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Los nacionalizados de Sudáfrica 2010

Publicado el 02 junio 2010 por Marianofusco

Los nacionalizados de Sudáfrica 2010

Si en el último Mundial y en la Eurocopa pasada abundaron los jugadores nacionalizados -el argentino Camoranesi en la Italia campeón mundial y el brasileño Marcos Senna en la España monarca de Europa, por ejemplo-, el Mundial de Sudáfrica 2010 mantendrá esa tradición creciente. No es algo nuevo, de hecho la FIFA le permitió a Italia utilizar a los argentinos Monti, Demaría, Guaita y Orsi en el Mundial de 1934. En Alemania 2006, además de Camoranesi, Guille Franco actuó para México, Toro Acuña lo hizo para Paraguay y Pablo Mastroeni, para Estados Unidos.

En esta cita, repetirán el ex volante de Banfield y el ex punta de San Lorenzo, y se añadirán Néstor Ortigoza, Lucas Barrios y Jonatan Santana para el Paraguay de Tata Martino y Matías Fernández para el Chile de Bielsa. Los dos ex hombres de la Lepra son los técnicos argentinos que conducirán otros seleccionados, tal como hizo La Volpe con México hace cuatro años.

Vale aclarar que el caso de Matigol es similar al de Gonzalo Higuaín con la Argentina. El ex Colo Colo, de padre chileno y madre argentina, nació en Caballito, pero desde los 4 años ya fue adoptado por Chile. Pipita representará a la albiceleste aunque sus papeles afirmen que nació en Brest, Francia, tierra que abandonó a los 10 meses. Fue mientras su papá Jorge actuaba en el Stade Brestois 29. Recordemos que incluso fue tentado por Domenech para llevar la camiseta francesa. El camino también fue así para Benny Feilhaber, nacido en Río de Janeiro, pero que con 6 años ya se había trasladado a Estados Unidos, donde despuntó en el fútbol universitario con la Universidad de California. Los Yanks también podrían haber convencido al serbio Subotic, a quien participar de la Sub-20 y Sub-17, pero terminó decantado por la Mayor de Serbia, para la cual jugará el certamen. La mudanza de patria también fue prematura para los nacionalizados de Australia, Vidosic, Djite (infantes cuando dejaron Croacia y Estados Unidos, respectivamente) yRukavytsya (menor que un adolescente cuando abandonó su Ucrania natal siguiendo a sus padres).

Si en la edición pasada, como organizador, Alemania contó con cuatro naturalizados, esta vez mantuvo la tendencia y le sumó uno más: los ya conocidos polacos Klose, Trochowski y Podolski, el brasileño Cacau y el bosnio Marko Marin. Y eso que se quedó afuera por motivos disciplinarios el brasileño Kuranyi. Los germanos no son la única potencia que se encarga de absorber talentos foráneos: Francia, siempre alimentada por sus ex colonias, tendrá al congoleño Mandanda para defender su arco, el senegalés Evra y al nacido en Guyana Francesa, el volante Malouda. Portugal es otro que recluta futbolistas de sus antiguas colonias, como los brasileños Liedson, Pepe y Deco y los caboverdianos Nani y Rolando; Queiroz también llevará a Danny, quien, si bien es venezolano, desde los 15 años habita en la tierra que adoró el juego de Eusebio, oriundo de Mozambique. En Holanda, Braafheid, originario de Surinam, defenderá los colores naranjas, al igual que lo hicieron otros compatriotas suyos como Davids y Seedorf.

Incluso entre las filas de los rivales que enfrentará Argentina en la primera ronda, hay nacionalizados: Grecia cuenta con Vyntra (checo como su madre, aunque optó por el país de su padre) y Ninis, la gran promesa del fútbol griego, que sin embargo nació en Albania; en Nigeria, uno de sus bastiones, el mediocampista Odemwingie (padre nigeriano y madre rusa), es originario de Uzbekistán. Además, en Suiza estarán el caboverdiano Gelson Fernández, el congoleño Nkufo, los kosovares Shaqiri y Behrami, y habrá una gran legión de franceses que optaron por representar a Argelia. Hasta en Corea del Norte habrá un jugador de otro pueblo, como el japonés Ahn Young-Hak. Costa de Marfil lucirá a un par de franceses Bamba y Demel.

Hay muchos jóvenes que crecen ya con la idea de defender a su patria adoptiva, otros que tienen vínculos profundos,  y los que, simplemente, entienden que aceptar la eventual oferta de intercambio de bandera es la única manera de abordar a un Mundial.


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