Los muertos no pagan IVASergio S. MoránAutopublicadoRústica | 352 páginas | 15€
Hace un par de años pudimos conocer a la dura detective paranormal Parabellum, el alias de Verónica Guerra. Su encanto residía en mezclar una trama policíaca con bastante humor y altas dosis de mitología en terreno nacional. El buen regusto que dejo entre critica y publico hizo que Sergio S. Morán se animará a contarnos más casos de la dura detective. Y por eso estamos aquí, ante el nacimiento de lo que espero sea una saga de fantasía urbana repleta de casos que desentrañar y criaturas mitológicas. El autor ha decidido autopublicarse en esta ocasión con un Verkami que ya ha sobrepasado las expectativas (a las pocas horas de publicarse) y que incluye jugosas recompensas para todos los mecenas, como un libreto de relatos cortos titulado Misterios rutinarios.
¿Y que nos encontramos en esta segunda entrega? Nuestra querida Parabellum ha sido contratada por la Iglesia Católica para viajar hasta un pueblo de Ávila y defender una reliquia que reside en su iglesia. En plena vigilancia, la detective se ve involucrada en una pelea a muerte contra un Jáncano para recuperar la cabeza incorrupta de una santa. Tras esta tortuosa aventura, Verónica decide que necesita unas vacaciones. Después de llamar a su amiga Arancha para hacer planes, debe irse a Madrid para terminar un papeleo antes de viajar por disfrute. Lo que no sabe, es que esa paz que busca se verá constantemente interrumpida por criaturas que la asolan y un caso que no la quiere dejar de lado.
Fragmento de la portada de 'El dios asesinado en el servicio de caballeros'
Al igual que la primera entrega, Los muertos no pagan IVA es un libro que se devora. Repleto de acción, intriga y por supuesto, un humor cínico, Sergio nos sumerge en una aventura de constante fantasía urbana. Es una historia frenética, donde la acción nunca se detiene y hace de la lectura una droga. De nuevo, el punto de vista narrativo recae en Verónica / Parabellum, cuya dualidad empieza a diluirse con el paso de las páginas más que nunca. Esta segunda entrega se puede leer, al igual que la primera, como un caso autoconclusivo y cerrado. Sergio es lo suficientemente inteligente como para dejar pequeñas pinceladas y ubicar pronto a la detective para el nuevo lector. Pero, por supuesto, el lector de la primera entrega detectará guiños y cierta continuidad, lo que le da más jugo a la historia.
Una España mitológica
La mitología siempre ha existido y siempre existirá, para el bien de todos. Pero no solo las grandes conocidas como la griega, la romana, la nórdica,…etc; si no también la local. Las leyendas orales y las tradiciones culturales de las regiones siempre tienen un hueco en el saber popular. Las xanas asturianas, el jáncano extremeño, la sorginak vasca o el martinico andaluz. Mitos de tradición, pequeñas leyendas que surgen del populacho y que se arraigan en una zona. Sergio S. Morán utiliza con habilidad un remix de todos estos seres fantásticos, que habitan en nuestro propio mundo y que se juntan donde menos te lo esperas: en un bar de Madrid con las mejores croquetas del mundo, en una corporación empresarial, o en diferentes aquelarres del norte de Galicia.
Ilustración de Isaac Murgadella
Una de las bazas con las que juegan las novelas de Parabellum (y para sus posibles secuelas) es que ha establecido un universo donde los elementos fantásticos coexisten con bastante coherencia en el mundo actual. Para todo ello el autor no solo hace que convivan (gracias al glamour), si no que bebe de otras teorías, como las conocidas líneas ley repletas de poder espiritual, o se inventa un peculiar transporte para los muertos en el metro madrileño. Detalles que solo hacen enriquecer este universo. Es por esto que las novelas de la detective Parabellum pueden vagar de un lugar a otro por una España mitológica repleta de posibilidades donde juntar todas las leyendas y mitos que a Sergio se le puedan pasar por la cabeza ¿Y que pasaría si la detective viajará al extranjero? ¿Existirán otros como ella fuera de España? Quizás en el futuro lo sabremos.
Verónica y Parabellum: dos caras de una misma monedaEn la anterior entrega, Verónica y Parabellum eran dos caras muy diferentes dentro del mismo cuerpo. Si bien Verónica era la parte más humana, dubitativa y vulnerable, Parabellum era la detective divertida, chula y resuelta que siempre salía adelante. Pero ha llegado el momento de cruzar la línea. Nadie puede ser dos personas a la vez. Sergio se dedica toda la novela a establecer un dialogo interior que avoca al cambio, un punto de inflexión importante desde la primera entrega. Las acciones del pasado tienen consecuencias, y la línea entre ambas caras se difumina con el paso de las páginas.
Portada del libreto de relatos 'Misterios rutinarios'
El dialogo consigo misma durante toda la entrega la hace sentir más cercana para el lector. Sigue siendo la protagonista absoluta, por supuesto, aunque rodeada de unos secundarios que, en esta ocasión, son más importantes que nunca. La madre de Verónica, un amigo phooka del pasado, y un peculiar agente de policía que la recibe en su llegada a Madrid. Verónica y Parabellum se van convirtiendo en una sola cara, unificando su socarronería con su vulnerabilidad. Su capacidad de resolución con las pertinentes dudas. Aceptándose a si misma, con todo lo bueno y todo lo malo. Un paso adelante que hace crecer a un personaje repleto de aristas.
La nueva entrega de Parabellum ha sabido aguantar el tipo a su antecesora y hasta incluso superarla. Sigue teniendo el humor socarrón, la aventura mitológica sin freno y la aparición de criaturas por doquier, pero Sergio S. Morán presenta una evolución en su personaje principal tan orgánica como simplemente humana que enriquece a su querida Verónica Guerra. Parabellum ha vuelto para quedarse, y el éxito del Verkami, es la prueba viviente de ello.
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