Hasta la fecha Estados Unidos ha sido el país por excelencia en el consumo de fast food entre la población infantil y la población en general, de ahí que el índice de sobrepeso y obesidad sea tan elevado. Pero poco a poco esto está cambiando, aunque parezca sorprendente los niños estadounidenses pierden interés por el fast food y están mejorando su dieta. Podemos atribuirlo a los programas educativos y de concienciación que se llevan a cabo en el país, a las nuevas políticas que persiguen mejorar la alimentación de los niños, a la lucha del Gobierno y de varias organizaciones para frenar el crecimiento del sobrepeso y la obesidad, etc.
Hoy conocemos un curioso estudio desarrollado por expertos de la Universidad de Tufts (Estados Unidos) en el que se ha revisado el consumo de fast food entre los niños durante los últimos 10 años. Según los resultados, los niños están perdiendo el interés por los productos que ofrecen las cadenas de comida rápida, además se ha reducido el número de calorías que ingieren, lo cual representa un buen dato que muestra que todo el trabajo que se está realizando desde hace años está dando sus frutos.
Según la revisión con los datos obtenidos a través del National Health and Nutrition Examination Surveys, en el año 2003 un 39% de los niños del país consumían comida rápida un día cualquiera, no era necesario esperar al fin de semana o a la celebración de un día especial. En el año 2010 este porcentaje se ha reducido hasta el 33%, es decir, un 6% menos de niños consumen de forma habitual fast food. En la investigación se apunta que se ha reducido la ingesta de alimentos como las pizzas o las hamburguesas, para los investigadores son datos sorprendentes y esperanzadores que muestran que un cambio en la dieta infantil es posible.
Al principio hemos comentado que se ha realizado un gran esfuerzo para intentar cambiar los hábitos de consumo de los niños, sin embargo, parece que los investigadores no tienen claro si se debe a este tipo de programas o al cambio de política en los establecimientos de fast food, recordemos que además de haber reducido la grasa, la sal o los azúcares en sus menús, ahora tienen la obligación de mostrar las calorías que contienen.
Estudios anteriores ya habían detectado la tendencia al menor consumo de fast food entre los menores, uno de ellos concluía que el consumo de pizzas se había reducido en los últimos 10 años. Algunos expertos apuntan que los padres han jugado un papel relevante en el cambio, el hecho de que consuman menos fast food, provoca que los niños también reduzcan su consumo.
Lo cierto es que los niños van menos a las hamburgueserías y pizzerías, y cuando acuden a estos establecimientos comen menos que antes, controlando más la ingesta calórica que realizan. Este dato delata que padres e hijos eligen menús con menos calorías, aunque en el estudio no se menciona, hay que decir que posiblemente es fruto de las campañas que se han estado realizando durante los últimos años. Hay que apuntar que el estudio está incompleto, porque aunque se detecta una reducción del consumo del fast food entre la población infantil, los expertos no saben qué alimentación alternativa están siguiendo los niños y sus familias, este es un dato importante que se debería haber reflejado en el estudio.
Es de suponer que se realizarán nuevas investigaciones sobre el tema, pero los expertos celebran los resultados obtenidos, ya que revelan que poco a poco se está mejorando la alimentación de los niños de Estados Unidos. Podéis conocer todos los detalles de la investigación a través de este artículo publicado en la revista científica Archives of Pediatrics & Adolescent Medicine.
Foto | ciron81
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Los niños estadounidenses pierden interés por el fast food