Se robaron la película en las dos entregas de " Gru, mi villano favorito " con sus bien intencionadas torpezas y ahora dan el salto a su propia cinta. Los Minions conjuran sus mejores armas con el objetivo de convertirse en los secuaces ideales de los más despiadados personajes. Lo que consiguen son noventa minutos de sonrisas, algunas carcajadas y varios guiños a la cultura pop de finales de los sesenta.
Lo mejor de la película está en sus primeros minutos, con la evolución de los monstruitos amarillos desde el inicio de la vida en el planeta hasta los tiempos modernos. Todo ello a través de continuos gags, cada uno más gracioso que el otro, aunque con poca sorpresa debido a que muchos formaron parte del tráiler de presentación.
La historia en sí empieza en 1968, con Stuart, Kevin y Bob -la delegación de Minions encargados de la búsqueda del nuevo amo- iniciando su travesía en los Estados Unidos. En una convención de villanos de todo el mundo conocen a Scarlet Overkill, la más mala de todos, a quién logran convencer de sus leales servicios. Con ella viajan a Londres para ayudarla a perpetrar su mayor sueño: robar la corona a la reina Isabel II de Inglaterra.
Es una comedia familiar, donde los más pequeños disfrutan de la animación y los grandes de la poderosa banda sonora -con temas de Kinks, Doors, The Who, entre otros- y las referencias a la cultura hippie, Abbey Road y otros clásicos londinenses. Las escenas sobre los créditos finales -bajo la siempre emocionante " Got to get you into my life " de The Beatles- cierran esta precuela de irregular guión aunque de divertido desarrollo.