gil al mantener un núcleo del G.O.E. independiente. Jurisdicción territorial que por otro lado jamás respetó la misma Gran Logia Unida de Inglaterra ni en Argentina, ni en Brasil, ni en Uruguay.
La Gran Logia de la Masonería Argentina del Rito Escocés Antiguo y Aceptado aprovechó para hacer propaganda panfletaria contra el G.O.E. en México y de paso atacar a sus aliados del G.O.F.A. en Argentina que cobijaron a los exiliados como Augusto Barcia Trelles, Manuel Blasco Garzón, Luis Jiménez de Asúa, Juan Manuel Iniesta, etc., y que, en pocos años, ya en los primeros de su existencia, opacó el accionar de las Obediencias Regulares de la región.
Por eso en el período 1947-50 la Gran Logia de Inglaterra quiso destruir la Conferencia de Montevideo a la que acudieron como organizadores, entre otras 51 Potencias, el G.O.F.A. y el G.O.E., y en 1950 "excomulgó" a la Gran Logia de la Masonería del Uruguay, por apoyarlos.
Ahí tenemos entonces que el G.O.F.A. en toda su existencia (1935-1957) y hasta último momento, apoyó al G.O.E. en el exilio y recordemos que las Logias del Grande Oriente Español (agrupadas en nuestro suelo bajo el nombre de Gran Logia Filial Hispano Argentina) fueron la base, aportando el 50 % de estructura para constituir lo que sería la Gran Logia Nacional Argentina (1926-1932), algunas de cuyas Logias constituyeron el Gran Oriente Federal Argentino a partir de 1935. Estas dos Potencias opuestas al tronco histórico (aunque carente de unicidad en sus primeros 100 años de existencia) de la Masonería Regular anglosajona.
Estas entrevistas fueron realizadas en México y plantean el inacabable tema de la "Regularidad" masónica, pero esta vez generado en el seno de la Masonería española en el exilio. Las referencias completas de los textos están en el apartado correspondiente, al final de los documentos, y fueron reproducidas en la década de los años 40 por la revista El Nivel de extracción anglosajona y opuesta al Gran Oriente Federal Argentino - GOFA, Obediencia esta última que tenía íntima relación con el Grande Oriente Español bajo la Gran Maestría del Hermano Martínez Gil.
El que fuera en repetidas ocasiones Gran Maestre del G.O.F.A., y también español, Miguel Servera, visitó en reiteradas oportunidades a Martínez Gil en México, como se aprecia en las fotografías, manteniendo una muy cordial relación con otras Potencias.
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1.
Hablando con el Venerable Hno.´. José Fernández Armengol, Gran Maestro de la Gran Logia Española en el exilio (1).
Lo encontramos en el Orfeón Catalán, risueño y leyendo un número de El Monitor Masónico, por el cual siente un verdadero afecto. Para don Pepe, así le llaman todos los hermanos, los años no pasan. Goza de perfecta salud, es jovial en su charla, optimista por temperamento, y, como buen masón, ansioso de que llegue la feliz hora del triunfo de las democracias.
-¿Qué les trae por aquí?
-El cumplimiento de un deber.
-Si en algo puedo ayudarles.
-¿Se encuentra usted bien en México?
-Admirablemente. Aquí he encontrado apoyo, simpatías, consideraciones y afectos en todos los sectores. Por donde quiera que voy no encuentro más que veneración... (las lágrimas asoman en sus pupilas). Los hermanos mexicanos merecen mi gratitud, la primera virtud del masón.
-¿Cuál cree usted que debe ser la actuación de los hermanos españoles acogidos en México?
-Lo he dicho antes y lo repito ahora. Todos los hermanos refugiados en el continente americano tienen el deber de trabajar activamente sumándose a las logias regulares del país en que se encuentren y prestarles todo su calor y su apoyo en los trabajos.
-Así opinamos también los hermanos que integramos la redacción de El Monitor Masónico.
