Revista Libros

Los meses perdidos (y II)

Publicado el 23 septiembre 2010 por Kaplan
En lo que he tardado en escribir esta segunda parte de Los meses perdidos se han debido de extraviar otros cuantos más. Sólo mi obsesión por el orden y por la simetria que constituye el acabar lo que se empieza han obrado el milagro por el cual aparece aquí esta conclusión, con un año y medio de retraso. Intentaré reconstruir aquello que el olvido no me haya robado.
Los meses perdidos (y II)Xan Meo es un hombre de talentos y secretos. Actor, músico, escritor, y también hijo de un célebre delincuente. Es verano, Xan se sienta a tomar una copa en la terraza del pub cuando dos hombres le parten la cabeza a cachiporrazos. Se salvará, pero será otro. Deberá acostumbrarse a su nuevo ser, y también deberán acostumbrarse todos los que le rodean...

Ataqué con cierta ilusión esta novela. Admiro al Amis ensayista (les propongo que lean, por ejemplo, La guerra contra el cliché, que contiene suculentos artículos, algunos de ellos sobre escritores como Ballard, Vonnegut o Kafka), y su anterior novela, Tren nocturno, me había gustado bastante. Tenía también lejanos pero gratos recuerdos de La flecha del tiempo, leída hace muchos años. Perro callejero, desgraciadamente, no llega a la calidad de aquellos. De hecho, parece un Amis excesivo, más dado que nunca a la dispersión, sin capacidad de enganche. La mezcla de tramas tarda demasiado en engarzar y la estructura es demasiado exigente. El rollete monárquico me aburrió sobremanera. O sea, un libro (y un dinero) que me podía haber ahorrado.
Japón, ese maravilloso país. Mi amor por él es cosa más bien reciente, del último lustro. Su comida y su cultura, el exotismo de sus costumbres, me han ganado. Le comentaba hace unos días a un amigo que Japón es, seguramente, lo más cercano que hay a una coloniaLos meses perdidos (y II) extraplanetaria, una conjunción de ciudad ciberpunk y tradición milenaria en una misma localización al otro lado del mundo.
Kirai es el nombre del blog creado por el español Héctor García. Residente en Japón, ha ido vertiendo en él todo hecho de interés con el que se topaba en el país del sol naciente. Este libro incluye gran parte de los textos recogidos en el blog más una serie de apuntes inéditos e igual de llamativos. El libro cuenta con un diseño interior muy atractivo. Repleto de fotografías y cuadros explicativos, es un must read para todo aquel que, como yo, pretenda viajar algún día a Japón. Con un estilo muy ameno, el autor presenta y desentraña los distintos aspectos de la cultura y la sociedad niponas en su doble vertiente. El Japón futurista y el tradicional; el idioma, las costumbres y la gastronomía se funden en este libro para dar una visión fascinante de un país único e inimitable.
Este tipo de libros suele ser, aparentemente, inútil. Los tratados de apología ateísta no convencen al crédulo ni aportan nada nuevo al escéptico. Desde un punto de vista más extremo, el creyente no va a molestarse en leer semejante obra, y el laicista no va a sacar de ella, tras leer ciertos casos, mas que pura Los meses perdidos (y II)indignación. Sin embargo, sí es útil como recordatorio del estado de las cosas, y quizás pueda ayudar al adulto que aún guarde dudas religiosas y a todo joven que esté en el proceso de hacerse preguntas y plantearse qué es esto de la religión.
El autor de El gen egoísta se ha convertido en los últimos años, por su condición de adalid del ateísmo, en un azote constante para la Iglesia y, particularmente, el Papa. En este libro desmonta paso a paso los dogmas del catolicismo y expone toda suerte de casos en los que el abuso social por parte de la religión y el derecho a veto del que se benefician sus instancias es notorio. Dawkins se muestra convincente en su exposición de por qué la religión es innecesaria, y coloca al otro lado de la balanza, por supuesto, a la ciencia.
Aun no estando de acuerdo en algún punto, por ejemplo el concerniente a algunos asuntos del agnosticismo, no dejo de reconocer el atractivo de este libro para todos aquellos a los que les guste hacer bandera de su ateísmo. Disfrutarán con El espejismo de Dios, pues no es otra cosa que un acto de reafirmación. Si prefieren un primer encuentro más cómodo, pueden disfrutarlo antes en versión audiovisual.
Thomas Thiemeyer es uno de los autores de ciencia ficción más laureados de Alemania. Ha conseguido nada menos que 5 premios Kurd Laßwitz, aunque hay que aclarar que todos ellos los ha obtenido por su trabajo como ilustrador. Si van a su página web podrán echarle un vistazo a algunas de sus maravillosas obras gráficas. Thiemeyer también es escritor, y si esLos meses perdidos (y II) cierto que las ventas le van muy bien (sus libros son auténticos best-sellers) no se puede decir lo mismo de su calidad literaria. Al menos la que demuestra en este Reptilia.
La historia parece extraída de un telefilme de sobremesa, con dinosaurios y actores de esos que pululan por series de bajo presupuesto. No falta en Reptilia ningún elemento característico de este tipo de novelas: la jungla, los cazadores y un monstruo marino carnívoro que al final resulta ser algo más. Personajes arquetípicos y un poco de sangre como aderezo de la dieta del bicho completan el cliché. O sea, ciencia ficción ligera, muy ligera. Mi afición por las novelas con monstruo me juega a veces malas pasadas.
Los meses perdidos (y II)David Kepesh, a sus ochenta años, confiesa a un personaje desconocido una de sus últimas experiencias sentimentales: la que mantuvo con Consuelo Castillo, una joven cubana, casi cincuenta años más joven que él. Desde que la revolución de los sesenta lo liberó de sus ataduras familiares, Kepesh, profesor universitario, famoso periodista, un hombre seductor, inteligente y culto, ha vivido al margen de cualquier compromiso. Y tiene una rica fuente para sus conquistas dentro de sus propias clases. A las puertas de la vejez, la vitalidad y la hermosura de Consuelo enfrentarán al protagonista con el significado de su vida.

