Revista En Femenino

Los niños no deben abusar de las chucherías de regaliz

Por Pequelia @pequelia

Riesgos del abuso del regaliz

Una investigación desarrollada por expertos de la Universidad de Bolonia (Italia), concluye que los niños no deben abusar de las chucherías de regaliz y aconseja a los fabricantes que incluyan en las etiquetas de los productos, una leyenda con la máxima cantidad que se puede consumir diariamente. La razón de esta investigación fue por el caso de un niño de 10 años que por lo visto abusaba de esta golosina, hasta el punto que llegó a sufrir repetidas convulsiones y una elevada presión arterial, algo que provocó su ingreso hospitalario.

La razón de que el pequeño sufriera estos síntomas se debe al ácido glicirrícico que contiene el regaliz y cuyos niveles de seguridad habían sido superados por comer demasiadas chucherías de regaliz. Hay que decir que esto no es una novedad, estudios realizados hace varios años advertían sobre la toxicidad del regaliz, destacando que el abuso provocaba la pérdida de potasio, la retención en el organismo de sodio y la supresión del sistema hormonal renina-angiotensina-aldosterona, responsable de regular el equilibrio hídrico celular. La glicirrina del regaliz actúa directamente sobre los receptores de los mineralocorticoides, hormonas que regulan la concentración de sustancias como los cloruros, el sodio o el potasio.
Se considera que el ácido glicirrícico es seguro para el organismo siempre que no se exceda de la cantidad máxima establecida recomendada por la OMS (Organización Mundial de la Salud) 2 mg por kilo. Pero parece que este niño tenía verdadera pasión por las golosinas de regaliz, hasta el punto de que durante los últimos cuatro meses había consumido diariamente unos 20 dulces de regaliz. Cuando el niño fue ingresado en el hospital, los especialistas médicos encontraron que tenía una presión arterial alta y constante, además, a través de una resonancia magnética detectaron un edema vasogénico.

Parece ser que se descubrió la causa del problema cuando los expertos detectaron que el niño tenía los dientes negros, a partir de ese dato preguntaron al pequeño y explicó que había estado consumiendo dulces de regaliz en grandes cantidades. A partir de estos datos y una vez identificadas las golosinas, comprobaron que cada dulce contenía 120 mg de regaliz, lo que corresponede a 3’6 mg de ácido glicirrícico, teniendo en cuenta la cantidad diaria de golosinas consumidas (2.400 mg de regaliz), la ingesta de este ácido era de 72 mg.

Por tanto, se excedía en gran medida la ingesta de la cantidad de ácido glicirrícico recomendada por la OMS. Una vez que el pequeño dejó de comer los dulces señalados y recibir el tratamiento correspondiente, la presión arterial volvió a la normalidad, pero este caso es el motivo por el que se ha creado una alerta y se pide a los fabricantes de golosinas que utilizan regaliz que incluyan información sobre la cantidad de golosinas de este tipo que se pueden consumir diariamente a fin de evitar problemas como el relatado.

De esta investigación debería tomar nota incluso la EFSA y trabajar en colaboración con la UE para que se obligara por ley a informar sobre la cantidad máxima que se puede comer de este tipo de golosinas. Así que ya lo sabéis, se debe limitar la ingesta de chucherías de regaliz en los niños y como padres debemos controlar que no abusen de las chucherías en general. Podéis conocer todos los detalles de la investigación a través de este artículo publicado en la revista científica Pediatric Neurology.

Foto | Jordi Cucurull

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