Abrir la primera página de Los Misterios del Ojo del Volcán del polifacético escritor Pedro Gares, es adentrarse en uno de los libros más sorprendentes que he leído en mucho tiempo. Pedro Gares, su autor, tiene todos los componentes de la gran narrativa de Mendoza, pero con unos toques geniales de modernidad en el ritmo que configuran una novela robusta, hilarante y perfecta.
La ambientación de la novela, te sitúa una Barcelona periférica, ochentera, canalla y urbana. Esa Barcelona que mezcla gentes con apellidos de origen destinados a convertirse en perdedores, en un barrio obrero donde se puede casi sentir el olor a patatas bravas y la música rumbera.
La Barcelona de Gares es un personaje más en la novela, una ciudad que aplasta las ilusiones de nuestro protagonista, que, convertido en lazarillo moderno, tiene que agudizar el ingenio para sacar a su madre, alcohólica y ludópata de la deuda contraida con un clan gitano que amenaza con cortarla las orejas en dos semanas.
Y dos semanas es lo que tarda Braulio Brasas en salvar los pabellones auditivos de su familia canalla. Durante este tiempo, la novela avanza vertiginosa entre el lujo y la mugre.
Como a grandes males, la respuesta suele ser grandes remedios, Braulio comienza a ejercer de puto para la burguesía catalana y bienpensante en un sainete trepidante, donde como casi siempre, nada es lo que parece. Y es aquí donde el ritmo de la novela se dispara, con toques detectivescos, personajes frívolos, viciosos; situaciones kafkianas y humor hilarante. Del engaño al despropósito, una caterva de personajes se mueve alrededor de la pérdida de un millonario collar robado.
Si por casualidad, cae en vuestras manos este libro de Pedro Gares, no dejéis de comprarlo.
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