Confieso que fue la proximidad de la película de Isabel Coixet lo que me hizo rescatar de las profundidades de la pila está sensacional novela (y van...) de Philip Roth. Lo más increíble de Roth sigue siendo su capacidad para mantener el ritmo literario a pesar de la zigzagueante construcción de sus tramas. La naturalidad con la que la digresión se imbrica en la trama principal es el mayor rasgo distintivo de Roth, su sello de marca narrativo. Aunque quizás el rasgo idiosincrásico de su literatura más admirado sea su magno dominio de los personajes, de la vida interior de estos.
Kepesh, alter ego de Roth, presente también en otras novelas del escritor, es un hombre que siempre ha huído de toda responsabilidad. Huyó de su matrimonio y de su hijo, en el que ahora ve reflejado lo que él nunca fue. Su encuentro con la joven Consuelo trae a su vida algo inesperado, una última oportunidad de encontrar, sin que él se percate, una atadura amorosa. Entre el protagonista y su conciencia, Roth interpone a un anónimo personaje, un amigo al que confesar pecados y pedir consejos. El último que sale de su boca, contra la intención de Kepesh de ir a ver a una enferma Consuelo al hospital, clarifica los verdaderos sentimientos del protagonista: "si vas a verla estás perdido".
El sexo y la vejez, el remordimiento y la redención, la vida en palabras; un Roth superlativo, como siempre.
Y aquí tienen, finalmente, una muestra de los auténticos culpables de la sequía.
Los meses perdidos (y II)
Sí, otra de mis grandes aficiones es el póquer, específicamente en su modalidad Texas Hold'em, ese que algunos podrán haber visto en la tele, puesto que se está haciendo muy popular últimamente. De todos los libros que he estado leyendo, desde el Super System de Doyle Brunson hasta el Theory of Poker de David Sklansky, pasando por diversos manuales de Sit&Go, el que sin duda más me ha ayudado ha sido este Carrington on Cash Games, escrito por el magnífico Dan Harrington.
Aunque tienen menos nombre que sus libros dedicados a la modalidad de torneo, estos dos volúmenes dedicados al juego de cash (dinero directo) siguen los preceptos marcados por los anteriores, son más didácticos si cabe y son ahora mismo los únicos libros decentes que se pueden encontrar sobre la modalidad. Todo el mundo sabe que este juego se ha hecho popular por los torneos, pero es el cash lo que permite vivir del póquer a los profesionales. En un torneo sólo puedes perder el buy-in o coste de la entrada, pero en cash se puede perder hasta la camisa.
A Harrington se le conoce por el sobrenombre de "Action Dan", una ironía que responde a su manera de jugar y al método conservador que se muestra en sus libros. En tiempos en los que se lleva el juego agresivo a la escandinava, el póquer estratégico y seguro de Harrington parece haber quedado un tanto desfasado. Y sin embargo, hay está el propio autor, campeón de las WSOP y presente en la mesa final de éste y otros muchos torneos. Lo cierto es que a nivel personal puedo hablar de un antes y un después de la lectura de este libro; de tener pérdidas a ganancias.
Los meses perdidos (y II)Además de los libros comentados arriba, hubo un par de novelas más: Chesil Beach de Ian McEwan y Nova Swing de M. John Harrison, de las cuáles espero poder hacer en breve un comentario más sustancioso, más amplio, porque así lo merecen. En definitiva, todos estos fueron los pocos libros que me acompañaron en esa serie de meses en los que no hubo entrada alguna en el blog. He tardado tanto que luego se han vuelto a producir periodos de ausencia. Pero no se preocupen, que en esta ocasión no les daré la murga con lo que leí durante ellos. No soy tan perverso.

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