-Yo lamento que unos pocos, muy pocos afortunadamente, no lo entiendan así, pero confío en que en un no lejano día lleguen a comprender que sólo con la regularidad masónica se puede hacer obra práctica y generosa.
-¿Cuántos años de vida masónica cuenta usted?
-Más de cincuenta y siempre en actividad. Vivir es actuar; la acción es la vida. Los hombres y las instituciones sólo pueden subsistir a base de esfuerzo generoso y de impulso de pensamiento.
-¿Cómo ve el porvenir?
-Con optimismo insuperable. Los postulados de la Masonería se impondrán amorosamente apenas termine la terrible tragedia de la actual guerra de liberación de la humanidad. Caerán las dictaduras para no levantarse más y sobre sus cenizas brotará una sociedad más humana, más libre, más justa y más inteligente. Con el triunfo de las Democracias triunfará la Masonería, la institución más noble y más digna a los ojos de todos los hombres buenos, de todos aquellos que aman el bien por el bien mismo, en fin, de todos aquellos que anhelan el advenimiento de la confraternidad universal.
-¿Son muchos los hermanos españoles que trabajan en las logias regulares de México?
-Pasan de doscientos...
-¿De la Gran Logia Española?
-Y del Grande Oriente Español. Trabajan confundidos con los hermanos mexicanos y en armoniosa y fraternal colaboración. Yo entiendo que aquí en el exilio nos debemos todos a los organismos mexicanos, por solidaridd y para corresponder a la gratitud que les debemos. Repito, no debemos olvidar que la gratitud y la lealtad son las dos primeras virtudes que debe cultivar y practicar el buen masón.
-¿Quiere algo de los hermanos de El Monitor Masónico?
-Quiero hacerles patente mi gratitud por lo mucho que han hecho en pro de este viejo hermano y de los demás hermanos españoles. Dé, de mi parte, un fuerte abrazo fraternal a Alfonso Castro Loyo, Francisco César, Raúl Cordero Amador, José Garci Crespo, Luis J. Zalce, etc., etc.
-Así lo haremos.

Y con estas palabras nos despedimos de José Fernández Armengol, Gran Maestro de la Gran Logia Española en el exilio, cuya conducta e ideas nos sugieren este comentario: ¿Qué opinarán de aquella y de estas los HH.´. Lucio Martínez Gil y la veintena de HH.´. del Grande Oriente Español en el exilio, que han olvidado que "la gratitud y la lealtad son las dos primeras virtudes que debe cultivar y practicar el masón?" El Grande Oriente Español en el exilio recibió hospitalidad, espiritual y materialmente, de la Gran Logia Valle de México. La inmensa mayoría de sus miembros se afiliaron en diferentes Logias de Valle de México. Sólo Martínez Gil y su pequeño grupo, tras de disfrutar durante algún tiempo de la hospitalidad nuestra, invadieron la jurisdicción de la (Gran) Logia Valle de México y celebraron Tratados de Amistad con cuerpos irregulares como la Gran Logia Independiente de México y el Rito Nacional Mexicano. Tan censurable conducta implica una triple deslealtad: como masones han faltado a la que deben a la Gran Logia Valle de México, como españoles, al contribuir a ahondar las divisiones existentes entre organismos mexicanos, al país que les dio abrigo; como Gran Maestro Don Lucio y como miembros del Gran Oriente Español en el exilio, quienes lo siguen, a la que le juraron a este, porque al invadir la jurisdicción de una Potencia Regular y al celebrar Tratados de Amistad con cuerpos irregulares, han hecho que el Grande Oriente Español en el exilio caiga en estado de irregularidad. De todo lo anterior corremos traslado a todas las Grandes Logias Regulares que, por ignorar estos antecedentes, aún sostengan relaciones fraternales con el Gran Oriente Español en el exilio para que sepan a que atenerse.
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2.Opiniones del Soberano Gran Comendador del Supremo Consejo Español Grado 33 en el exilio Il.´. y Pod.´. Her.´. Enrique Barea (2)
-¿Qué nos dice de los hermanos mexicanos?
