Representación típica del Votante Mediano:Anónimo y rodeado de otros votantes por todas partes.
Se atribuyen a Hotelling las primeras referencias de este personaje fabuloso, capaz, en votaciones unidimensionales, de determinar él solo el resultado. Aunque en algunas interpretaciones lo hace desplazándose hasta el lugar del espectro político en donde tiene lugar una votación reñida, todos los estudios modernos de los textos antiguos prefieren la interpretación alternativa, según la cual su sola presencia hace que los dos candidatos principales acaben pareciéndose como dos gotas de agua.
Los poderes aparentemente sobrenaturales que presenta el Votante Mediano, a quien se llega a llamar "El Ganador de Condorcet", pudieran no ser tales. Según los relatos que se conservan, parece ser que los propios candidatos llegaban a detectar la presencia del personaje, siempre colocado en el fiel de la balanza, y alteraban sus propuestas de acuerdo con sus caprichos para abarcar la mayor parte del espectro político.
Por un momento pareció que la veneración por este ser desaparecería al aumentar el número de candidatos, al desarrollarse la sociedad para generar votaciones cada vez con más dimensiones y al progresar la tecnología que permitiría agrupar a los votantes en grupos mejor comunicados. No sucedió así y su culto cruzó fronteras para llegar a territorios tan alejados como los canales de telecomunicaciones y las modas.
Un tanto en contradicción con el poder que se le supone, al Votante Mediano se le suele representar como a un personaje sin preferencias claras, incapaz de adquirir compromisos ideológicos claros o de tomar medidas radicales y siempre optando por las medias tintas. Otras fuentes, en cambio, lo asocian con el compromiso y la capacidad de unir a una sociedad que, de otra manera, se conduciría al enfrentamiento.