El 'wearable' sigue sin triunfar entre el gran público pero el sector sanitario y empresas como Boeing ya lo usan de forma habitual
El pasado mes de enero, Google anunció que cerraba el programa público "beta" a través del cual vendía Glass, el c riticado ordenador portable que se lleva en la cara, a los consumidores. En ese momento, Google dijo que seguía comprometido con el desarrollo del dispositivo portable, pero que proseguirían en secreto.
Desde entonces, Glass ha desaparecido en gran parte del escenario público. Sin embargo las empresas autorizadas por Google para vender Glass y los servicios asociados a negocios dicen que Glass está ganando terreno rápidamente como herramienta para usos como ayudar a los trabajadores de telecomunicaciones a depurar los errores de los equipos en remoto o habilitar un servicio de transcripción para ahorrarles tiempo a los médicos que de otra manera gastarían rellenando los historiales de sus pacientes.
Al final puede que resulte más fácil averiguar cómo emplear las gafas inteligentes de Google en un entorno profesional que en la vida cotidiana y puede que no seamos tan sensibles a las preocupaciones de privacidad y estilo con la tecnología que utilizamos en el trabajo. Y mientras que Google ha dicho poco públicamente acerca de la dirección que tomará Glass, algunos informes recientes indican que la próxima versión de Glass irá enfocada a las empresas.
A Brian Ballard, cuya empresa APX Labs empezó a desarrollar software para gafas inteligentes de uso militar en 2010 y ahora tiene clientes desde fabricantes hasta empresas de telecomunicaciones con muchos empleados trabajando sobre el campo, le pareció una conclusión obvia que Glass tendría mayor éxito en el ámbito empresarial.
Mientras que rehúsa confirmar exactamente cuántas gafas Glass están comprando sus clientes, Ballard dice que esta cifra está creciendo cuatrimestre tras cuatrimestre. Sus clientes incluyen Boeing, que emplea Glass para asistir en las labores de montaje de aviones. Dice que los clientes típicamente empiezan con 50 pares de gafas inteligentes y van aumentando desde allí, y mientras que su empresa provee varias gafas inteligentes incluidas las que fabrican Vuzix and Recon Instruments, Glass es la más popular.
También dice que las empresas empiezan a gozar de un mayor entendimiento de lo que puede hacer Glass (y las gafas inteligentes en general), y de cuáles pueden ser sus limitaciones y ventajas en entornos como fábricas o el arreglo de equipos al aire libre, donde los trabajadores realmente necesitan disponer de ambas manos.
"En el mundo empresarial Glass está resolviendo un problema, mientras que en el mundo de los consumidores supone un artículo de lujo ", dice. "En los negocios, la gente lleva 20 años intentando resolver el problema de una fuerza laboral con las manos libres".
Glass también ha encontrado varias aplicaciones en el campo médico. Augmedix, una start-up radicada en San Francisco (EEUU), utiliza Glass para que los médicos retransmitan las consultas con pacientes a consultores de salud que ayudarán a rellenar los historiales digitales de los pacientes que de otra manera les llevaría a los médicos entre varias horas hasta un día entero. Los médicos también pueden emitir comandos de voz para que el software de Augmedix les muestre información como resultados de análisis, o el historial del paciente en la pequeña pantalla de Glass.
El CEO y cofundador de Augmediz Ian Shakil dice que hay "cientos" de médicos que utilizan gafas inteligentes con su software, siendo la "gran mayoría" los que utilizan Glass; pagan una cuota mensual que "no supera los pocos miles de dólares " en concepto del alquiler del hardware, un servicio de mantenimiento y un servicio de asistencia técnica.
Uno de los clientes de Augmedix, ABQ Health Partners radicada en Albuqeurque, Nuevo México (EEUU), con cuatro médicos que utilizan Glass, dice que les ahorra unas tres horas por día que pueden emplear en atender a un mayor número de pacientes en consulta. Y también ahorran en la realización del seguimiento de resultados clínicos y llamadas telefónicas.
Pero existen aún enormes obstáculos que tendrán que superar Glass y otras gafas inteligentes para verdaderamente llegar a ayudar a un amplio abanico de trabajadores, como aumentar la calidad y tamaño de la pantalla y alargar el ciclo de vida de la batería incorporada para que pueda aguantar un día completo de actividades de gran consumo de energía como la reproducción de contenidos de vídeo.
"Creo que el diseño actual es comercialmente viable y puede crecer hasta convertirse en algo muy, muy grande", dice Shakil. "Pero eso no significa que no deba evolucionar".