“Toledo, 16 may (EFE).- Grupos políticos y asociaciones han criticado hoy a los concejales del PP en el Ayuntamiento de Toledo por abandonar el pleno cuando iba a tomar la palabra una representante de los padres de niños enfermos de cáncer del hospital Virgen de la Salud para reivindicar mejoras en su tratamiento.”
Se les puede ver en cualquier ayuntamiento, parlamento o ministerio. Ellas llevan chaquetas de marca y faldas por encima de las rodillas. Ellos usan corbatas verdes, muchos, gomina y rolexs de oro.
Representan a una clase, una casta y una corrupción. Adoran a Franco y al vellocino de oro. Perfumados, aprueban una privatización y la pérdida de miles de puestos de trabajo antes de que Cospedal se unte de colorete. Su paradigma es la economía liberal, la loa a los emprendedores, los bancos y los empresarios que donan. Su modelo en el horizonte está entre Mario Conde y Rodrigo Rato. Tienen su pizca de Blesa, Aznar y Bárcenas, ellos. Y sus átomos de Esperanza, Soraya y Botella, ellas.
Aman a Botín, Mariano y a su puesto de concejal, asesor o ministro sobre todas las cosas y tienen menos sensibilidad social que una almeja.
Ven estornudar al pueblo y se abrigan en sus sueldos públicos, se creen esculpidos por Fideas y viven en la ficción de la creación de empleo y del túnel que sale de la crisis.
Tienen la excusa del argumentario del partido que reciben cada mañana, para justificarse por los seis millones de parados, por los cincuenta mil desahucios del año pasado y los más de mil millones regalados a la banca de sus caprichos. Su ficción es miope a la quiebra del estado del bienestar. Para que mayor “bienestar” que el suyo.
Son la tribu urbana de la mentira, el falso artificio legal de una falsa democracia. “Somos demócratas pero no tenemos por qué soportar que los padres de unos niños con cáncer nos amarguen el día y el pleno”, dirían los de Toledo.
Y se fueron con su viento fresco allá donde la “democracia” sea menos esforzada. ¿Dolor? ¿Humanidad? Van desnudos de sensibilidad alguna y habitan en la moqueta.
En realidad no tiene ideología y la bandera, la patria y una tos de democracia sólo forma parte de su alma de tiburón. Su filosofía es la de los objetos que poseen o quieren poseer: coche, chica, raqueta, piscina, chalet, yate, camisa, crema…
¿Niños con cáncer? Perdone, que tengo prisa.
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