Los seres humanos, tenemos una temperatura corporal constante. Con lo que la temperatura exterior suele afectarnos en gran medida. Pero, si a los adultos nos afecta, más aun les pasa a los bebés y a los niños. La Tierra es muy grande y según en la zona que vivamos, tendremos que amoldarnos a unas temperaturas u a otras. Así hoy, queremos hablar sobre los meses de calor, y como estos influyen en los niños y en los bebés. Así como ver algunos consejos que nos pueden resultar muy útiles cuando vivimos en una zona con un verano cálido. O incluso si vamos a pasar las vacaciones en un sitio más caluroso que lo que el niño está acostumbrado.
Adaptarse al calor.
Como decimos, en el globo terráqueo, podemos encontrar diferentes temperaturas que llegan a variar más de 50ºC entre unos puntos y otros. El ser humano, ha sabido adaptarse por medio de diferentes sistemas a las temperaturas extremas que existen en nuestro mundo. Así por ejemplo, tenemos el caso de los esquimales. Los cuales viven en unas condiciones térmicas muy complicadas, debidas al frío extremo de las zonas. Y por otro lado, podemos encontrar la otra cara de la moneda, con los hombres de los desiertos. Los cuales están acostumbrados a vivir en lugares inhóspitos, donde por el día las temperaturas pueden derretir cualquier cosa. Pero, que en el mismo sitio por la noche, las temperaturas llegan a puntos gélidos. Lo que demuestra que el hombre es un ser que se sabe adaptar pero, que también es una capacidad física que nos ayuda a sobrevivir en diferentes situaciones.
Cada vez son más los mecanismos tecnológicos que nos ayudan con los cambios bruscos de temperatura. Así como por ejemplo ropa que abriga mucho más, o ropa que no deja pasar el calor, pero si deja que nuestro cuerpo respire. Sin contar con la gran cantidad de aparatos que usamos en el día a día para sobrellevar las temperaturas extremas, como es la calefacción o el aire acondicionado.
Nuestro cuerpo, tiene además una serie de mecanismos naturales, que lo que hacen es regular nuestra temperatura corporal para compensar lo que tenemos en el exterior. Veamos como las temperaturas afectan más a los bebés y a los niños que a los adultos.
Un bebé recién nacido, aun le queda mucho para cumplir el desarrollo evolutivo. Lo que supone que durante los primeros meses de vida, el bebé no será capaz de controlar por si mismo la temperatura corporal de una forma muy eficiente. Así es que seremos sus padres, los que tendremos la responsabilidad de conseguir que el bebé esté siempre en un punto cómodo en cuanto al calor.
Se acerca el calor.
En verano, a parte de las vacaciones, tenemos otras ventajas. Ya que las temperaturas suben en casi todos los puntos del mundo. Lo que nos permite disfrutar del agua como las piscinas, playas… Aunque no es el único motivo por el que la mayoría de la gente se tome las vacaciones en el verano. Resulta, que el aumento de la temperatura, no solo hace que
disfrutemos más del aire libre. Si no que tiene una serie de efectos en nuestro cuerpo y en nuestro organismo. Entre los que tenemos que destacar:- Cuanto más calor hace, más cansados nos sentimos. Para que nuestro cuerpo se acostumbre al calor y luche contra este. Tiene que utilizar grandes cantidades de energía para refrigerarnos. Con lo que cualquier actividad que realicemos nos resultará más cansada.
- Menor apetito. Al igual que el punto anterior. Hay un efecto que evidentemente no afecta por igual a todos los niños. Pero es normal que durante las épocas de calor, los niños tengan menos apetito. Con lo que deberemos centrarnos en comidas, más ligeras pero con muchas vitaminas y sobre todo comidas que nos refresquen, tales como las ensaladas, gazpacho… Si introducimos en nuestro cuerpo comidas calientes y con una digestión pesada, sumaremos más energía que necesitaremos para llevar a nuestro cuerpo a nuestra temperatura natural (Cerca de los 37ºC).
Hoy sabemos que el Sol es la fuente de energía más potente que tenemos. Nada puede compararse a él. Pero, además de toda la energía, tiene su lado más negativo. Cuando esa energía no está controlada, pudiendo provocarnos una serie de grandes problemas. Y más cuando somos niños.
Consejos para el calor.
Ahora vamos a ver una serie de consejos que pueden ayudarnos para esos meses de verano con más calor. O si nos vamos a una zona de veraneo, donde haga mucho calor.
- Las horas del Sol: El Sol, está emitiendo su energía de una forma bastante continua. (Hay momentos muy puntuales en los que puede haber grandes explosiones emitiendo aun más energía de la normal) La cuestión es que aunque la fuerza de los rayos sea siempre igual. No lo es la fuerza con la que incide en la Tierra. Que tiene relación en función de la perpendicularidad con la que llegan los rayos de Sol. Así a mediodía, pegarán lo mayor fuerza. Debemos tener un cuidado especial, durante las horas más centrales, desde las 12 hasta las 16 horas. Ya que la fuerza y el daño que puede hacer a estas horas, no tiene nada que ver con el Sol de las 19 horas. Es fácil darse cuenta cuando pega bien, cuando nuestra sombra no se ve, ya que tenemos el Sol justo encima de nuestras cabezas. Cuanta más larga sea nuestra sombra, menos incidencia está teniendo.
- Independientemente de la hora a la que estemos debajo del Sol, todos los niños desde bebés, tienen que estar bien protegidos por crema solar de calidad. El problema de la capa de Ozono, hace que cada vez sea peor que nos den los rayos solares directamente. Con lo que no podemos jugar. Ya que además, los niños tienen una piel mucho más sensible que los adultos.
- Es evidente que los niños de menos de 12 meses. Deben estar protegidos en todo momento bajo la sombra. Y si en algún momento salimos a andar o cambiamos de sitio. No te olvides nunca del sombrero y a poder ser una camisetita blanca, nunca negra, que absorbe todo el calor.
- La hidratación. La mayor parte de nuestro cuerpo está formada pro agua. Es una parte básica para la vida. Pero además es la encargada en controlar la temperatura corporal de los bebés y los niños. Con lo que debemos llevar con nosotros siempre un vaso bebedor o un biberón, para que el niño esté hidratado en todo momento. Si se produce una deshidratación del niño su temperatura subirá y puede provocarle un desmayo.
- Los cambios bruscos. Cuando tenemos mucho calor lo que queremos es estar en un sitio muy frío. Y cuando tenemos mucho frío lo que queremos es estar en un sitio con mucho calor. Y parece que lo hemos hecho. Cuando en las calles hace mucho calor, veremos que en las tiendas hará mucho frío. Debido al gran invento del aire acondicionado. Seguro que en más de una ocasión has oído la importancia que tienen los cambios de temperatura bruscos en el cuerpo humano. Pues, a los bebés y a los niños les influye incluso mucho más que a nosotros. Siendo la responsable de la mayoría de catarros, gripes… del verano en los niños. Si tenemos pensado ir a algún centro comercial, tiendas… No podemos olvidarnos de alguna chaquetita para los peques, para ponérsela cuando entremos en sitios con el aire acondicionado fuerte.