Desde hace algunos años se tiene la creencia de que hay una diferencia importante entre la cantidad de alimento que consume un niño dependiendo si le sirven la porción en un plato o si le dan la posibilidad de que ellos mismos se sirvan la cantidad que desean comer, ahora una nueva investigación ha dejado en evidencia que en realidad comen exactamente lo mismo independientemente de la forma en la que se les presente la comida.
El dejar que los niños se sirvan la comida es algo que comenzó a utilizarse sobre todo en los comedores escolares ya que se tuvo la creencia de que era una manera de fomentarles hábitos alimenticios mucho más saludables, como el poder controlar las porciones, pero en realidad comen exactamente lo mismo si se les da el plato con la comida ya servida. La profesora asistente de Alimentos y Nutrición de la University of Idaho que participó en el estudio, la señora Samantha Ramsay, explica:
“demuestra que los adultos deben compartir la comida con los niños para ayudarlos a diferenciar entre el hambre y la saciedad”.
Los especialistas de todas formas aseguran que los resultados no desalientan las recomendaciones de permitir que los niños se sirvan sus alimentos, de hecho ese tipo de servicio denominado de “estilo familiar” tiene ciertos beneficios claves como la práctica de las habilidades motrices finas, además de la independencia del aprendizaje y el desarrollo de las habilidades sociales.
La directora asociada del Centro para la Investigación de la Obesidad Infantil de la Penn State University y autora principal del estudio, la doctora Jennifer Savage Williams, explica:
“La idea era que al permitirles elegir (las porciones), en lugar de que otros lo hagan -lo que hace que las porciones sean más grandes que las recomendadas para la edad, los niños consumirían más de lo que realmente necesitan”.
Para la investigación se probó una teoría en base a un total de 63 niños con edades entre los 3 y los 5 años, y se les ofreció macarrones con queso servidos en un plato o presentados en un recipiente para que ellos mismos se sirvan. En el almuerzo en el que se les sirvió en platos, los investigadores decidieron ofrecer una porción grande de 400 gramos de comida, mientras que en el almuerzo de “estilo familiar” los niños podían servirse de un bowl que tenía 400 gramos de macarrones con queso, en ambos casos los niños consumieron 200 gramos de comida.
Otro paso del estudio tuvo lugar cuando se les ofrecía a los niños la comida en platos de diferentes tamaños, algunos con 100 gramos y otros con 400 gramos, y se observó que los niños que más comían en base a los platos más grandes, también eran más propensos a servirse porciones más grandes ellos mismos, por lo que no podían aprender a interpretar sus propias señales de saciedad interna, sino que comían lo que tenían delante de los ojos.
El equipo concluye:
“A diferencia de lo que esperábamos, las calorías totales consumidas en los almuerzos no variaron según si los niños se servían la comida o si recibían el plato servido”…”El autoservicio sería útil, pero es importante que la estrategia cuente con una guía y normas sobre cómo elegir la porción adecuada”…”El estudio sugiere que si los adultos les ofrecen porciones más grandes, los niños optarían por servirse porciones más grandes”.
Vía | Vida y Estilo
Foto | timlewisnm de Flickr
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Los niños comen la misma cantidad tanto si se sirven solos como si les sirven la comida