Mauricio de Sousa (1935) comenzó como reportero de sucesos hasta que en 1959 consigue colocar su primera tira de cómic en el diario Folha da Manhã, protagonizada por Bidu y Franjinha. Estos personajes y muchos otros integrarán La pandilla de Mónica, cuya líder nace en 1963 en la serie de Cebolinha (1960). A mediados de los 60 pasan a televisión en spots publicitarios y en 1976 comienza la producción de su propia serie. Luego llegan los muñecos, videojuegos, obras de teatro… y en 1993 se inaugura el parque temático Mónica’s Park en Sao Paulo. En 2007, Mónica fue nombrada embajadora de UNICEF y este mes acaba de pasar al Guiness por protagonizar el mayor cómic del mundo (99,8 x 69,9 cms). Como puede deducirse, Mauricio –que ha vendido más de mil millones de cómics y libros y cuyas empresas dan trabajo a más de 500 personas- está más forrado que un esquimal en enero. Su sencillo estilo presenta influencias de Disney a Schultz, pero sobre todo de Osamu Tezuka.
Naturalmente, si traemos a Mauricio a nuestro blog es porque también creó a un personaje llamado Piteco (1961) –obviamente, de “pithecantropus”-, que vive en la Edad de Piedra, conviviendo anacrónicamente –aunque a fuerza de repetirse en la ficción, esta circunstancia ya nos parezca habitual- con dinosaurios. La serie está inspirada en Alley Oop, y tiene lugar en “Lem” –Lemuria en Alley Oop-. En 1965 se recopiló por primera vez en un volumen y en 1971 se le dedicó una de las canciones que componen el álbum A bandinha da turma da Mônica. Además, compartió protagonismo con el personaje infantil más popular de Brasil (la susodicha Mónica) en el filme Uma aventura no tempo (2007). En 2013 se publicó su primera novela gráfica.
Horacio (1961) es un T.Rex bebé que comenzó sus andanzas en la tira de Piteco para emanciparse en su propia serie desde 1963. Expulsado de la aldea por comerse toda la comida, comienza a buscar a su madre, que lo abandonó cuando aún estaba en el huevo. Aunque sus historietas suelen consistir en monólogos, son personajes secundarios de la tira Teco (un bebé tecodonte), Alfredo (un pterodáctilo), Bronto (un brontosaurio), Antão (un bebé mamout), Lucinda y Simone. En el parque de atracciones de Mónica, para el “Carrusel de Horacio” se sustituyeron los típicos caballitos por dinosaurios.
Horacio también ha sido objeto de todo tipo de merchandising, como esta mullida almohada