-¡Son admirables! Nos han recibido como una madre recibe a sus hijos caídos en la desventura. Tanto el simbolismo como el filosofismo, nos han recibido digna y fraternalmente, no nos han regateado su solidaridad y afecto.
-¡Cumplieron con su deber!
-México es una tierra hermana que debemos amar sincera y ardorosamente, sin reservas, con intensa gratitud, porque en los momentos más críticos ha estado a nuestro lado. La España peregrina ama a México con toda su alma, con todo su corazón, porque aquí encontró lo que ingratamente en otras tierras se le negó.
-¿Trabajan activamente los hermanos españoles?
-Indudablemente. Los simbólicos trabajan en las Logias regulares de la Gran Logia Valle de México y los filosóficos en las Cámaras que actúan bajo los auspicios del Supremo Consejo de los Estados Unidos Mexicanos...
-Un pequeño grupo se ha incorporado a los cuerpos irregulares...
-No me hablen de las cosas irregulares. En Masonería no cabe más que la regularidad, que significa disciplina, comprensión, sabiduría y belleza. Bajo este cuadrilátero se refugia la verdadera alma masónica.
-¿Cómo ve el futuro, Ilustre Hermano?
-Creo en el triunfo pleno de las Naciones Unidas. De esta sangrienta conflagración brotará una vida nueva, una vida mejor, más justa, basada en la libertad, en el Derecho, en la Justicia y en la Fraternidad. En la estructuración de la naciente humanidad, de la nueva sociedad, la Masonería, nuestra Augusta Orden, influirá mucho.
-¿En todo el mundo?
-La Masonería no reconoce fronteras. Es un frente en favor de la civilización y de la felicidad de los pueblos, contra la opresión, contra la tiranía y contra la negación del derecho de libertad. Donde está la tiranía, allí va la Masonería, presentándose, unas veces con mandil y otras sin mandil, según lo exigen las circunstancias. Actuar siempre, porque vivir es actuar; porque la acción es vida. Los hombres y las instituciones sólo pueden subsistir a base de esfuerzo generoso y de impulso de pensamiento.
-¿Vive usted feliz?
-Tranquilo de conciencia, con la satisfacción del deber cumplido. En las horas más duras de mi vida siempre me he acordado de aquellas palabras de José Martí: "El deber es feliz, aunque no parezca, y cumplirlo puramente eleva el alma a un estado de perenne dulzura".
-El martilleo perenne es nuestro deber, ¿verdad?
-Exactamente. La Masonería es eterna. No es blanca espuma que deshace el viento, ni altiva cumbre que desafía las tempestades; no es blando cieno movedizo que se acomoda a las circunstancias, ni dura roca, indiferente y fría, que repele las ráfagas del pensamiento y las auroras de oro de la civilización... Es la Verdad, es la Razón, es la Democracia. Vive en los planos de la conciencia que rigen la Libertad, la Igualdad y la Fraternidad. Su constante lucha es por la verdad, por la virtud, por el mejoramiento social, sin dejarse llevar por lo mezquino, por lo sectario, por lo pasional.
-Reproducimos con íntima satisfacción estas sinceras opiniones, y destacamos los párrafos que se refieren a la masonería irregular, que tan exactamente interpretan nuestra propia manera de pensar sobre este particular, llamando la atención de los masones que en nuestro territorio se burlan de la regularidad masónica y caen, en consecuencia, bajo las sensatas apreciaciones que le merecen a este hermano la irregularidad de esos cuerpos.
Referencias
(1) De un reportaje publicado en la Revista El Monitor Masónico, de México. Reproducido en la Revista El Nivel, ógano oficial de la Gran Logia de la Masonería Argentina del R.E.A.A., Año 2º, Buenos Aires, enero de 1944, Nº 10, pág. 276.
(2) De un reportaje publicado en la Revista El Monitor Masónico, de México. Reproducido en la Revista El Nivel, ógano oficial de la Gran Logia de la Masonería Argentina del R.E.A.A., Año 2º, Buenos Aires, julio de 1944, Nº 16, pág. 430.

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