Revista Opinión
En apenas minuto y medio, Mariano Rajoy despachó a los 13 ministros que le acompañarán durante su primera legislatura. Con Soraya Sáenz de Santamaría como fiel escudera y vicepresidenta, la tarea económica se lo reparten a partes iguales De Guindos (Economía y Competitividad) y Montoro (Hacienda y Ad Públicas). El primero lidiará con el BCE y, previsiblemente, en el ECOFIN. El segundo entrará en la jauría de las cuentas de las comunidades autónomas. En los ministerios de estado, Jorge Fernández dirigirá el final de ETA desde el ministerio del interior y Gallardón tendrá que conducir la faraónica tarea que acabe con la despolitización de los órganos judiciales. La nueva faraona de Madrid será, previsiblemente, Ana Botella, un puesto que abandona Gallardón tras 6 meses de legislatura.García Margallo será la voz en el exterior, con conocimientos políticos y económicos para posicionar a España en el tablero principal de las relaciones internacionales. En defensa Pedro Morenés, un técnico vinculado a empresas del sector, un estilo opuesto al de su predecesora Carme Chacón.La cartera de Fomento es para Ana Pastor que tendrá que dar respuesta a los AVEs vacíos y Aeropuertos inutilizados de los pueblos de Springfield. José Ignacio Wert, como independiente, deberá presentar una ley educación que perdure a los cambios de gobierno y dé estabilidad a un pilar básico del estado. Arias Cañete, lidiará con las actividades agropecuarias y pesqueras en la reconversión del sector y en su lucha por la ayudas europeas de la Política Agraria Común o la pesca. En industria, energía y turismo, José Manuel Soria, deberá guiar el nuevo tejido empresarial, reducir el déficit tarifario de la luz e impulsar el turismo, un sector que supone el 10% del PIB. En empleo será Fátima Báñez quien deberá presentar sus propuestas e ideas para reducir el paro ahora como máxima responsable. Ana Mato velará por la sanidad pública rodeada por las presiones que inciden en el copago sanitario o tickets moderadores.En definitiva un gabinete con claro perfil político y en los que Rajoy tiene plena confianza. Alejado de presiones por cumplir cupos territoriales o la paridad de ministros y ministras, hasta ahora ha estado libre de ataduras para decidir a su antojo. A partir de mañana, se le pedirán responsabilidades.